El trabajo de un guardia

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.:....    Princesa   ....:.

Su cuidadora le estaba arreglando su largo cabello color miel como todas las mañanas. La princesa adoraba a la mujer, ella la había cuidado desde pequeña y siempre estaba cuando la necesitaba.

-Creo que entrenar la está haciendo más hermosa de lo que siempre ha sido.- le dijo la anciana con su dulce voz.

-Gracias nani, es de las mejores ideas que he tenido.- le sonrió la princesa a través del espejo.- Después de las 6 estoy libre, ¿cierto ?

-Sí, princesa ¿planea hacer algo?-le preguntó la mujer mayor.

- Invitaré a mi amiga Regina a ver las cosechas del palacio. El otro día me dijo que su familia siembra cereales.

-Es una excelente idea, la mandaré a llamar a las 6. -le informó la anciana terminando su peinado y colocándole un moño rosa que combinaba con su vestido.

-Gracias.-dijo la joven.

La princesa se levantó de su tocador y se dirigió a su clase de piano en el salón de arte.

Mientras caminaba por los pasillos de la zona principal, se encontró con cierto guardia de ojos verdes pegado a la puerta del salón de estudios de su hermano.

-Es de mala educación espiar.- le comentó al guardia asustándolo.

-Princesa, buen día. No estaba espiando- le mintió el guardia.

-Bueno, entonces entra si tienes algo que decirle a mi hermano.

-No es nada, que tenga un buen día.- le dijo el joven haciéndole una reverencia para marcharse rápidamente.

Cass quiso entrar a la habitación para ver lo que estaba oyendo el guardia; pero  vio a su madre en el pasillo saludándola.

-Madre, buen día- la saludó la princesa.

-Cass que bueno que nos encontramos, justo venía a escucharte tocar el piano.-le dijo la reina tomándola del brazo.

Y así madre e hija se dirigieron al salón de arte para tener una tarde de mini conciertos juntas.

...

<[——-Guardia———)]>

El entrenamiento de esa tarde era un combate en parejas y con espadas. Hartier tenía que combatir contra Jarmian, un guardia unos años mayor que resultó ser un gran espadachín.

Se habían colocado ambos en el centro del campo de entrenamiento al aire libre, tomaron posición de defensa para atacar y en cuanto el entrenador silbó empezaron la batalla.

Jarmian mantuvo a Hartier alejado atacando con la espada, el mayor no lo dejó acercarse a él, pero en un descuido dejó un hueco en su guardia que Hartier aprovechó para golpear su brazo ocasionando que su agarre en su espada tambaleara. Continuaron con el combate durante varios minutos hasta que en un rápido movimiento Jarmian cortó el músculo deltoide del hombro del guardia de ojos verdes.

El entrenador paró el combate y llamó a un sanador que estaba en la zona para que atendiera al herido.

-Necesitarás que te cosan, hay que ir a la zona Este- le informó el sanador adulto que vestía  una túnica blanca.

El sanador cubrió la herida del joven con los pedazos de tela que traía y lo llevó a la zona Este, específicamente al salón más limpio que había en todo el castillo.

-Perfecto, un paciente con quien practicar- les mencionó el sanador Semmelweis a su grupo de aprendices en la sala, todos portaban una tela que les cubría la mitad del rostro.

Distintos horizontes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora