El alba empezaba a despuntar sobre la Rue de la Chanvrerie, la luz pálida acariciando la barricada que los estudiantes habían levantado con una mezcla de desesperación y esperanza.
Marius, Enjolras, Jean Pouviere y los demás estudiantes, junto con algunos ciudadanos, estaban en sus posiciones, listos para enfrentar la embestida de las tropas del gobierno.
A lo lejos, se oían los tambores de guerra a la distancia, los cuales, anunciaban la llegada de los soldados. Enjolras se dirigió a sus compañeros con voz firme y clara;
-¡Compañeros!, hoy es el día en que probaremos nuestra valentía y determinación, no solamente luchamos nosotros, sino por un futuro mejor para todos.
(POV Marius).
Después de las palabras de aliento de Enjolras, resuena el primer disparo, el cuál llenó el aire con un estruendo ensordecedor. La barricada, en poco tiempo, se convierte en un caos de disparos, humos etc.
Mientras disparaba a los enemigos, mi mente volvió a la promesa que le hice a Eponine de regresar a ella.
De repente, una figura familiar aparece corriendo hacia la barricada. Sentí a mi corazón detenerse por un momento al reconocer a Eponine.
Avanzando hacia ella le digo, más bien le grito;
-¡Eponine!, no deberías estar aquí.
Me dió una sonrisa desafiante y me respondió;
-No podía quedarme al margen, Marius. Prometí regresar a tu lado y luchar contigo.
(POV Narradora).
Antes de que Marius pudiera protestar, se escucha un disparo cerca de donde estaban. Jean Prouvaire estaba en la línea de fuego. Esto no tiene buena pinta.
(POV Eponine).
Mientras discutía con Marius, me fijé de un soldado que apuntaba a Jean, me lancé hacia él, interponiéndome en el camino de la bala que iba dirigida a Jean.
Suena el disparo, la bala me impacta en el costado izquierdo, me tambaleé y caí al suelo. Mi visión se volvió borrosa.
(POV Narradora).
Después de que la bala impactara en el costado de Eponine, Marius corrió hacia ella con el rostro en una máscara de horror.
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-Eponine ¡no! ¡Eponine!.-Gritó Marius, arrodillándose a su lado. Eponine, con el rostro pálido, le sonrió débilmente.
-Marius tenía que hacerlo. No podía dejar que él muriera.
Jehan, con el rostro lleno de incredulidad y culpabilidad se arrodilló junto a Marius y Eponine;
-Eponine, no debiste..... yo........
Ella levantó una mano temblorosa y sacó una carta del bolsillo y se la entrega a Jehan;
-Es...es de Cosette. Me pidió que te la entregara.
Jehan tomó la carta con las manos temblorosas y sus ojos llenos de lágrimas.
-Gracias Eponine. Pero no nos puedes dejar ahora, tienes que aguantar.
Marius se apresuró a gritar, lleno de preocupación por lo que podría pasarle a su novia;
-¡NECESITAMOS AYUDA, RÁPIDO!.
Entonces Eponine, con los ojos cerrados por el intenso dolor, apretó con todas sus fuerzas su mano;
-Marius....siempre te he amado. Solo quería....estar contigo.
Se incorporó un poco para besar a Marius como pudo y perdió el conocimiento a causa del intenso dolor.
En ese momento se ve a Joly y a María, seguramente Combeferre está dentro del café con los heridos, en cuanto estuvieron junto a ellos, María dijo en voz baja;
