Capítulo 2

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—Esto es difícil de procesar— comenta mi padre después del incómodo silencio que se produjo

—¿Qué le pasa a mi niña? Ella no era así— frunzo el ceño, hace un momento Takia les reclamo por atacar sin antes preguntar pero parece que las palabras se las llevo el viento

Sin querer escuchar algo más me levanto dispuesto a ir a su habitación, si le pregunto talvez me diga que pasó

—¿A dónde vas Allan?— me tenso ante la pregunta del señor Wenzel

—Ire a ver cómo está— contesto sin mirarlo

—No, si lo haces pensará que tiene apoyo y es lo último que tendrá de nuestra parte

Aprieto la mandíbula —No cree que...

—Gracias por la aclaración padre, tu mente es demasiado cerrada. Se nota que de todo lo que dije solo escuchaste la parte de que estoy embarazada y lo demás lo arrojaste al fondo del abismo que en este momento tienes de corazón

—No me hables así jovencita, la única culpable de esta desgracia eres tú

Suspira y sonríe de manera melancólica —Parece que los testimonios eran ciertos— exclama bajando las escaleras

¿Testimonios?

—Yo, solo yo tengo la culpa, sabes eso pareció una espada traspasando mi corazón

—Querida por favor yo sé que no eres así, las fiestas te desagradan. Se más clara para que podamos entender— queda unos segundos mirando a mi madre y después sonríe estirando sus manos al techo

—Bueno, como dije pudieron preguntar antes y no quisieron. Ahora— señala la puerta —Me voy

Camina unos pasos pero su madre se interpone en su camino

—De está casa no saldrás hasta que nos expliques la situación— ambas se miran a los ojos, Takia es la versión pequeña de su madre por lo que ese duelo de miradas es un empate —¡Y tú te callas!— señala al señor Wenzel cuando tuvo intenciones de hablar

Takia intenta salir pero su mamá es más rápida y le coloca seguro a la puerta haciendo que ella bufé —Habla— ordena

Takia sonríe —No, y no repetiré el motivo porque no soy disco rallado

—Entonces de esta casa no te irás

—Bien, encadeneme. Encontraré la manera de salir, yo...— y no pudo continuar porque al caminar en retroceso tropezó con sus tobillos y cayó al suelo haciendo que todos nos asustemos pero ella se levantó como si nada —Estoy bien, estoy bien. Y el Frijolito también

Sonrío, Frijolito ¿Así lo va a llamar?

No parece incómoda o ya lo sabía y estaba preparándose para comentarlo

—Tienes mi apoyo

Todas las miradas se posan en mi pero la única que me interesa es la de ella, mi compañera de juegos, travesuras y ahora futura mamá

Sonríe y veo aquel hermoso brillo en sus ojos que no veía hace dos semanas —Entonces serás su niñero

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