Capítulo 7

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(Al día siguiente).

Estaba durmiendo cuando de repente me sobresalto por unos golpes en la puerta. A regañadientes, bajé las escaleras y me encontré con Marius, cómo no, aporreando la puerta.

Con una media sonrisa le pregunté;

-Hey, no hace falta que estés aporreando la puerta todo el rato. Dime ¿qué quieres?.

Con una sonrisa me dice;

-Buenos días también, vengo a llevaros a tí y a Eponine a una reunión en el café Musain.

-Encantada iré. Ah Eponine vámonos al café Musain para la reunión.

Salimos de casa rumbo al Musain. Por el camino iba pensando en las posibles opciones para poder salvar a los estudiantes de sus muertes en la barricada.

(Dentro del musain)

Subimos las escaleras, le doy un beso a Joly y enseguida empezó la reunión

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Subimos las escaleras, le doy un beso a Joly y enseguida empezó la reunión. 

(A los pocos minutos)

Mientras Enjorlas  hablaba sobre la revolución, la barricada etc yo iba pensando en cómo ayudar a los revolucionarios con la revolución y hacer que el pueblo se uniera, de alguna manera, a la pelea.

Finalmente me armé de valor y dije en voz alta;

-Hola, quiero dar mi opinión y dar distintas ideas sobre la revolución que va a haber.

Todos me miran muy atentos a mis palabras.

-Yo pienso que todavía no es el momento de empezar la revolución. Debemos esperar un momento que marque la diferencia.

-¿Qué te hace pensar esa idea?-pregunta Bossuet.

-¿Qué me hace pensar esa idea?, muy sencillo, el pueblo reacciona al momento de ver algo llamativo y que impacte, algo que les saque de la rutina, así captaremos la atención de la gente. 

La habitación entera se quedó en silencio absoluto, hasta que Enjorlas se levanta del asiento donde estaba sentado, se acerca a mí y dice en voz alta;

-Lo que dice María tiene sentido, tenemos que planificar lo que haremos de ahora en adelante, los posibles lugares en donde se hará nuestros discursos y, seguramente, de las posibles consecuencias para así poder prepararnos cada uno de los escenarios posibles.

Enseguida todos empiezan a planificar, a contar las armas cómo pistolas, bayonetas, fusiles, espadas etc.

Me acerqué a mi novio y a Combeferre y les dije;

-Necesitamos las suficientes vendas y demás equipos médicos para poder atender a los heridos en la batalla.

Después de decirles eso, empezamos a mirar los diferentes suministros que íbamos a necesitar para atender adecuadamente a los heridos en la taberna.

Mi plan va en marcha, espero que funcione.

Al rato, Enjolras y yo, mientras que los demás estaban trabajando en lo suyo, empezamos a escribir los diferentes folletos que vamos a repartir al pueblo en los discursos que se darán en las diferentes partes de París.


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