Sanadoras y herederos

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~—Sanadora —~

Ese día el Sanador principal los había mandado a llamar para una clase en la madrugada debido a que una criada se había lastimado con unas tijeras cuando recogía la ropa de la princesa, y como la herida no era grave el sanador creyó que era un buen momento para aprender el tratamiento básico de heridas.

Después de la breve clase, la chica se dirigió a la biblioteca principal.

Ella solo llevaba un mes como aprendiz y estaba encantada con las clases que le daban ahí, pero sobretodo le gustaba el acceso que tenía a la biblioteca principal, lugar que visitaba cada que podía.

Regina era una joven aprendiz de sanadora amante de los libros, desde pequeña siempre tuvo curiosidad por esos encuadernados que contenían miles de secretos en su interior, razón por la que era conocida como una rata de biblioteca en su pueblo.

Su padre era un comerciante de maíz, trigo y papa que se la pasaba viajando la mayor parte del tiempo a La Capital, él fue el que se enteró que el castillo buscaba aprendices de sanador jóvenes. Su madre se encargaba de cuidarla a ella y a su hermano menor que apenas era un bebé, la mujer sabía muchas cosas, cuando su familia lo necesitaba era artista, modista, músico, cocinera, enfermera y más. Regina admiraba que su madre pudiera hacer tantas cosas por lo que de pequeña le preguntó:

-Madre ¿cómo es que sabes hacer tanto ?

-Con la experiencia de la vida y la lectura.-le contestó.

Y como a su corta edad no tenía mucha experiencia de vida decidió dedicarse a la lectura.

Cuando la joven aprendiz llegó a la biblioteca se dirigió  a la sección de sanación para buscar un libro de heridas mayores.

Ella estaba concentrada leyendo pero un ruido similar a un golpe la distrajo, se asomó entre los libros para ver qué había pasado cuando notó  que el librero a su lado se le venía encima, trató de agarrarlo pero terminó en el suelo debajo del gran estante.

Le dolía todo el cuerpo, intentó levantarse pero se había atorado. Unos minutos después la aprendiz oyó unos pasos a lo lejos y pensó en pedir ayuda.

-no lo entiendes, es la mejor idea, cómo quieres que esté bien si no puedo cuidarme sola.-habló una mujer.

-Cass, no es una buena idea, mira tengo cosas que hacer, mejor dile a nuestra Madre.-contestó un hombre.

La joven atrapada escuchó como los pasos se alejaban cada vez más, era mejor que se apurara a pedir ayuda.

-Disculpa, si hay alguien ahí podría ayudarme.- gritó Regina.

Una joven con un vestido amarillo pastel se acerco y al verla empezó a retirar los objetos que estaban sobre la sanadora.

-Ay lo siento, no sabía que había alguien, intentaba probarle a mi necio hermano que era buena pateando.- le contó la joven de amarillo.

-¿Entiendo?- dudo la sanadora quien después de un rato por fin pudo moverse, se levantó con dolor  y empezó a acomodar los libros en su lugar.

-Déjalos, alguien vendrá a hacerlo por nosotras.- le comentó la joven de amarillo.

-No creo que las doncellas encargadas del servicio quieran ayudarnos- le dijo Regina, no conocía a muchas personas que trabajarán en el servicio de limpieza, pero sabía por su amigo Hartier que frecuentaban más la zona Norte de los guardias que la Este en donde se localizaba la biblioteca.

- Bueno, si quieres ordenar tú, adelante.- la joven de amarillo se levanto y sacudió su vestido. Vio a la sanadora un momento y debatió si debería irse ya.-Por cierto ¿Sabes algo de defensa?

-No, pero se curar heridas.- le contestó Regina.

La joven de amarillo sonrió con esta respuesta, sabía que hoy era su día de suerte, si su madre temía que se lastimara, con una amiga que conociera sobre curar heridas de su lado nadie la frenaría de su plan.

-Eso es increíble, soy la Princesa Cassnida, puedes llamarme Cass.-dijo extendiéndole la mano.



...

...::::: Heredero ::::...

Ser el heredero al trono no era fácil, desde pequeño lo criaron para gobernar. Su madre la reina se había esforzado por tratar de dejarlo divertirse como un joven pero los nobles cada vez se rebelaban más a menudo y el sabía que llevar el peso de cambiar un reino con el Plan Erina no era una tarea fácil para ella sola.

La falta de alimentos debido a la sequía era el problema que más afectaba al reino en ese momento y por eso había ido a la biblioteca principal a investigar si había una forma de cuidar los cultivos o ayudar a prevenir que las plantas se secaran antes de dar sus frutos, pero  solo consiguió dos libros al respecto y una nueva idea de su hermana en marcha.

Adoraba a su hermana, era su mejor amiga y causa de muchas de sus risas, pero con tantos problemas y su nueva faceta de realizar actividades descabelladas cada día lo estaba irritando.

Hace unos días se le había ocurrido a la princesa la idea de aprender a defenderse, usar armas y ser parte de la guardia. No era una mala idea y si ella fuera varón probablemente sería el puesto que le encomendarían; pero él no quería que se lastimara, podía hacer cualquier cosa, ella era libre, pero ¿Por qué elegía la más peligrosa?

El heredero llegó  a su estudio, se sentó en el escritorio que había colocado frente a la puerta y miró todo los libros y papeles que tenía por leer, no se sentía muy animado para empezar.

Alguien tocó la puerta.

-Adelante.-dijo él.

La reina entró por la puerta, tenía un aspecto cansado, pero sin importar todos su problemas le dedicó una sonrisa a su hijo y se acercó a su lado.

-¿cómo estás, Art?

-Bien, madre.

La madre no muy convencida observó el escritorio lleno del joven.

-No es necesario que te esfuerces tanto, puede que ya esté grande pero puedo con esto.-le aseguró la mayor.

-no madre, es mi respondabilidad.

-Creo que tengo que ordenarte pasar más tiempo con Cassnida, para ver si te diviertes un poco.- le dijo su madre.

-Ni lo menciones, a menos que desees que
tu hijo vaya a entrenar a diario con la guardia.

-¿Sigue con esa idea ?-sonrió la reina- tal vez deberíamos apoyarla, le diré a La Guardia que la entrene.

-No, he enviado a varios grupos al campo a tratar con las sequías, deben estar muy ocupados.-le contestó el príncipe a su madre.

-Bueno, puede que haya algún grupo en entrenamiento que nos ayude con esto, preguntaré por ahí.


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Distintos horizontes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora