DANIEL
Nací un 4 de junio de 2029. El primer recuerdo que tengo de mis padres es del primer día de escuela en infantil. Aquel día fue una montaña rusa de emociones para mí. Recuerdo que nunca había llorado tanto en mi corta vida; las lágrimas corrían sin cesar, como si al derramarlas se escapara también una parte de mi alma. Me aterraba la idea de estar más de dos horas separado de ellos, era un sentimiento abrumador que no lograba controlar.
Mi padre Martín, con su paciencia infinita y su voz calmante, siempre ha sabido cómo tranquilizarme desde que tengo uso de razón. Su manera de consolarme era única, encontraba las palabras y los gestos exactos para hacerme sentir seguro y amado, incluso en los momentos más difíciles. Por otro lado, mi otro padre, Juanjo, me enseñó algo igualmente valioso pero diferente. Él siempre me animó a ser fuerte y a defenderme, a no dejar que nadie se burlara de mí, especialmente en el colegio. Enfrentarme a la ignorancia de los demás, que consideraban extraño que tuviera dos padres, era una lucha constante.
Juanjo me inculcó el valor de sacar las garras y defenderme de quienes intentaban hacerme sentir inferior o diferente. Su apoyo incondicional me dio la fuerza necesaria para enfrentar las miradas y los comentarios malintencionados. Con el tiempo, aprendí a no solo aceptar, sino a estar orgulloso de mi familia. Cada lágrima, cada momento de temor, y cada lección de valor me han moldeado en la persona que soy hoy.
A medida que fui creciendo, mi devoción y amor por mis padres solo se hicieron más fuertes. Siempre he admirado la forma en que se complementan y el profundo respeto que se tienen entre ellos. Ver la manera en que se apoyan mutuamente, en los buenos y malos momentos, ha sido una lección invaluable sobre el verdadero significado del amor y la dedicación.
Martín y Juanjo han sido mi ancla, mi refugio seguro. No solo me brindaron un hogar lleno de cariño y comprensión, sino que también me mostraron lo que significa construir una familia basada en el amor incondicional. Sus diferencias los hacen perfectos el uno para el otro: mientras Martín tiene una paciencia y ternura inigualables, Juanjo aporta una fuerza y determinación que me han enseñado a no rendirme nunca.
El amor que se tienen es palpable en cada gesto, en cada mirada. He visto cómo se apoyan sin reservas, cómo se escuchan con atención y cómo resuelven juntos cualquier desafío que se les presente. Esa armonía, esa capacidad para superar las adversidades con una sonrisa y una mano extendida, me ha enseñado el valor de la empatía y la cooperación.
Recuerdo las noches en las que nos sentábamos los tres en el sofá, envueltos en una manta, viendo nuestras películas favoritas. Martín y Juanjo se miraban con una complicidad que siempre me hacía sentir seguro, amado y protegido. Esos momentos de paz y felicidad en familia son los que atesoro más profundamente. Ver cómo se toman de la mano, cómo se cuidan el uno al otro, me ha dado un ejemplo claro de lo que significa amar de verdad.
La forma en que se respetan y valoran sus individualidades me ha enseñado también sobre la importancia de la autenticidad y la aceptación. En nuestra casa, ser uno mismo nunca ha sido motivo de juicio, sino de celebración. Martín y Juanjo me han mostrado que la verdadera fortaleza radica en la diversidad y en la capacidad de amar sin condiciones.
Desde muy pequeño, además de sentirme profundamente querido por mis padres, siempre he contado con el amor incondicional de mis tías y tíos. Aunque no compartimos lazos de sangre, la conexión que tengo con ellos es tan fuerte como si lo hiciéramos. Ellos son, en realidad, los compañeros de edición de Operación Triunfo, el programa donde mis padres se conocieron hace años. Sus nombres son Ruslana, Chiara, Violeta, Denna, Álvaro, Paul y Alex.
Cada uno de ellos ha desempeñado un papel especial en mi vida, brindándome amor, apoyo y muchas risas. Ruslana, con su espíritu alegre y su energía contagiosa, siempre ha sabido cómo levantarme el ánimo en los días grises. Chiara, con su voz melodiosa y su corazón generoso, me ha enseñado la importancia de la bondad y la compasión. Violeta, con su creatividad y su pasión por la vida, me ha inspirado a seguir mis sueños sin temor.
