El aludido tensó la mandíbula ante aquella cuestión.
—No me suelen gustar las preguntas personales —lo previno—. ¿Es relevante?
Dana mostró media sonrisa extraña.
—Podría tener que ver con lo que le pasa a Elaine... —advirtió, haciendo que Ban se pusiera rígido.
—Dispara —replicó este, al cabo de un par de segundos.
El médico inspiró.
—Elaine y tú, como marido y mujer... —Ban contuvo una mueca burlona—. Ya sabes, ¿tenéis... relaciones de pareja?
Al principio, Ban pensó que le estaba tomando el pelo. Pero, al ver la seriedad que impregnaba el gesto de Dana, un extraño escalofrío recorrió su espina dorsal de punta a punta. Conteniendo un exabrupto, Ban optó por apoyarse con discreción sobre la mesa que tenía detrás y cruzar asimismo los brazos sobre el pecho.
—No sé hasta qué punto es asunto tuyo, doc.
Dana esbozó una mueca cargada de ironía.
—Si no lo fuera, yo no seguiría ejerciendo de médico y tú no habrías recurrido a mí, ¿verdad?
Ban lo contempló largamente, sopesando sus opciones. Algo en aquella conversación le empezaba a decir por dónde podían ir los tiros, pero no quería ilusionarse antes de tiempo. Humanos y hadas podían parecerse algo en lo físico; pero, más allá de eso... No obstante, no se sorprendió una pizca cuando se escuchó decir, en voz baja:
—Sí, tenemos.
Solo entonces, el rostro de Dana pareció relajarse y dar paso a una expresión mucho más confiada.
—Avisaré a mi ayudante y subiremos enseguida a echar un vistazo a Elaine. ¿De acuerdo?
Ban, aún sin saber qué pensar de todo aquello y algo escamado de que el doctor no le preguntase nada más, aparte de si se acostaba con su mujer, asintió y agradeció el gesto del médico antes de encaminarse de vuelta al dormitorio. Elaine lo había obedecido y se encontraba metida entre las sábanas, envuelta en su vestido de viaje. A Ban, sin quererlo, aquella estampa le recordó días más aciagos. Su mujer, al detectarlo, tendió una mano en su dirección y él la aceptó enseguida, sentándose acto seguido a su lado sobre el colchón. Dana y su ayudante apenas tardaron dos minutos más en aparecer.
—Hola, Elaine —saludó Dana con naturalidad, como si hablaran del tiempo y no de lo que podía pasarle a ella—. Me ha dicho Ban que te has levantado con náuseas. ¿Es cierto? —La joven asintió con cierta timidez—. ¿Te ha pasado más veces?
Ante aquella pregunta, se produjeron dos segundos de incómodo silencio antes de que Elaine, roja como un tomate, susurrara:
—Solo una vez, pero no le di importancia...
—¡Elaine...! —la regañó Ban, sin acritud, antes de encerrar los dedos de ella entre sus dos manos, ansioso.
Ella pareció enrojecer aún más.
«Lo siento, no quería preocuparte si no era nada», replicó en su mente.
Él suspiró, nada convencido; pero la voz de Dana los devolvió a la realidad de golpe cuando dijo:
—Mi ayudante y yo tenemos que hacer unas comprobaciones antes de determinar qué te ocurre, Elaine. ¿Podemos?
El hada, tras intercambiar una mirada rápida con Ban, asintió, conforme. Sin embargo, cuando la ayudante le pidió que se levantara el vestido, la joven enrojeció sin poder evitarlo; aunque sí que es cierto que ni Dana ni la ayudante hicieron ninguna mención a su falta de ropa interior. Al contrario, Dana se limitó a sentarse junto a ella y hacerle una serie de preguntas, siempre bajo la atenta mirada de Ban: ¿Elaine había notado algo extraño aparte de las náuseas y los mareos? ¿Cada cuánto? ¿Era la primera vez?
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En tiempos de paz (SDS - Ban & Elaine)
FanficEl Caos ha sido derrotado. Britania vuelve a estar en paz y sus razas empiezan a interaccionar entre ellas igual que hace 3000 años. Y en concreto para Ban y Elaine es la oportunidad que estaban deseando tener para estar juntos y a solas con su amor...