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"Las veces en que la perseverancia, alcanzó a alguien más"

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"Las veces en que la perseverancia, alcanzó a alguien más"
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¿Lo estoy haciendo bien?. 

Si lo pensaba detenidamente, esa era la pregunta que más veces se había hecho a lo largo de siete años y medio. Aunque se consideraba una persona muy positiva, como todo ser humano, también tenía sus dudas.

"Bin, no tienes por qué preocuparte. Tu familia, amigos y yo sabemos con certeza que lo harás bien", le dijo alguien especial en una ocasión. Seguía creyendo que esas palabras eran las que más lo motivaban.

A menudo lo asaltaban muchas dudas, pero había algo en específico que le suscitaba inseguridad, especialmente después de que todo en su vida dio un cambio drástico. ¿Podía en serio hacerlo bien?

Mirando retrospectivamente su vida, le causaba un curioso sentimiento entre gracia y cierta melancolía recordar cómo en la escuela lo apodaban "El bello durmiente", debido a su tendencia a quedarse dormido casi siempre en clase. 

A veces, incluso se ausentaba de las clases de natación para echarse una siesta en algún salón vacío. Aunque en casa dormía profundamente, sentía una inmensa renovación al descansar en otros lugares, lo cual, al pensarlo detenidamente, aún no entendía del todo.

Se autodescribía como un dormilón por naturaleza, un rasgo que Eun-bi no dejaba de recordarle. Cuando veían televisión, solía quedarse dormido a mitad de película usando cualquier objeto como almohada, indiferente a si estaba en la cama o no y ni el ruido más estruendoso lograba despertarlo o incitarlo a moverse.

Tal vez por esa razón, la noticia de que sería padre sorprendió genuinamente a todos, aunque percibió cierta preocupación en su familia y en sus amigos. ¿Cómo podría estar atento a una niña si su sueño era tan profundo como el océano?

A partir de cierto punto en su vida, incluso él llegó a preguntarse si era un buen padre; sin embargo, la breve conversación que tuvo con su madre y su mejor amigo dos años atrás, hacía que los pensamientos negativos se disiparan inmediatamente. 

—Binnie, ¿qué haces afuera? 

Estaba sentado en los escalones del porche aquel día, cuando la voz de su madre alcanzó sus oídos. Pensó en mentirle y decirle que simplemente había salido a tomar un poco de aire, pero no importaba cuánto lo intentara... sería descubierto. 

—Tengo miedo —admitió sin más. 

El hecho de que su madre se tomara la molestia de acomodarse a su lado y acariciarle el cabello como cuando era un niño, le hizo saber que podía hablar con ella libremente. 

—¿A qué le temes?

—¿Y si no lo hago bien? —preguntó con desesperación—. ¿Y si no soy un buen padre?

Estaré Para Ti || «Binsan»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora