Capítulo 18

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(Mientras tanto).

La oscuridad de la noche envolvía la barricada en una atmósfera de tensión palpable. Los rebeldes se preparaban para el inminente enfrentamiento, sabiendo que cada momento podría ser su último.

Mientras que los demás estaban en la barricada, en la otra parte del Café Musain, Jean Valjean y Javert se enfretaban en un duelo silencioso de miradas y voluntades.

Valjean había pedido a Enjolras estar a solas con el prisionero y, finalmente después de pensarlo mucho, había accedido. Los demás se retiraron, dejando a los 2 rodeados de sombras y la tenue luz de una lámpara de aceite.

-Javert, comenzó Valjean- estamos en un lugar donde la ley y el orden han colapsado. Aquí en la barricada, solo hay hombres luchando por lo que creen correcto.

Javert levantó la barbilla, su expresión desafiante;

-No espero piedad de tí, Valjean. Haces lo que debes, como siempre. Pero yo también hago lo que debo.

Valjean lo miró con una mezcla de compasión y determinación.

-No se trata de piedad, Javert. Se trata de redención. He pasado estos últimos años huyendo y luchando contra el pasado. Pero hoy tengo la oportunidad de elegir.

Javert frunció el ceño, desconcertado por las palabras de Valjean.

-¿Qué estás diciendo?.

Valjean dió un paso adelante, su mirada fija en el inspector.

-Estoy diciendo que te dejo ir. Aquí, en esta barricada, el odio y la venganza no tienen lugar. Necesitamos algo mäs, algo mejor.

Javert se quedó en silencio, procesando las palabras de Jean Valjean desató las cuerdas que ataban las manos del inspector, liberándolo.

Javert se frotó las muñecas, mirando a Valjeab con una mezcla de incredulidad y algo que parecía ser (N/A por muy raro que parezca en Javert), respeto

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Javert se frotó las muñecas, mirando a Valjeab con una mezcla de incredulidad y algo que parecía ser (N/A por muy raro que parezca en Javert), respeto.

-Pero no entiendo- preguntó Javert, con la voz temblando ligeramente,-¿Por qué haces esto?.

Valjean suspiró de nuevo;

-Porque creo en la posibilidad de cambio. Porque creo que, en este momento, liberar a un hombre de su odio es más importante que cualquier otra cosa.

Aun así, Javert permaneció inmóvil, su mente en conflicto. La disciplina férrea que siempre había guiado su vida se enfrentaba ahora a un acto de misericordia que no podía comprender.

Finalmente, Javert asintió lentamente, aceptando la libertad que le ofrecía Valjean.

-Gracias,-dice Javert, saliendo del Café Musain.

Valjean lo siguió con la mirada hasta que desapareció en la oscuridad.

Mientras tanto, dentro del café, la noticia de la liberación de Javert comenzó a esparcirse. Cosette, Jean Pouviere y Marius miraban a Valjean con asombro cuando regresó.

Cosette, aún asombrada sobre lo que había pasado, preguntó;

-Papá ,¿qué pasó?.

Valjean contestó;

He dejado ir a Javert, ya que, en estos tiempos oscuros, debemos afirmarnos a cualquier atisbo de humanidad que podamos encontrar.

Marius le respondió;

-Hiciste lo correcto monsieur Valjean. La venganza nunca trae la paz.

- Tu acto de misericordia nos da una razón más para luchar, una razón para creer que un mundo mejor es posible,-dijo Jean Pouviere.

Jean Pouviere tomó la mano de Cosette;

-Sigamos adelante, por todos aquellos que aún creen en la justicia y la compasión.





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