Capitulo 7

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—Acabo de recordar que Rhaenys me comentó que querías utilizar dorado en nuestra boda —dijo Daenerys desde donde estaba sentada.

Cersei frunció el ceño, dándole una mirada desde el espejo.

—¿Es posible?

Daenerys se encogió de hombros.

—No veo por qué no —respondió, aunque su expresión se tornó pensativa—. Aunque esperaría que después de la boda usaras más mis colores, no te negaré seguir con los colores Lannister. —Sus ojos examinaron a Cersei y luego sonrió—. Los colores de mi casa te quedarían de maravilla.

Cersei bufó apartando la mirada del espejo. Su cara se sentía ligeramente caliente, lo cual la molestaba.

Era una mujer adulta y una adolescente no mayor a Joffrey estaba coqueteando con ella. ¡Qué vergüenza!

—No veo por qué eso es relevante —masculló Cersei aún con la mirada baja—. Una mujer normalmente no piensa en los colores de la casa de su futuro cónyuge cuando está en proceso de casarse.

—Lo cual es un error si me lo preguntas —se burla Daenerys, aunque por el tono parece estar bromeando—. Imagina a una dama que no le guste el verde y se case con un Tyrell, terrible.

—Creí que dirías Hightower.

—Se supone que solo visten de verde para la guerra.

Cersei frunce el ceño y levanta la vista para volver a mirar a Daenerys a través del cristal; de alguna manera se siente más segura así.

—Conozco a los Tyrell y creo que tú también. Nunca los he visto de verde.

—Tal vez exageré, después de todo estoy hablando de los colores de los escudos y, a diferencia de los Targaryen, las otras casas no parecen vestir mucho sus colores a menos que seas soldado —Cersei abrió la boca para replicar, pero Daenerys continuó—. Bueno, puede que los Lannister sean la excepción; después de todo, he tenido a Tyrion casi un año y lo veo mucho de dorado y rojo.

—No todas las casas tienen la suerte de tener colores que combinen con todo.

—La casa Targaryen se lleva el premio en eso —acepta Daenerys, extendiendo la mano para servirse una copa de vino.

—El dorado y el rojo también combinan bien con todo.

—Sí, bueno, para gustos colores —descarta Daenerys.

Cersei se siente extrañamente ofendida por el fácil descarte, así que se gira para mirar a su prometida con el ceño fruncido.

—Sí combina.

—Yo no dije que no.

—Pero lo insinuaste —insiste Cersei, cruzando los brazos—. El rojo y dorado son majestuosos, poderosos. Hablan de realeza —masculla la Lannister, haciendo referencia a su tiempo como reina.

Daenerys se encoge de hombros, sin dejarse intimidar.

—Claro, y el negro y rojo no son menos majestuosos. Representan la fuerza y el poder, no por nada mi familia gobernó más de 200 años y, a día de hoy, las palabras 'Fuego y Sangre' siguen dando terror. Pero supongo que es cuestión de perspectiva.

El ceño de Cersei se profundiza, sintiendo como si estuviera perdiendo una batalla, y sobre colores nada menos.

—Perspectiva, sí. Aunque algunos podrían decir que el negro es un color triste, de luto.

Daenerys sonríe con cierta confusión, sin saber en qué momento se volvió una 'pelea' casi unilateral, una chispa de diversión brillando en sus ojos.

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