Así aconteció que gran parte del mundo se vio envuelta en una guerra sin igual, más el ocaso se hallaba manchado por la sangre de incontables almas.
Axel era uno entre la multitud que se agitaba en el caos que asolaba la tierra.
En tierras distantes, guerras interminables se libraban no por la conquista, sino por la mera supervivencia. Opacando la discriminación, los prejuicios y las rivalidades milenarias de antaño.
Kaboom!
Kaboom!
Meteoros de la envergadura de palacios caían sobre las ciudades principales, segando vidas y reduciendo a cenizas tanto a combatientes como a los inocentes.
¿La razón? Las abominaciones que fueron expulsadas de ese ser lleno de maldad, ganándose el odio de la faz de la tierra.
El campo de batalla, las zonas residenciales todo se llenó de gritos trágicos, uno tras otros.
Muchos ríos de sangre corrieron, pueblos enteros fueron arrasados.
-¡¡Aaaaaaaaaaaahhh!!
Más rápido y más rápido, tan rápido que era increíble, los cadáveres se multiplicaban.
Montañas de incontables razas comenzaron a aglomerarse.
Sus garras cortantes desgarraban cualquier cosa con la que entraban en contacto, sus punzantes colmillos masticaban a través de carne y armadura por igual.
Sus increíbles durezas iban más allá de cualquier material, sus colas serpenteantes aplastaban la existencia de sus presas, extrayendo su sangre hasta la última gota.
Vórtices invocados con la yema de los dedos de esas abominaciones se llevó consigo toda vida prospera entre los pueblos costeros.
En alta mar, las aguas comenzaron a abrirse y arremolinarse en un solo punto, abismos y terremotos de gran magnitud comenzaron a nacer.
-¿¡Qué está pasando!? —Gritó un marinero sumamente confundido.
-¡Mire! —Señaló el que parecía ser el sub oficial en dirección al cielo.
El océano, los ríos y riachuelos fueron arrastrados por una fuerza inmensa. Como si las leyes de la gravedad no existieran, enormes montículos de tierra y rocas, comparables a grandes montañas y cordilleras, se alzaron del suelo.
Crash!
Crash!
Bajo aquellos abismales pedrales, cada parásito, cada abominación de la creación, alzó con facilidad las enormes rocas como si fueran meras hojas caídas.
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Konosuba: Mímica empatica
Fanfiction¿Qué pasa sí de un día para otro obtienes el esfuerzo de alguien que ha estado puliendo no importa qué, técnica, habilidad, etc? Básicamente, con solo estar en tu campo de visión podrás imitar a la perfección y ser mejor a comparación de la original...