Capítulo 1

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Quién hubiera imaginado que dormir sería tan difícil y no por insomnio sino por el motivo.

Takia Wenzel.

Rebelde es la palabra que la define por completo.

Suele siempre llegar en la madrugada entrando por mi balcón, su excusa es que es la única de entrar sin que sus padres lo noten.

Aunque hoy no solo llego temprano sino que entro por la puerta principal llamando la atención de sus padres quiénes en este momento la estaban regañando.

Trato de mantenerme despierto, quiero escuchar la razón por la entro como una persona normal y no como un ladrón. Pero solo escucho murmullos inentendibles, con gran pesar aparto la sábana y me levanto.

El sonido de un jarrón estrellándose en la pared hace que me detenga dejando la puerta entreabierta y permitiendo que escuche con claridad lo que pasa, más las palabras del señor Wenzel me sorprenden al punto de salir casi a tropezones y bajar las escaleras hasta la sala donde sucede la discusión.

—¡Hice de todo! ¿Y así me pagas?— señala el estómago de Takia y eso responde más mis dudas.

Espero que Takia demuestre señales de que es una broma, que está equivocado. Pero solo mantiene la mirada en el suelo y juega con sus dedos como siempre lo hace cuando está nerviosa.

Logro ver un ligero temblor en su cuerpo, se está conteniendo.

—Me avergüenzas hija ¿En que fallamos?— la señora Wenzel solloza siendo consolada por mi madre.

—Takia...— susurro, más aprieto mis labios sin saber que decir, esto fue inesperado.

—¿Es en serio?— el tono tan frío de Takia inunda el lugar y alza su mirada, sus ojos están rojos, hinchados y sus nudillos se tornan blancos de tanto apretar los puños —Me juzgan, critican. Desde que les di la noticia solo me atacaron pero alguno se detuvo a preguntarme que pasó.

Se miran entre ellos y su madre toma la palabra —¿Qué te pasó mi niña?.

Sonríe de lado y hace una mueca desagradada por la pregunta —Ahora soy tu niña, hace unos segundos era tu vergüenza.

—¡Takia, se clara...

Interrumpe a su padre —¡Jodanse!— les dio la espalda y yo aprieto el barandal asustado de salir afectado por su ira cuando solo está curioseando —Tu no— dice al pasar por mi lado.

Siento el vuelco de mi corazón al excluirme de su insulto pero el mismo se encoje al verla salir con una maleta de su habitación

Quiero preguntar pero su padre se me adelanta ganando una mirada fría de Takia —¡¿A donde vas?!

Tira la maleta al suelo y siento unas ganas inmensas de abrazarla cuando sus ojos se cristalizan —Habías dicho que no me querías en esta casa, que me fuera con el padre del niño— parpadea varias veces reteniendo las lágrimas —Como no tiene me voy al puente de la autopista

—¿Cómo que no tiene?— pregunta mi padre incrédulo, de hecho todos tenemos la misma pregunta

Mira al techo y respira ondo antes de agacharse para agarrar la maleta —Debieron preguntar eso antes de decirme tales cosas, ahora no quiero decir nada

Cuando veo que sigue con el plan de irse antes que mis padres o los suyos digan algo, corro y la rodeo con mis brazos, se resistió pero terminó accediendo

—Necesitas descansar— murmuro besando su coronilla

Se aleja un poco para secar sus lágrimas y chasquea la lengua —Soy del asco

—No del todo

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