Bienvenidas

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...::::: Heredero ::::...

Se recibieron en total quince solicitudes afirmativas de familias de nobles, algunos rechazaron la solicitud justificándose por su lejanía con el castillo ya que este se encontraba en el Noroeste del reino.

El príncipe se encontraba esperando la llegada de los carruajes de los nobles en la entrada principal del castillo. Él estaba nervioso, hacía mucho tiempo que no convivía con los nobles.

Se anunció la entrada de un carruaje en el que venía la familia Burton del norte. Del carruaje bajo un señor alto vestido con un gran saco gris que le llegaba a las rodillas, llevaba un gorro negro con una pluma pequeña en la punta.  Después salieron 4 mujeres rubias y ligeramente bronceadas vestidas con vestidos largos amarillos, la mayor parecía ser la madre de las otras tres jóvenes delgadas.

-Bienvenidos.- los saludó el príncipe.

-Su alteza, que agradable invitación.- mencionó el hombre volteándose a señalar a las damas.- mi esposa e hijas. Somos los Burtons, del Norte.

Las cuatro mujeres le hicieron una reverencia al príncipe y él les indicó que entraran.

-Es usted muy apuesto.- murmuró la dama más joven haciendo que las demás se rieran.

Unos minutos después entró otro carruaje por el que bajaron 2 hombres de cabello castaño y ojos cafés, ambos vestidos completamente de negro y con trajes a la medida.

-Bienvenidos.- los saludó el príncipe.- entren al castillo, por favor.

El hombre mayor le hizo una reverencia y se dirigió al recibidor del castillo y el más joven se quedó ahí.

-¿Entonces te quedarás parado recibiendo gente ?- le preguntó el noble.- no sabía que ser príncipe era tan horrible.

-Solo entra, German.- le respondió el príncipe a su amigo.

-Te acompañaré, Art.-le contestó.-para eso están los amigos.

El príncipe era amigo del noble  desde pequeños debido a que él era parte de una familia noble de la capital. Cuando él era más joven solía ir a jugar con German, incluso hicieron un viaje por el reino juntos.

-Te aburres muy rápido.- le recordó al príncipe.- no creo que resistas.

-Me ofendes.

Los dos jóvenes hablaron de lo que había pasado en sus vidas desde hacía dos años que no se veían. German era un gran arquero en su juventud, pero lo dejó para dedicarse al comercio de telas de su familia.

Otro carruaje entró por las puertas de los muros del castillo y bajaron  de él una familia de cuatro personas, dos hombres y dos mujeres, cada uno vestía de colores distintos y brillantes.

-Bienvenidos.- les dijo el príncipe.

-Gracias por recibirnos .- les dijo el hombre mayor para después señalar a su familia.- Esta es mi esposa y mis hijos.

El señor presentó a cada miembro de la familia, la más joven era muy blanca de piel lo que resaltaba más por su larga cabellera negra y el joven compartía con su hermana los ojos azules y cabellera negra.

La familia entró al recibidor sin ningún otro comentario.

-Son de la zona Oeste, de Burchg .- les susurró German.- por eso los colores llamativos, son los Tsanei que se dedican  a la ganadería.

-¿Los conoces ?- le preguntó el heredero, no recordaba haber visto a ninguno de ellos.

-Producen los mejores cortes de carne del reino, claro que los conozco.- se rió su amigo.- pero cuidado con los hermanos.

-¿Por qué ?-preguntó Art.

-Son demasiado reservados, supongo que es su personalidad.

Los carruajes siguieron llegando, siguieron los Rayton de la zona Norte, los Gillton del Sur, los Filltons del Este, entre otras familias de nobles de las 8 regiones y la capital del reino a los que el príncipe dio la bienvenida con su amigo hasta que éste último se aburrió y entró al castillo.

...

.:.... Princesa ....:.

Nunca había estado rodeada de tantos rostros desconocidos, eran más de 50 personas sentadas alrededor de dos mesas largas provisionales que pusieron en el comedor. En una mesa estaban los mayores con su madre en la cabecera y en la otra los jóvenes con el príncipe en un extremo y ella en otro.
Se sentía nerviosa con tanta gente reunida, esperaba poder conocer a muchas personas.

Las jóvenes a su lado parecían lo más opuesto que había visto, a su izquierda estaba una chica de cabello negro que solo se dedicaba a comer y a su derecha una alegre joven rubia que no paraba de hablar con otras nobles parecidas a ella.

-¿Tú eres la princesa ?- le preguntó la rubia.

-Así es.- contestó Cass regalándole una sonrisa. Su cuidadora le dijo que una sonrisa le podría traer amigos.

-Tienen razón, no te pareces a el rey.- le dijo la joven.

-Silencio, Minerva.- la callo una de las jóvenes parecida a la rubia, probablemente su hermana.

La princesa nunca conoció a su padre , él ya había muerto cuando nació ella. Había visto retratos del rey por lo que sabía que ella no se parecía a él en sus rasgos y tampoco heredó su pelo castaño y ojos oscuros, era idéntica a su madre.

-¿Ustedes se parecen a su padre?- les preguntó la princesa.

Las nobles solo se rieron y siguieron hablando entre ellas.
-¿Tú te pareces a tu padre ?- le preguntó la princesa a la pelinegra sentada a su izquierda. La noble continuó comiendo ignorando el comentario de la princesa.

Cass voltio a ver a su hermano quien parecía muy feliz hablando con jóvenes de su edad. Sería mejor si se dedicaba solo a comer como la chica de alado, socializar no era tan fácil como lo pensó.



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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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