˖⁺‧₊˚˚₊‧⁺˖Capítulo 30˖⁺‧₊˚˚₊‧⁺˖

1K 158 67
                                    

༺♰༻
˗ˏˋ ✞ ˎˊ˗

"Solo una mente educada puede entender un pensamiento diferente al suyo, sin necesidad de
aceptarlo.

-Aristóteles.

˗ˏˋ ✞ ˎˊ˗
༺♰༻

JENNIE KIM.

Desperté con un dolor sordo en la cabeza, mis sentidos regresando lentamente. Estaba atada a una silla en una bodega oscura. No, no era cualquier bodega, era una en específico. Yo la reconocía perfectamente, yo reconocía dicho lugar, reconocía los cuadros. A pesar de estar en mi mundo, y muy ida, podía ver perfectamente de que trataba todo.

Mis manos y pies estaban atados con fuerza, y no podía sentir el roce áspero de las cuerdas contra mi piel. Intenté moverme, pero el dolor era demasiado. Mis ojos se acostumbraron a la penumbra y vi las figuras de mis amigos, ahora mis acosadores, de pie frente a mí con expresiones frías y despiadadas.

—¿Por qué? —logré murmurar, mi voz apenas en un susurro.

—¿Por qué, Jennie? —Sana se paró frente a mí—. Eres una idiota, maldita mala amiga —me agarró por el pelo para que la mirara—. Te acotaste con mi novio cuando yo solo te di mi amistad, eres una perra., Me querías robar todo, ¿no?, no pudiste.

—No hice nada, no te robé nada —formé una mueca de dolor.

—Sí lo hiciste, en todo momento —Rosé se mofó—. Maldita perra asquerosa, mereces arder en el infierno.

—¿Yo? —negué—. Ustedes. Son unos miserables, ¿cómo diablos fingieron su muerte?

—No fue para nada difícil, para Sana solo tuvimos que buscar a alguien y desfigurarla, ponerle su ropa, hacerle unos arreglitos, para Rosé solo buscamos a una desconocida, que en paz descanse —explicó Rune—. Y para mí, un doble perfecto, un estúpido que quiera ser protagonista y lo matamos.

—Pensé que éramos amigos —mascullé.

—Amigos. Qué palabra tan vacía —Rosé chasqueó la lengua—. Siempre tan perfecta, tan adorada. Todo el mundo te amaba, Jennie. Nadie se fijaba en nosotras mientras tú brillabas.

Sus miradas estaban llenas de resentimiento. Me di cuenta de que había algo más profundo, algo que había pasado por alto todo este tiempo. La envidia, la competencia silenciosa, el odio que había crecido sin que yo lo notara.

—¿Esto es por celos? —pregunté—. ¿Por qué no me lo dijeron antes?

—Porque hablar no nos daría la satisfacción que esto nos está dando —escupió Sana—. Verte sufrir, verte caer de tu pedestal perfecto, es mucho más gratificante.

Intenté moverme, pero las ataduras eran demasiado fuertes. Mi cuerpo dolía, cada herida recordándome la brutalidad de su traición.

—No tienen que hacer esto —intenté razonar—. Poder dejar todo atrás, seguir con nuestras vidas...

—¿Y dejarte ir tan fácil? —Rosé rio amargamente—. No, Jennie. No después de todo lo que hemos hecho y todo lo que has hecho.

—¡No hice nada! —grité con la poca fuerza que me quedaba.

—Exacto —dijo Sana—. No hiciste nada mientras nosotras vivíamos en tu sombra. Siempre la favorita, siempre la perfecta. Nunca compartiste, nunca te importó.

—Por lo menos yo sí pude lo que tú, darme la satisfacción de quitarte todo —dije con veneno, lanzándole mis palabras como dagas.

—¡Hija de puta! —Sana levantó la mano, golpeando mi mejilla y sacándole sangre a mi labio inferior—. No eres mayor en mí en nada.

There Aren't Geniuses. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora