Caminé hacia donde estaba siento que no es él, bueno también tengo miope así que debo tenerlo de frente.
Sonreí —Así que si eres tú, Sealy.
—Ay mierda. —se sentó en el borde del asiento, mientras se quitaba a las chicas que lo besaban y no lo dejaban de hablar.
— Fuera. — Hice una seña desganada a las mujeres para que se larguen.
Me miraron mal y una pelinegra se acercó hacia mí. —¿Que dijiste mocosa?
—LAR-GA-TE. ¿Eres sorda mi amor?
—Tu no eres quien para que me mande. —se acercó a mi rostro y la encaré.
—Creo que la correccional te hizo más idiota, Emilia. —alza la mano para darme una cachetada, pero es claro que no dejaré que lo haga.
—Yo creo que no. — mi mano fue directo a su cabello y lo jalé. La mirada de Seal quedó fijamente con la mía, como si me desafiara en lo que haré. —La correccional no me hizo idiota sinó más astuta corazón, cosa que tú no tienes, porque solo te dedicas a enredarte entre laa piernas de los hombres.
—Suéltame Emilia, a mí que me interesa lo que te enseñó la correccional.
—Debería interesarte, ya que la que está sujetando tu cabello soy yo. —una sonrisa macabra se dibujó en mi cara que estaba siendo la atención de Seal. —Ahora escucha pequeña perra, vuelve a desafiarme y voy a estampar tu cara en esa pared, hasta que la mitad quede plana.
Me fulminó con sus ojos y finalmente la solté, ella se iba acercar nuevamente pero Seal interviene. —Basta. —exclamó.
Sin duda estos últimos cinco minutos se sintió bien.
—Pero Selly. —su cara decía todo, así que no le quedó más remedio que irse y yo sonreír triunfadora.
—¿Ahora vos peleas por mi atención?
Solté una carcajada. —Ay Selly, es que eres tan guapo que me enoja que estés con otra chica. —dije imitando la voz de la tipeja esa. Seal encarnó la ceja, sin que le parezca gracioso pero yo más atrevida, coloque mis manos sobre su silla y susurré cerca de su rostro. —¿Te enoja que imite a tu noviecita?
—Elizabeth no es mi novia. —respondió manteniendo su distancia de mi rostro.
Alcé mi mano y lo coloqué en su mejilla. —Me alegra esa respuesta. —dije para después alejarme de su rostro.
Me miró extrañado y lo sé, estoy haciendo el ridículo, pero no importa, lo disfruto.
—¿Vos qué estás haciendo aquí?
—Lo mismo que tú, algo que no deberíamos hacer.
—Yo no tengo prohibido correr. — respondió Seal.
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THIEF OF LOVE
Novela JuvenilUn malhumorado exmilitar discapacitado conocerá a su alterego en forma de mujer, una chica despreocupada y desordenada que, pese a que suene irónico, llegará a su vida a colocarle todo en su lugar. Después de sus intencionales descuidos cuyo fin er...