Abrí los ojos. La luz de la calle entraba por toda la ventana y me daba en la cara, a pesar de que las había cerrado el día anterior alguien la habia abierto.
Junto a mí una maleta que debería pesar unos 20 kilos, parecía más grande que mi cama.
Me quedé mirandola un minuto hasta que recordé la mierda de verano que se aproximaba, entoncés después de resoplar como un caballo, sonreí.
Sonreí por el simple hecho de que me hacía gracia mi propia mala suerte.Media hora más, solo media hora más,solo media maaaaaas.
No paraba de repetirme esa frase. Hacía 7 horas y media que habíamos partido, hace una hora que entramos en el bosque, hace 30 minutos desde que perdí la cobertura y por lo tanto mi conexión a internet en el teléfono. Sólo faltan 30 minutos más para llegar al dichoso lago, tomar una soga atarmela al cuello y ahorcarme de una vez por todas.
Mi madre se había levantado más temprano que yo y me había hecho la maleta.
Mi padre me había obligado a subir al coche, lo único que tengo de utilidad es mi teléfono, pero solo para escuchar música.
Tenía poca batería, por lo que estaba deseando llegar para poder enchufarlo.
Sólo cinco minutos más, solo cinco.
Mi padre y mi madre llevaban cantando canciones de hace 40 años todo el viaje. Por suerte los auriculares hacían que la música de mi móvil sonará más fuerte en mis oídos que las voces de mis padres.
Llegamos. Por fín.
Bajé del coche y un olor a tierra mojada y flores me llenó los pulmones, sacandome una sonrisa.
Mis padres bajaron del coche, y de la casa salieron Dianna y Cristian, que vinieron a saludar a mis padres, he de decir que me sonaban de algo pero la verdad no se exactamente de que.
-Kian ayúdanos a descargar las maletas- Gritó desde el coche mi padre .
-No puedo, necesito enchufar el teléfono, no quiero quedarme sin bateria- Dije mientras andaba hacia la casa.
El lugar al fin y al cabo no estaba tan mal. Los árboles rodeaban todo el lago y creaban un frondoso bosque verde, nuestra cabaña estaba a unos 100 metros del lago, por lo que ni estaba en medio del bosque ni estaba en medio del agua.
Las aguas del lago eran de un azul cristalino que jamás había visto. Los pájaros y otros animales como mariposas e incluso conejos y zorros eran fáciles de ver si observaba.Tomé una foto del lugar, puede que las vacaciones no vayan a ser tan malas, pensaba mientras abría la puerta de la cabaña. La cabaña era más o menos como una pequeña casita, un salón grande nada más entrar, a la derecha de la puerta un pequeño baño a la derecha del salón una cocina abierta, es decir sin puerta, que el salón y la cocina formaban la misma estancia, solo dividida por una especie de biombo de bambú que se podía replegar y guardar en el armario que se encontraba justo a la derecha de las escaleras. Al fondo del todo estaban las escaleras, para subir a las habitaciones supongo.
Comencé a subir las escaleras, mirando mi teléfono, observando la foto, tal vez este verano pueda pasármelo escuchando música a la orilla del río, graciad a Dios que mi móvil tiene como 600 canciones.
Cuando llevaba como tres de los 20 escalones mi móvil lanzó un mensaje. 1% de batería.
Nada más verlo comencé a subir los escalones de tres en tres sin dejar de ver la pantalla por si se apagaba el móvil.
-Hola Ki...- Dijo la persona que estaba al final de la escalera, que como yo iba mirando a mi móvil no advertí. Choqué de lleno contra su pecho, me dí un golpe en la cabeza y rebote hacia atrás.
Abrí mucho los ojos y solté el teléfono, dando a mis manos la posibilidad de agarrarse a algo, estaba a punto de caer de espaldas escaleras abajo cuando la mano de esta persona con la que había chocado en el último escalón, agarró el cuello de mi camiseta y me atrajo con un fuerte tirón desde casi la mitad de la escalera hacia él. Una vez arriba me apretó contra su pecho y me abrazó , apretandome más para que recuperará el equilibrio.
Estar entre sus brazos y su pecho me daba una sensación de tranquilidad, de paz, desearía que no se acabara este momento, olía bien, como a menta y fresa, yo simplemente me dejé abrazar. Hasta que un sonido como la rotura de un cristal hizo que me temblará el corazón.
Me separé rapidamente de esa persona y sin mirarle a la cara me giré a las escaleras, no podía ser posible, ¡No podía ser posible!
Bajé rápidamente unos escalones para recoger el teléfono que estaba en el suelo, al cogerlo pude comprobar lo desgraciado que era en ese momento.
La pantalla estaba completamente destrozada, incluso faltaban trozos de cristales.Comprobé con mínimas esperanzas si funcionaba, pero como era obvio ni emitió un haz de luz.
-Tuuuuu- Dije mientras me daba la vuelta y volvía a subir las escaleras ,-Estúpido has roto mi tele....- Me quedé petrificado cuando vi quien era la persona que me había cogido antes .
Jayce sonrió picaramente como si estuviera disfrutando de la escena.
-Tú, no, no, no,no, has roto mi telefono- Dije mientras subía las escaleras y le apartaba de un empujón.-No puede ser, no puedo ser tan desgraciado, no puede ser, no puedo tener tan mala suerte, no puede seeeer, como se supone que voy a pasar un verano entero sin música internet ni videojuegos- Dije tirando de teléfono al suelo.
-¡Me tienes a mi!- Dijo apoyándose de la pared, realmente estaba disfrutando del momento, veía un brillo en esos ojos negros que me hacían saberlo.
-TÚ ERES LA PEOR PARTE ESTÚPIDO- Dije tirandole un cojín de los de la cama, obviamente lo paró sin esfuerzo. - Me niego a pasar un verano así, ¡ ME NIEGO ROTUNDAMENTE!- Grité desgarrando mi garganta y hundiendo la cabeza en el colchón.
¿Era todo esto cierto, se puede ser tan desgraciado?
Definitivamente me daba igual que hubiera liebres o zoros o el mejor lago del mundo.
Este verano iba a ser el peor de mi vida.La risa de Jayce se escuchó suavemente detrás mía.
¿Me suicido o lo mato?
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My Tears Are Yours
RandomKian es el típico chico no muy popular y frikie, con pocos amigos y demasiados enemigos. Llega el verano y sus padres deciden ir a pasarlo a unas cabañas cerca de un lago, además de que han invitado a unos amigos. A Kian la idea ya le parecía mal, p...