There Aren't Geniuses. (Jenlisa)

˖⁺‧₊˚˚₊‧⁺˖Capítulo 17˖⁺‧₊˚˚₊‧⁺˖

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"No siempre quien sonríe es feliz. Existen lágrimas en el corazón que no llegan a los ojos".

- Jane Austen.

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JENNIE KIM.

Moví la cabeza porque el cuerpo no podía, sentía punzadas de dolor dirigidas a mis piernas, era como algo que me exigía aún mantener los ojos cerrados. A regañadientes los fui abriendo, soltando pequeños quejidos de dolor, el techo blanco fue lo primero que baño mi vista, la sensación de frialdad que transmitía la habitación era exasperante.

Mis vellos se ponían de punta por la sensación que desprendía. Moví la cabeza buscando algo con la vista o más bien a personas. Pasé saliva con dolor en mi garganta, un dolor desgarrador que bajaba hasta mi estómago, y cada que respiraba se sentía peor. Pinchazos por mi pecho y un calor horrible en mi cuello.

—Jennie —la voz de mi madre me regresó de golpe—. Que bueno que despertaste.

—No hagas mucho esfuerzo, hija —me pidió mi padre—. ¿Necesitas agua?

—Quiero irme a casa —les pedí llorando—. Quiero irme de aquí, no quiero estar más aquí.

—Jennie, necesitamos que te tranquilices —dijo mi mamá—. Sé que es desesperante, pero tranquilízate.

—No quiero, mamá —me intenté sentar en la cama, sin éxito—. Necesito irme de aquí.

Entonces miré hacia abajo, y noté el porqué de la molestia en mi pie, ahí había un yeso. Me pasé la mano por el cabello, desquitando mi frustración. Quería romper en llanto hasta vaciar todas las lágrimas de impotencia que se iban acumulando. No entendía nada, cada vez era todo más confuso.

Cuando creía hallar una salida, las cosas empeoraban.

—Llama al doctor —dijo mi padre—. Jennie, ya, por favor, tranquilízate.

—No quiero —expresé irritada—. ¡No sé por qué hace todo esto, no quiero, papá, no quiero!

Los Doctores entraron a la sala.

—Necesitamos que salgan, su hija está pasando por una crisis, espérennos afuera —ordenó una de las enfermeras.

—¡Déjenme ir, ya no quiero vivir aquí, ya no! —grité con la garganta dolorida.

Mi cuerpo estaba hecho trizas, pero no pude pelear más, porque otra vez volví a dormirme. A caer en el profundo vacío del sueño.

*****

—En cuanto nos enteramos de que estabas aquí no dudamos en venir —Rosé se posó frente a mí—. Bueno, yeso nuevo.

Hice el intento de sonreír, pero fue un fracaso. No quería hablar, sabía que al momento de hacerlo rompería en llanto y nada me pararía. Ver a Nevan, Jisoo, Rosé y hasta a la misma Lisa en una misma habitación, era sorprendente. Pero la que más me interesaba ni siquiera se acercaba para hablarme.

—Pudo ser peor, no entiendo el porqué no me avisaste —dijo Nevan—. Pensé que habíamos quedado en algo.

—Lo qu-quería resolver sola —solté un quejido, removiéndome—. No lo sé, pensé que lograría descubrir quién es el estúpido que no deja de molestarnos.

—Tiene un propósito y eso es enloquecerte —opinó Jisoo—. No vuelvas a arriesgar tu vida de esa manera, lo que hiciste fue una locura, Jennie.

Mantuve mi mirada sobre Lalisa, ella aún de brazos cruzados y como si lo que me pasara no le importara, seguía viéndose llamativa. No sé en qué clase de masoquista mediática me había convertido, pero analizar todos los gestos que hace mientras sabrá Dios en lo que piensa, no es tan malo después de todo.