Capítulo 14

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♪Takia♪

Forcejeo tratando de soltarme pero me es imposible, miro a mi objetivo quien se burla en vez de estar arrepentido

—¡Steven, suéltame!

—¡No lo hagas esa loca me matará!

Sonrío sarcástica —¿Cómo crees? Solo quiero verte de cerca

—Soy muy joven para perder a mi novia— dice en tono lastimero

Kameth le lanza un beso y sonríe triunfal —Gracias cariño

Sonrío inocente cuando una idea cruza por mi cabeza —¿Eso es una araña?

Steven me suelta del susto y me lanzo contra Kameth quién empieza a reír cuando le jalo los cachetes

—El florero me lo puedes devolver pero, ¿Qué hay de mi dignidad? ¿Cómo me la devuelves?

—No es tan malo— agrega Steven bebiendo una taza de café

—¡Claro que lo es! Ya sabían mi nombre, ¿Por qué querían saber más?. Mi apellido, el área de estudio, a que se dedican mis padres, que planes tengo para el futuro, mi vida amorosa...— enumero cada cosa —Ya siento escalofrios de recordar como me sentí al ser observada por todos

Kameth solo se reía pero se detuvo al escuchar la afirmación de Steven

—Me parece haber visto a tu amigo— al igual que yo también estudia, aunque ya es último semestre, era de esperarse que lo hubiera visto —Es diferente al de la foto que nos mostraste

—¡Ese hijo de...!, ¡No te preocupes Takia!— parpadeo confundida cuando coloca sus manos en mis hombros —Yo me encargo de desaparecerlo

—¡Yo te apoyo!

—¿Qué?

—Tengo una idea— Steven saca un cuaderno, ¿De donde lo saco?

—Vaya, estás ideas son geniales

No se que han escrito pero por sus sonrisas malévolas se que nada bueno

—¡Esperen! No harán nada...

Nos cubrimos los oídos cuando un extraño sonido se escucho por toda la casa

—Carajo, casi quedo sordo

Reconozco el sonido, es de un violín, pero que mal toca.

—Seguro los vecinos encontraron nuevo ocio

El sonido fue demasiado cerca para ser los vecinos, sigo el sonido cuando vuelven a tocar instrumento.
Abro la puerta de mi cuarto pero no hay nadie, abro el de invitados al igual que el otro también estaba vacío, entonces abro el cuarto de mis hijas y el sonido se escucho más fuerte

—¡Ya deja eso! Nos dejaras sordas— kaela se encoje en su lugar ante el regaño de Kaira, ay pequeña

—Kaira, mamá te va a regañar— Kathy trata de advertirle pero ella la ignora y le quita el instrumento a Kaela —¡Kaira!

—Estara agradecida, le estoy salvando de este horrible sonido— da la vuelta y me cruzo de brazos recostandome en el umbral de la puerta —¡Tocas horri...! ¡Mamá!

Elevo una ceja —¿Tú crees?

Kaela corre hacia mi y con ojos llorosos me mira suplicante —¡Mami, yo solo...! Quería tocarlo pero...

—Yo le dije a Kaira que la dejáramos sola— continuo Kathy —Pero me dijo que no

—¡Era obvio, tenía que estar cerca para comprobar que no nos quedaríamos sordos! Todo lo que hago lo ven mal

—¡Es porque eres mala!

—¿Quieres que sea mala?

Suspiro, mi trio de angeles

Me agacho cuando un brazo pasa por imprevisto y miro mal al causante pero se hace él desentendido, ruedo los ojos y sigo mi camino encontrando el pasillo lleno, hoy no hay eventos, ¿Qué pasa?

Llegaré tarde y ellos evitando mi paso

Aprieto el envase de café en mi mano me costó mucho como para que se desperdicie, logro hacerme paso entre la multitud pero un grito hace que me detenga y frote mi oído derecho, creo que me quede sorda

—¡Es verdad!, ¡Es guapísimo!

Debí imaginarlo, ruedo los ojos levemente molesta. Están aquí para estudiar pero detienen todo solo porque hay “alguien atractivo” que pérdida de tiempo. Retrocedo cuando la misma chica se acerca con quién sabe que intenciones haciendo que tropiece con mis tobillos y caiga al suelo, asustada miro mi envase de cafe y suspiro cuando lo veo intacto

—Fijate tonta— él chico tiene una mano en su mejilla y me mira molesto, arqueo la ceja al entender el porqué me dolía el codo, me levanto ignorándolos pero de imprevisto me jalan y mi cuerpo se estrella con los casilleros.
Una mano me detiene por el hombro y levanto la mirada dispuesta a darles un buen golpe, aunque por mi cabello en la cara logro ver que no esta nada mal, pero ser lindo no le da derecho a tocarme y mucho menos a... ¡Mi café!

El envase está en el suelo con todo el contenido derramado

—Ta...— le interrumpo con una cachetada, me importa poco lo que quería decir, no almorcé y me olvidé de traer dinero. Ese café era como mi único alimento y por culpa de él se desperdicio

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