Guardianes Elementales Parte 1

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Nar despertó con seriedad a aquel lugar desconocido, parecía una cueva subterránea. Teren también despertó con algo de susto mientras se levantaba de aquel sueño frío, Vann solo miraba a sus alrededores con algo de miedo pero sin dejar de estar alerta; Ehecalt solo miraba en alerta todo mientras sostenía con gran fuerza su macuahuitl. Los cuatro se vieron en estado de alerta de amenaza.

-¿Quiénes son ustedes?...-dijo el conejo egipcio.

Los tres guerreros no entendieron su idioma, y claro, el árabe egipcio era muy complejo para algunos e incluso amenazante. Y más si un conejo con una lanza reforzada los mira con agresividad y amenaza.

-Esa debería ser mi pregunta... En nombre de Roma, les pido que me digan, quiénes son.-dijo el oso Romano.

Por supuesto, nadie entendió el idioma.

-¿Son una amenaza? ¿A dónde me trajeron?-dijo el humano.

Ehecalt solamente estaba quieta viendo todo el desastre de los hombres que ya discutían con agresividad, hasta que sus miradas se encontraron con la de la dama azteca.

-¿Y tú lindura? ¿No dirás nada?-dijo el conejo egipcio.

-No les entiendo...-dijo la zorro azteca.-No se qué traen ustedes tres, pero si son a esos toros de piel blanca les aseguro que se enfrentarán a mi macuahuitl.

Ni los tres hombres entendieron el idioma azteca de aquella zorro, que por supuesto, contenía una linda belleza a pesar de ser una guerrera. Ellos, sin entender una pizca de su idioma solo sacaron sus armas listos para combatir entre ellos. Sus pensamientos fueron interrumpidos por los Elementos.

Fuego dió un chasquido y ya todos podían entender el idioma, el español, el más sencillo para casi la mayoría, excepto para algunos de distintos países.

-Bienvenidos guerreros...-dijo Fuego.

Los cuatro guerreros se miraron con miedo y dieron unos pasos atrás, tanto fué su miedo que tiraron sus armas y temblaron.
Los demás Elementos tomaron formas humanas para tranquilizar a los cuatro guerreros que estaban ahí, sin dejar de tener su esencia divina.

-No tengan miedo, no los lastimaremos.-sonríó Agua.

-No somos su amenaza...-dijo Tierra.

-Ustedes son nuestros elegidos, para detener una amenaza mucho más grande.-dijo Aire.

Los guerreros solo se quedaron callados y solo el conejo tuvo la valentía de preguntar a pasó firme, si algo caracterizaba Nar, es que tenía la valentía por las venas; una razón por la cuál el Elemento de Fuego lo escogió.

-¿Qué Dioses son ustedes?-dijo Nar, el conejo solo miró a los cuatro Elementos sin mirar a los demás guerreros que también se acercaban. -No hay un Dios León; no hay un Dios Ciervo...

-No hay una Diosa Pez...-dijo Teren con seriedad, uniéndose con el guerrero conejo.

-En las leyendas no hay una Diosa Nórdica de Viento...-dijo ahora Vann mirando con reto hacia los elementos.

Los tres hombres solo miraron con seriedad a los elementos, excepto que Ehecalt solo los miraba con seriedad. Ella en sí misma admitió que en sus tierras tampoco había Dioses que simulaban a los Elementos.

-Tienen razón... No somos Dioses; pero somos deidades que somos mucho más poderosas que los mismos Dioses que adoran ustedes...-dijo Fuego.

Los cuatro guerreros se miraron entre ellos sorprendidos pero más que nada aterrados, los cuatro tenían la idea de empezar a nombrar a sus Dioses para que los protegieran, pero Vann decidió mantener la calma y preguntar.

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⏰ Última actualización: Jul 27 ⏰

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