Capítulo 6

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Takia

Me coloco la pulsera de zafiros azules, se que es falsa pero la intención de un niño de 10 años es la que cuenta, salgo de mi habitación pero el refrigerador cerrándose me alerta y agarro el bate que tenía guindando en la puerta y la cierro con cuidado

Bajo las escaleras con precisión y cuidado, frunzo el ceño porque a distancia solo veía su sombra, bajo unos escalones más pero la sombra se mueve haciendo que regrese corriendo y me esconda en el pilar

Asomo mi cabeza, ¿Quién será?

Sonrío al recordar que al ser primer día de clases Allan sale temprano. Exhalo aliviada, aunque mi sonrisa se esfuma al recordar otra cosa. Salgo del pilar y me guindo un poco en el barandal, él no revisa la nevera y menos aún después de clases, lo primero que hace es entrar a su habitación y darse una siesta de “20 minutos”

Arqueo la ceja al ver una manzana mordida en la mesa principal, definitivamente no es Allan

Aprieto el bate en mi mano y bajo evitando hacer ruido, cuando estoy al último escalón un aroma a vainilla me hace revolver el estómago

¿Como no amar a mi frijolito? Comparte los disgustos de su mamá

Me cubro la nariz con una mano, nadie en la casa usa ese aroma de perfume. Sacudo mi cabeza, mi objetivo es la cocina, doy dos pasos y me detengo, algo me dice que mire hacia la sala de juegos, retrocedo y miro de reojo

Aprieto los dientes y si tuviera fuerza el bate en mi mano ya estaría roto

Ingenuo, idiota... No encuentro las palabras para describirlo, es un...un ¡Agh!

Allan está muy cerca de Liria, sus labios se mueven, están hablando de una manera en que solo los se escuchan. Hace tres semanas estaba triste porque a la niña le dio un ataque de celos sin sentido y a la semana le fue infiel, justo en su cumpleaños. Allan se emborrachó de la tristeza, un día que debió celebrarlo con alegría se la pasó derramando lágrimas por quién no lo vale

Y por lo que veo se ha olvidado de lo que la bruta le hizo pasar

Me tenso al sentir aire a mis espaldas, sin pensarlo me giro alzando el bate e impactando en su cabeza

Parpadeo mirando al cuerpo inmóvil a mis pies, ¿William?

Descanso el bate en mi hombro y colocó una mano en mi cintura, igual se lo merecía

—¡¿Qué fue eso!?— Allan me mira y se horroriza al ver a su amigo en el suelo —¿Qué le hiciste?¿lo mataste?

¿Me llamó asesina? Pero que pregunta, claro que lo hizo. Chasqueo la lengua, que exagerado, desde aquí se ve que respira

—¿Chicos que fue ese...?— Rita parpadea mirándome y después sacude su mano a modo saludo, entrecierro los ojos y ella baja la mano desviando la mirada

—Takia dame ese bate— lo miro de arriba abajo, ¿Quién se cree?

En mi defensa él me asustó, ¿Quién entra en una casa ajena sin avisar? ¿quién lleva “extraños” a tu casa sin avisar? Creí que era un ladrón solo me estaba defendiendo

—Hola Takia— el perfume olor a vainilla se intensifica y hago una mueca asqueada, existe algo llamado agua no es necesario que se gaste la botella entera en un día

Cubro mis labios cuando me da una arcada, esto no podré evitarlo. Suelto el bate y corro al baño, que gracias a las ideas de mi mamá no estaba tan lejos, abro la puerta cerrándola al mismo tiempo que entro, me siento de rodillas y respiro

Por favor frijolito, no le hagas esto a mamá

Inhalo y exhalo, pero eso solo lo empeora y termino expulsando mi desayuno, bajo la válvula y me levanto sosteniéndome del lavamanos

—Ahora entiendo eso de amar y detestar al mismo tiempo— me limpio y me miro en el espejo, bajo la mirada a donde ese encuentra ese pequeño frijolito

No voy a negar que apenas me enteré quería deshacerme de él pero no pude siempre encontraba una excusa para mí misma y, ¿Quién soy yo para negarle la vida?

La puerta se abre de golpe asustandome cuando me volteo lo que recibo son las manos de Allan en mi rostro, evito cerrar los ojos por las nuevas sensaciones que me da su toque

—¿Estás bien?

Frunzo el ceño, ¿Enserio? sino cambia la pregunta yo...

—Seguro comiste algo que te hizo daño, si tú cuerpo la rechaza no deberías forzarte

Bueno, eso fue mejor

Azoto sus manos y se aleja confundido, siento el olor a vainilla en su ropa, ¿Me quiere matar? No exagero, no soporto ese olor

Salgo del baño pero él me sujeta del brazo

—Takia, no— arqueo una ceja confundida —Conmigo, no— me da una mirada triste pero eso no quita mi enojo

¿Como se le ocurre regresar con Liria?

Me suelto bruscamente de su agarre y camino ignorando a todos sus compañeros, mientras subo las escaleras un nudo se forma en mi garganta

—¡Takia!

Acelero el paso y cierro de golpe la puerta poniéndole seguro, me recuesto en la ella escuchando como me pide que abra la puerta

Ni siquiera sabe que me pasa

Pierdo las fuerzas y me deslizo en ella con mis lágrimas cayendo una a una

—Confía en mi

—Claro que confío en ti, somos mejores amigas

Abrazo mis rodillas y llevo mi mano a las hebras de mi cabello, enrosco mi mano y jalo mi cabello

—Liria...¿Por qué?

—Es simple, el jamás se fijaría en ti y yo soy todo lo que quiere

Seco mis lágrimas pero este sentimiento no se detiene

—Liria es fabulosa

—Aja

—¿Qué te pasa?

Ruedo los ojos y me levanto dándole la espalda —Nada

Me levanto, mi vista está borrosa y tambaleo al dar el primer paso, respiro y camino hacia mi cama donde me dejó caer y me hago un ovillo abrazando la almohada, acarició mi vientre y suspiro

—No tiene sentido, ahora nada de eso importa

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