Denna, con su sabiduría y su consejo siempre acertado, ha sido una guía constante, ayudándome a navegar por los retos de la vida. Álvaro, con su sentido del humor y su habilidad para ver el lado positivo de las cosas, siempre sabe cómo hacerme reír. Paul, con su serenidad y su perspectiva equilibrada, me ha enseñado el valor de la paciencia y la reflexión. Y Alex, con su espíritu aventurero y su valentía, me ha mostrado la importancia de salir de mi zona de confort y enfrentar mis miedos.
Cada reunión familiar es una celebración de amor y camaradería. Nos reunimos a menudo, compartiendo historias, canciones y, sobre todo, mucho cariño. Mis tías y tíos no solo han sido un apoyo constante para mis padres, sino que también han formado una red de amor y seguridad a mi alrededor.
Su amor y su dedicación han sido fundamentales en mi crecimiento, brindándome una perspectiva rica y diversa de la vida. Ellos me han mostrado que la familia no se define solo por la sangre, sino por los lazos de amor y apoyo incondicional que se tejen a lo largo del tiempo.
Gracias a mis padres, mis tías y tíos, he crecido rodeado de un amor abundante y variado, un amor que me ha fortalecido y que me ha enseñado a ser la mejor versión de mí mismo. Cada uno de ellos ha dejado una huella imborrable en mi corazón, y por eso les estaré eternamente agradecido, por eso armonía prohibida va por todos ellos.
— ¿Estás nervioso entonces amor? — Me preguntó Ana la cual ojeaba a través de una tablet que sushis íbamos a pedir.
— ¿Por el tema del libro? No mucho si te soy sincero, he trabajado mucho, quiero que salga bien todo esto y sobre todo que les guste a mis tíos y a mis padres.
— Seguro que lo adoran amor — Dijo Ana agarrándome las manos.
— Mis padres prácticamente han leído todo el libro — continué, pensando en Martín y Juanjo y en lo mucho que su opinión significaba para mí. — Pero aún no les he mostrado los agradecimientos. Quiero que sea una sorpresa.
— Seguro que has escrito unos agradecimientos maravillosos — dijo Ana, acariciando suavemente mi mano con la suya. — Tu dedicación y tu amor por ellos se reflejan en cada página.
Sonreí, agradecido por tenerla a mi lado. Ella era mi roca, mi confidente, mi mayor apoyo en todo este camino hacia convertirme en un autor publicado.
— Estoy algo nervioso, la verdad — confesé, llevando la copa de vino a mis labios para disimular mis emociones. El suave sabor del vino hizo eco en mi interior, mezclándose con los sentimientos de anticipación y emoción.
— Eres un escritor increíble, Daniel. Todo saldrá bien — dijo Ana, con una sonrisa tranquilizadora que iluminaba su rostro.
— Gracias por estar siempre aquí conmigo, Ana — dije sinceramente, sintiendo un nudo en la garganta por la gratitud que sentía hacia ella.
— Siempre, amor. Siempre estaré contigo — respondió, sus ojos brillando con amor y determinación.
Con cada palabra suya, sentí cómo mis preocupaciones se disipaban. Saber que tenía su apoyo incondicional me daba la fuerza para enfrentar cualquier desafío.
— Y después vendrán las firmas, las entrevistas... — murmuré, con un atisbo de nerviosismo.
— Y estaré ahí contigo, celebrando cada éxito — dijo Ana, inclinándose hacia mí con una mirada llena de complicidad y amor.
La cena transcurrió entre risas, conversaciones íntimas y pequeños gestos de cariño compartidos entre los platos de sushi. Cada momento con Ana era precioso y significativo, recordándome lo afortunado que era de tenerla a mi lado.
Mientras saboreábamos nuestros últimos bocados, el restaurante parecía desvanecerse alrededor nuestro. Solo éramos Ana y yo, compartiendo no solo sushi sino también sueños, esperanzas y amor.
— Gracias por todo, Ana. Por ser mi inspiración — dije finalmente, mirándola directamente a los ojos.
— Y gracias a ti por dejarme ser parte de tu mundo — respondió Ana, sus dedos jugueteando con los míos sobre la mesa.
Nos quedamos en silencio por un momento, disfrutando de la conexión especial que siempre compartíamos. Con Ana a mi lado, sentía que no había nada que no pudiéramos enfrentar juntos.
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Armonía prohibida (Ot 2023)
Romance"Cada decisión que tomamos teje un destino único, y así fue como Juanjo y Martin se encontraron inmersos en las vibraciones emocionales de OT 2023, un concurso musical que se convertiría en el escenario de su romance. Desde la perspectiva íntima de...