𝖢𝖺𝗉𝗂́𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖼𝗎𝖺𝗍𝗋𝗈

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Un chico se encontraba corriendo, pidiendo ayuda por toda la calle mientras las personas que le veían pasar solo lo observaban de forma rara y unos se alejaban de él.

─Mira hijo, ese niño es mongolito. ─Un beta le dijo a su hijo señalando a Jeongin que seguía gritando. 

Un alfa enojado tomó de los cabellos al beta viéndolo fijamente.

─A mi omega no lo insultas de esa forma. ─Gruñó mostrando sus afilados colmillos. ─Tu hijo no tiene ni chiste y nadie te dice nada. 

Dejando al beta y al pequeño niño desconcertados, Hyunjin recordó que iba tras el omega y corrió hasta encontrarlo y cargarlo sobre su hombro dándole una nalgada.

─Te llevaré a casa con mamá. ─El alfa iba feliz como si Jeongin no estuviera gritando y golpeando su espalda para tratar de librarse de él hasta que una mordida sobre su trasero le hizo reaccionar. 

─ ¡Bájame, alfa tonto! ─El omega soltaba gruñiditos que solo lograban causar ternura en vez de miedo.

─Si te bajo vas a huir y no dejaré que huyas. Me costó mucho trabajo robarte, ¿tú no aprecias el esfuerzo de las personas? ─Hyunjin le habló quejándose como si robar a una persona fuera algo normal. 

─ ¿Te caíste de pequeño o porqué eres tan pendejo? ─Esa simple pregunta hirió el orgullo del alfa haciendo que lo bajara de sus hombros para observarlo fijamente haciendo que se le erizaran los vellos. ─Tranquilo, lobito. No lo dije para ofenderte, pero... olvídalo, sí lo dije para que te ofendieras.

─Así me gustan, que tengan carácter fuerte. ─Habló orgulloso acercando su rostro al cuello del menor olisqueando su dulce aroma a marihuana. Jeongin solo quiso alejarse y salir corriendo de allí por los nervios que comenzaba a sentir en ese momento, pero no le quedó más que dejarse llevar por el alfa. 

Después de caminar unas cuantas cuadras con un Hyunjin muy flojo quejándose de que su casa estaba muy lejos, llegaron a una casa pequeña muy linda de colores pastel; el patio estaba muy bien cuidado y se podía observar una ventana que tenía vista hacia la calle. Jeongin por un momento deseó vivir allí porque la casa se veía muy cálida. De ella salió un omega de rasgos finos, ropa muy elegante con un conjunto de joyas caras y un rostro totalmente serio. 

─Veo que conseguiste un buen omega, valdrá mucho dinero, mételo. ─Señaló dentro de la casa viendo a Jeongin de arriba abajo que casi se desmaya ahí mismo del miedo. 

─ ¡Mamá! Espantas a mi omega. ─Hyunjin hizo un tierno puchero hacia su padre que empezó a reír al ver a su hijo de esa forma. ─Si me quedo soltero toda mi vida va a ser por tu culpa. 

─No, mi amor, no me culpes a mí, es tu culpa por ser tan intenso. ─El padre de Hyunjin se acercó hasta Jeongin sonriéndole con ternura. ─Disculpa, no quise asustarte. No se queden aquí y entren a la casa. 

Hyunjin tomó de la mano a Jeongin que al parecer seguía en shock por lo que acababa de pasar y prácticamente lo obligó a entrar a la casa; el omega se dijo mentalmente que la próxima vez correría más lejos del alfa para que no le volviera a obligar a ir a esa casa. Sin darse cuenta ya tenía 3 pares de ojos viéndole con curiosidad mientras él trataba de desaparecer de esa incomodidad, ¿Dónde estaba el alfa tonto cuando lo necesitaba? Ah, claro, estaba comiendo galletas como si su vida dependiera de ello, dejándolo morir solo. Maldito alfa.

─Dice Hyunjin que eres su omega ¿Es cierto? ─Kim Young Woon, el padre de Hyunjin, le observaba con cautela sin confiar en aquello que su hijo marihuano le decía.

─El cara de estreñido me había dicho que encontró al amor de su vida, pero no le creí, ya saben, es marihuano y esas cosas. ─Yeji la hermana menor de Hyunjin habló sin quitarle la vista al omega. ─Tiene un bonito pelo castaño y... huele a marihuana.

Toda la familia giró y su vista fue a parar hasta un Hyunjin que se había quedado con la última galleta a punto de meter a su boca, río con nerviosismo escondiendo la mano donde tenía la galleta detrás de su espalda.

─ ¿Qué pasó? ─Preguntó con temor puesto que no había escuchado nada de lo que su familia hablaba. 

─ ¿Por qué este omega huele a marihuana? Hijo, está mal involucrar a más personas a tu mundo. Te aceptamos tal y como eres porque te amamos mucho pero no aceptaré esa actitud tuya, jovencito. ─Hwang Jung Soo le había regañado colocando una mano sobre su cintura, señalando a su hijo con la otra como toda una madre enojada.

─No, amor. Este chico no huele a que se haya drogado, es su olor natural. ─El señor Kim mantenía la mirada fija en Jeongin haciendo que este siguiera sin moverse o hablar.

─ ¡Por eso a Jin le gusta este omega! ─Yeji dijo con entusiasmo como si hubiese descubierto el mayor misterio del mundo.

─Tarados, lo asustan. ─Hyunjin se acercó hasta Jeongin para abrazarlo y con su mano empujar el rostro de su mamá que estaba intentando oler al omega. ─Bueno, ¿Les gusta mi omega? Es bellísimo. ─El rostro de ese alfa marihuano de ojos rojos solo expresaba orgullo apreciando a lo que para él era: el mayor tesoro del mundo. 

Toda la familia Hwang soltó un ronroneo de satisfacción al sentirse relajados por aquella arma fuerte que soltaba un asustado Jeongin que en ningún momento se había movido. 

Con razón este alfa tonto es así, no lo culpo que sea tan intenso y extraño. Pensó el omega suspirando ante aquella extraña familia resignándose a pasar un rato con ellos. Solo esperaba no volver porque todos le daban miedo.

Olor a marihuana | Omegaverse [Hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora