Tener a Rin viviendo a su lado era extrañamente reconfortante. Ya no tenía que preocuparse de saber que ella caminaba para llegar a la estación de tren ni por que despertara tan temprano para llegar a la oficina.
Se estaba acostumbrando a llegar a la cocina y encontrar el desayuno listo y un bento para llevar. Nada de eso era necesario, él iba a contratar un chef, pero Rin declinó la oferta tanto por seguridad después de la amenaza de Naraku y para sentirse útil.
El ambiente ya no sentía frío desde su llegada. La fotografía que le regaló en navidad adornaba la sala de estar y se encargó de tener macetas en el balcón. Rin necesitaba un jardín, eso era un hecho.
Esperaba que la situación de Naraku se resolviera pronto, y al mismo tiempo, egoístamente anhelaba que nada cambiara. Podría comprar mansión con amplios jardines y llevar a Rin a vivir ahí, seguramente disfrutaría estando rodeada de árboles, arbustos y flores.
Suspiró y salió de su ensoñación. Esos pensamientos no eran típicos de él.
Empezó a prepararse para asistir a la boda de Sango. Odiaba asistir a eventos sociales. Por lo general al recibir una invitación le pedía a Jaken que hiciera llegar un obsequio. Únicamente asistía cuando la celebración era de una familia prominente y aun así su aparición era breve.
Vio de soslayo la corbata que eligió para él, una corbata rosa que combinara con el vestido de ella.
[...]
El evento se efectuó en un amplio jardín decorado con flores y luces. Sango había optado por una fiesta occidental, por la falta de sus padres y hermano prefirió no realizar una ceremonia tradicional. Las damas de honor eran Kagome y Rin, portando vestidos iguales con la parte de arriba con detalles bordados en plateado y la falda rosa palo.
Después de felicitar a los novios tomaron su lugar en la mesa que les asignaron junto a Inuyasha, Kagome, su hermano Sota, su madre y abuelo. En la mesa de al lado estaba Kagura portando un hermoso vestido borgoña, y un par de compañeros más del trabajo.
Al ser la única soltera en la mesa, Rin se puso de pie al momento de atrapar el ramo. Al ver que Kagura no se paraba fue hacia ella y la tomó de la mano arrastrándola a la pista.
El ramo iba a caer en las manos de Kagura, pero ella se hizo a un lado para que lo atrapara Rin.
— ¡No lo atrapaste! — Exclamó Rin
— No era para mí.
Le dio una palmadita en la espalda y regresaron a su respectiva mesa.
Rin se dio cuenta de que una mujer observaba a Sesshomaru desde que llegó y quiso hacérselo saber acercándose a susurrarle para evitar que los demás escucharan.
— Hay una chica que no deja de mirarte, deberías invitarla a bailar.
El susurro no pasó desapercibido por todos.
— Se llama Sara Asano, es amiga de Miroku – Interrumpió Kagome
— No me interesa — Respondió Sesshomaru
De pronto se acercó a Rin un atractivo joven de cabello negro y ojos oscuros, con un elegante traje negro y corbata azul.
— Señorita, mi nombre es Bankotsu Tsukishiro. ¿Me concede bailar esta pieza?
— Me encantaría — Respondió con una sonrisa mientras lo acompañaba a la pista de baile.
A unas cuantas mesas de ahí, la bella joven de piel nívea, cabello largo y negro, usando un vestido celeste con decoraciones plateadas caminaba con destino a Sesshomaru
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Amor cliché
FanfictionSesshomaru y Rin son jefe y asistente. El cliché que nunca pasa de moda. (Subido en 2021 con el título "De romance y drama" ha sido editado, y espero que mejorado)