Capítulo 8

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Allan


¿Cómo es posible que se quede tanto tiempo encerrada?

Suspiro recostando mi frente en la puerta —Takia si algo te molesta podemos hablarlo

Liria coloca su mano en mi hombro —Lo siento, es mi culpa— desvía la mirada y cierra los ojos —Se nota que le molesto, no debí venir— le sonrío y me enderezo

—Takia es…así— acaricio su mejilla y colocó un beso en su otra mejilla. Miro la puerta de su habitación y recuerdo cuando llegué aquí

Estaba con los nervios a mil, la había visto la semana anterior y no le había informado de nuestra mudanza. Talvez estaría enojada y me equivoqué cuando sus padres nos abrieron la puerta, ella bajo en pijama y el cabello desordenado ya no tenía esos raros frenos y pequeñas pecas adornaban sus mejillas, estiró sus manos al aire y nuestros ojos se encontraron. Se quedo quieta mirándome y parpadeo sonrojándose. Sonreí por lo tierna que se veía

—A-A-¡Allan!

—Hola

Se tensa y nos da la espalda —¡¿Por qué nadie me dijo nada!, ¡dios, que vergüenza!— corrió a su habitación y por intuición la seguí —¡No estoy, si quieren hablar con Takia lo pueden hacer mañana!

Me reí —¿Quién habla entonces?

Se quedo en silencio y escuché un golpe seco, se había caído —Su contestadora

Recosté mi frente en la puerta —¿Le puedes dar un mensaje a Takia?

—Cla-¡Claro!

—Dile que…— no encontraba las palabras correctas —Me era hermosa aún con frenos

Entreabrió la puerta y me miró haciendo un puchero —Mentiroso

Me crucé de brazos —Cuando te he mentido

Se aclaró la garganta y abrió sus labios para hablar pero los cerró quedándose pensativa —Rayos— murmuro mordiendo el interior de su mejilla

Aproveché su descuido para dejar un beso en su frente —Me muestras la casa, disculpa si no te lo dije. Pero ahora viviremos juntos

Saltó rodeando mi cuello con sus brazos —Es grandioso

Me recuesto en el sillón y cubro mis ojos con mi brazo, ¿En qué momento todo cambió? Solo basto un segundo

—¿Te gusta Takia verdad?

Me siento de golpe y miro contrariado a mi papá —¿De que hablas?

—Hace semanas ella te evita y pareces alma en pena— me señala enfatizando sus palabras

—Si estoy mal es por la cantidad de tareas que mandan en el colegio— froto mis ojos y me levanto dispuesto a ir a mi habitación pero cuando subo el primer escalón sale ella de la suya y nos quedamos mirando unos segundos antes de ella torcer los labios y regresar cerrando la puerta bruscamente, aprieto el barandal. Si al menos me dijera que pasa

Mi papá se recuesta en el espaldar del sillón cruzando sus brazos —Aja y yo nací ayer

—Nada que ver. Es mi amiga nada más

—Si, lo mismo decía el hombre frente a ti— comenta Júpiter, la mamá de Takia, cerrando la puerta de la entrada —Parecía disco rayado, solo lo aguantaba porque era mi mejor amigo

Mi papá lleva la mano a su pecho ofendido —¡Ey! Eso duele

Ella se encoge de hombros y me mira —Sabes la situación de Takia pero si quieres estar con ella, tienes mi aprobación

Me descoloque —¿Qué?

—La mía también— comenta mi papá levantando la mano

—¡¿Qué cosas dicen?!, ¡No hagan suposiciones!

Júpiter avanza hasta la cocina y frunce el ceño —Se comió mi chocolate— murmura —¡Takia!

—¡Era mío!— contesta muy cerca de mi y casi caigo de la impresión, ¿En qué momento llegó? Por eso dejaron el tema,  Júpiter me guiña el ojo y suspiro rendido. Qué considerados  —El tuyo esta en el tercer…como sea que se llame, cerca de las frutillas— me mira y recuesta su codo en barandal apoyando su mejilla en su mano —¿Y tú qué me miras?— trago saliva y sonrío nervioso, inconscientemente dirijo la mirada a su estomago donde es un poco notable el ser que está creciendo en ella, alzo la mirada y la encuentro muy cerca de mi —¿Me vas a responder o seguirás poniéndote en modo tomate?

Los dos mayores ríen y yo niego —Es que es verano— me excuso sin yo mismo entender porque me sonrojo o me pone nervioso su cercanía

La puerta principal se abre y respiro con normalidad cuando se aleja —Desagradable— gruñe molesta y miro la puerta principal

—¡¿Liria?!— exclamo un poco confundido —Me habías dicho que estabas ocupada

Me dedica esa tierna sonrisa —Eso puede esperar, ¿Sigue en pie nuestra cita?

Camino hacia ella y dejo un pequeño beso en sus labios —Por supuesto— la tomo de la mano y salimos pero siento una cálida mano detener mi brazo

—¿Lo puedes dejar para otro día?

—Lo lamento Takia— empieza Liria aferrándose a mi brazo —Esto ya estaba planeado

Ella la ignora y me da una mirada que no puedo descifrar. Miro a Liria y después a Takia, ¿Por qué me lo ponen difícil? Pero Liria es mi novia y tiene razón, esto ya estaba planeado

—Lo siento Takia esto…

Suelta mi brazo y da vuelta —Nose porque me molesto— cierra la puerta con fuerza y escucho como su madre la regaña por hacer eso

—Sigo sin entender porque cada que nos vemos me mira así

—¿Cómo?

Solloza y la abrazo asustado —Como si…como si me odiara

—Ella no te odia— susurro acariciando su cabello —Quizás solo…— no, no puedo hablar de eso —Esta de mal humor

Se separa y seco sus lágrimas —¿Tu crees?— asiento —Y… ¿Si hacemos un día especial, los tres? Y talvez volvamos a ser mejores amigas

—Suena perfecto

Ella sonríe y entrelaza nuestros manos recostando su cabeza en mi hombro —Estoy feliz de tenerte a mi lado

Beso sus nudillos sintiendo un reconfortante calor abrazar mi corazón —Yo también estoy feliz de tenerte

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