Mejor que cualquier remedio

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<[——-Guardia———)]>

Si el joven guardia de ojos verdes permanecía en la sala de recuperación un momento más, se volvería loco. Todo su tiempo de entrenamiento se desperdició por un accidente.

Desde su cama, Hartier observó la sala vacía, ya todos habían salido del lugar , incluso los que llegaron después de él. Él abrió  el cajón de la mesa, ya estaba desesperado y haría cualquier cosa para salir, incluso si eso significaba tomar una cucharada de algo desconocido.

Tomó el frasco con el misterioso polvo blanco y sin dudarlo ingerió lo que calculó era una cucharada. Después de tomar el remedio que le dio el tío del príncipe, se sintió decepcionado, no se sintió diferente.

El encargado de los Sanadores vino unos minutos después para su revisión semanal.

-Joven, muévase de un lado al otro.- le dijo ayudándolo a pararse.-hágalo sin sentir dolor.

Hartier se movió de un lado al otro y no sintió nada de dolor, como magia.

-Me alegra su recuperación tan rápida.- le dijo el sanador con una sonrisa.-ya tiene permitido irse, primero empiece a ejercitarse con lo básico.

Que alegría sintió el guardia con esa noticia, tomó sus pocas pertenencias y corrió a la zona de dormitorios.

Cuando llegó a los dormitorios de los caballeros, varios guardias y personas de limpieza lo saludaron.

-Bienvenido, Hartier- le dijo Jarmian.

Él entró  a su cuarto compartido con Gerland, un chico más joven que él de pelo chino, piel bronceada y ojos color miel. Saludo al joven que estaba sentado tomando agua.

-Ya no más soledad para ti, amigo.- le dijo Hartier saludándolo.

-De vuelta a los ronquidos.- le respondió el joven burlándose.

Platicaron un rato de lo que se había perdido Hartier en el entrenamiento. Al parecer se perdió una revisión, pero el príncipe dijo que los involucrados en el accidente no debían presentarla.

Cómo ya estaba lloviendo, ya no era necesario llevar más guardias a las zonas cercanas del río, pero aún necesitaban estar presente algunos grupos para organizar un proyecto del príncipe.

-¿Entonces disminuirá los combates tan agresivos ?- le preguntó Hartier a su amigo.

-Esos continúan- le dijo Gerland- de hecho me lastime en un combate sin armas el otro día.

-¿Ya estás mejor ?- le preguntó el de ojos verdes, observando que no había ningún rastro de herida en su compañero.

-Sí.- le contestó y se acercó a él para susurrarle al oído- últimamente un señor vestido con trajes de distintos colores ha estado por la zona norte, si te acercas él te ofrece remedios para los dolores.

-¿El tío del príncipe ?-dudo Hartier.

-No sé quién es, pero dicen que ha viajado por todo el mundo y por eso tiene mucho conocimiento.- le dijo el más joven.

-¿Los has consumido ?

-Cuando me golpearon lo hice, son una maravilla. Ni los sanadores son tan buenos.




...

~—Sanadora —~

La clase del día se dio en unos salones reservados para explicaciones. Todos estaban sentados alrededor de dos mesas, escuchando el tema de la conservación de remedios. Días antes el sanador Louis había logrado mantener caldos sin que se contaminaran y se pudrieran.

Distintos horizontes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora