Encuentro inesperado

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"Vivir tan lejos de Tokio tiene sus desventajas" , pensaba Rin Narita al viajar en tren, y es que le tomaría una hora llegar a la estación de destino, además de caminar algunas calles hasta la prestigiosa constructora Takahashi.

"¡Tú puedes!" Se decía con entusiasmo.

Mentiría al decir que no estaba nerviosa. El movimiento rítmico de sus dedos sobre la tela de la falda la delataría. Conseguir la entrevista no había sido una tarea sencilla y sabía que sus oportunidades de ser elegida para el puesto eran escasas.

Se mordió el labio tímidamente imaginando al resto de las candidatas, seguramente sus atuendos serían elegantes. Esperaba que su blusa rosa, la falda negra y los zapatos nuevos, estuvieran a la altura del lugar.

Para mantenerse tranquila tomó sus audífonos y disfrutó del trayecto escuchando música. Pronto los nervios desaparecieron y su semblante se relajó hasta bajar del tren.

Iba con suficiente tiempo de anticipación y caminaba por la agitada ciudad de Tokio cuando una descuidada mujer, que caminaba revisando sus redes sociales, chocó con ella derramándole el vaso de café encima, obteniendo a cambio una escueta disculpa que aceptó resignada.

No podía entrar en pánico, tenía treinta minutos y la constructora se encontraba cerca, solo necesitaba desviarse algunas calles a una tienda de ropa menos costosa que las ubicadas en esa zona.

La tranquilidad se esfumó y caminaba presurosa.

[...]

"Ya son tres meses" , recordaba Sesshomaru Takahashi mientras conducía su precioso Audi R8 negro. Se cumplían tres meses del funeral de su padre, y se sentía como si hubiera sido ayer cuando lo llamaron para informarle.

Aunque no quería reconocerlo, el rostro de su madrastra Izayoi también apareció en sus pensamientos.

Recordaba a la perfección el documento que tenía en la mano en ese instante, el aroma a té verde que humeaba en su escritorio, el sonido que hacían las teclas de la laptop al contacto con sus dedos, la vibración del celular cuando recibió la llamada y la voz temblorosa del señor Totosai al darle la noticia.

A su medio hermano, Inuyasha, le informó de lo sucedido el señor Myoga. Él perdió a ambos padres al mismo tiempo.

Su semblante estoico, cambió ligeramente por uno pesaroso, casi imperceptible para la mayoría de las personas.

A diferencia del momento en el que recibió la noticia, los recuerdos del funeral eran escasos, a pesar de que fue el encargado de organizarlo. Se recordaba de pie frente a la lápida cuando todos se habían marchado.

Esos pensamientos pueden descolocar incluso a la mente más fría y calculadora.

¿En qué momento había llegado a un semáforo con luz ámbar? Los peatones se preparaban para cruzar la calle, confiando en que todos los automovilistas se detienen con la luz roja. Con el tiempo justo para reaccionar, y un giro brusco del volante, logró esquivar a las personas, rozando un camión que transportaba tubos de acero. Para su mala suerte, un tubo de acero le perforó el tanque de gasolina, y finalmente se estrelló contra un árbol.

Un hombre que fumaba en el lugar dejó caer su cigarrillo encendido muy cerca del camino de gasolina que había dejado en el pavimento.

Sesshomaru se encontraba casi inconsciente por el golpe que recibió su cráneo contra el volante. Todo era confuso, la visión estaba borrosa, no lograba enfocar ni articular sus pensamientos.

[...]

Rin vio cambiar el semáforo peatonal a verde. Estaba feliz porque solo tenía que cruzar la calle y llegaría a una tienda de ropa para quitarse esa blusa manchada. Dio el primer paso hacia adelante cuando un elegante automóvil negro casi la arrolla.

Amor clichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora