Caída y gloria

Capitulo 25

Al día siguiente.

En cuanto amaneció ya estaba dando vueltas de un lado a otro. Aquel hombre misterioso, vestido de un negro característico, y su caracter duro, reservado. parecía ser una persona la cual había sufrido mucho . Pero a pesar de ello había dicho algunas cosas sobre su vida que me hicieron ver que no eramos tan distintos.

Luego de unas horas llego acompañado de una chica de estatura promedio, de cabello negro, corto y ondulado, piel morena pero de tono claro. La chica vestía simple. Se acerco a mi y me estrecho la mano.

— Es una pena todo esto. Pero con Dios y nuestro esfuerzo; todo saldrá bien.

— Gracias.

A continuación se alejo y desapareció tras la puerta del consultorio. Minutos después ya la sacaban acostada en una camilla hacia la sala de cirugía por otro lado  lo mismo pasaba con mamá. Ambas camillas al unisono producían su singular sonido al entrar las ruedas en contacto con el suelo reflectante. Sin embargo este sonido era moderado y su velocidad era diferente. Era calmada en medio de la urgencia.

Quirófano

— Todo saldrá bien señora.— ritmo cardíaco estable.

— Tengo... miedo.

— No tema. Cuente hasta diez.

— 1,2,3,4,5,6.

— Anestesia aplicada.

— De este lado también doctor.— Signos vitales también estables

— Procedamos.

Sala de espera

— Quieres algo de comer

— No gracias. De todas formas no podria comer. Estoy muy nerviosa.

— Cálmate todo saldrá bien. ¿Quieres un abrazo?

Asentí.

— Señor Lee...

— Ya no me llames señor. Llámame Eun Woo.

— Eun Woo.

— Iré por algo de comer. Y espero que comas

Quirófano.

— Incisión intercostal derecha de 15 centímetros en el sexto espacio. Al nivel de la línea axilar media.

— Entendido.

— Bisturí.

— Aquí tiene.

Cafetería.

— Buenos días — Un café

— Buenos días. Enseguida

— Que cree que pueda darle a una chica de... más o menos 17 años

— Ha comido algo?

— Aún no por lo visto.