—¡Han vuelto! ¡Los Pecados han vuelto!
El grito de los guardias reverberó sobre los muros de la torre mientras corrían escaleras arriba, hacia la sala de fiestas. Sin embargo, dado que la esfera de transporte de King tampoco era lo más discreto del mundo, algunos de los asistentes a la celebración ya se habían percatado de que se aproximaban solo con echar un vistazo por la ventana. Entre ellos, Elaine y Hawk habían sido los primeros en verlo, dado que se habían sentado a esperar en el balcón. Y el hada estuvo a punto de bajar volando por la fachada para ir a su encuentro, si no hubiera sido porque le sabía mal dejar al pobre cerdo del Purgatorio solo, corriendo escaleras abajo. Sin embargo, al comprobar la marabunta que se dirigía hacia la mencionada estructura, donde todo el mundo parecía tener prisa por pasar primero, Elaine se lo pensó mejor.
—Oye, Hawk —lo llamó, girándose hacia el extraño animal—. ¿Quieres bajar volando? Evitaremos la aglomeración.
El cerdo la miró como si estuviese loca.
—¿Pero a ti qué te ha dado en la cabeza, Elaine? ¡Si está altísimo!
Ante lo que el hada sonrió, lo tomó en brazos e, ignorando sus protestas, saltó ágilmente por el balcón, desplegó las alas y descendió toda la longitud del torreón hasta el patio mientras Hawk pataleaba y lloraba en sus brazos. Cuando por fin aterrizaron en el suelo empedrado, entre todo el jaleo, el cerdo parlante se giró de inmediato para encarar a aquella hada tan descarada que se había atrevido a hacerle pasar semejante mal trago. Pero se sorprendió al no encontrarla a su lado, sino casi a metro y medio sobre el suelo, oteando sobre las cabezas de los presentes con gesto angustiado. Al menos, hasta el segundo en que atisbó lo que buscaba y su rostro se contorsionó en una mueca de profunda alegría y alivio, todo en uno. Así, antes de que Hawk pudiera captar su atención, Elaine salió disparada por el aire hacia la zona donde habían aterrizado los héroes del momento.
—¡Ban! —gritó.
Su amado alzó de inmediato la cabeza al verla, sonriendo acto seguido mientras la acogía entre sus brazos y, con la inercia, le daba dos vueltas en el aire, girando sobre sí mismo.
—¡Elaine!
Ella sonrió y, en cuanto Ban la bajó, se lanzó a besarlo sin más miramientos. Un gesto que él le devolvió sin dudar y que, por supuesto, levantó varios silbidos de aprobación y chanza a partes iguales a su alrededor.
—¡Eh! ¡Vosotros! —se interpuso King entre ambos, invadido de una súbita vergüenza ajena—. ¡Estaos quietecitos! Estáis dando el espectáculo.
Ban y Elaine miraron entonces a su alrededor; ella, cohibida de golpe por la atención sobre su persona. Él, con la indolencia que da el hecho de importarte un bledo lo que piensen los demás.
—Pse, pues que se busquen una novia propia si no les gusta mirar... —rezongó Ban sin acritud, haciendo que King se pusiera aún más rojo de ira.
—Eres incorregible, Ban... —rechinó.
El humano, por su parte, lo ignoró por completo mientras se limitaba a pasar un brazo algo más casto por la cintura de Elaine y acompañar a todos de vuelta al torreón. Quizá aún pudiera tomarse una cerveza más antes de ir a dormir. La pelea con el Caos, sin duda, había disipado su anterior borrachera casi por completo. Y, ahora, su cuerpo solo le pedía disfrutar con Elaine todo lo posible. A pesar de lo cerrado de su atuendo, la joven estaba preciosa como nunca aquella noche. Sonreía, reía con las chicas ante cualquier chiste o tontería... En definitiva, para Ban era como observar una estrella terrenal que brillaba y destacaba entre la multitud.
Unas horas más tarde, con la madrugada ya avanzada, los dos amantes decidieron por fin marcharse de la fiesta y volver a la pequeña casita de Elaine en Liones. Por el camino, charlaron y rieron sin preocupaciones. Cuando entraron por fin en casa, los recibió una tranquila penumbra, tan solo aclarada por la suave luz de la luna que entraba por la ventana. Aunque hacía apenas unos días, parecía como si hubiera pasado una eternidad desde la última vez que habían dormido allí; cuando Elisabeth casi murió y el rey demonio resurgió.
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En tiempos de paz (SDS - Ban & Elaine)
FanfictionEl Caos ha sido derrotado. Britania vuelve a estar en paz y sus razas empiezan a interaccionar entre ellas igual que hace 3000 años. Y en concreto para Ban y Elaine es la oportunidad que estaban deseando tener para estar juntos y a solas con su amor...