Capítulo 13

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Querido y amable lector,

El último baile de Lady Daphne Bridgerton fue un evento para recordar, y no solo por su espléndida decoración o su deliciosa selección de bocados. No, lo que realmente dejó a la alta sociedad con la boca abierta fue la aparición de Benedict Bridgerton junto a una joven muy particular: Victoria. Las habladurías no se hicieron esperar, pues la misteriosa dama había sido objeto de numerosos rumores durante los últimos meses. Y, queridos lectores, puedo asegurarles que esta no fue una simple aparición, sino una declaración.

Benedict Bridgerton no se apartó de su lado en toda la noche, ignorando olímpicamente las miradas curiosas y los susurros escandalosos. La devoción entre ellos era palpable, un espectáculo de amor verdadero que pocos se atreven a mostrar tan abiertamente. Lady Daphne, en su habitual generosidad, acogió a Victoria con los brazos abiertos, disipando cualquier duda sobre su aceptación en la familia Bridgerton.

Pero, ¿quién es esta joven que ha capturado el corazón de uno de los solteros más codiciados de Londres? Y más importante aún, ¿qué futuro les espera a estos dos jóvenes amantes en una sociedad que no siempre es amable con quienes desafían sus normas?

No cabe duda de que los próximos movimientos de la familia Bridgerton serán observados con gran interés. Hasta entonces, sigamos disfrutando de estos deliciosos escándalos y secretos que solo nuestra querida alta sociedad puede ofrecer.

Atentamente, Lady Whistledown


De vuelta en la casa Bridgerton, los días habían retomado un ritmo más tranquilo después del ajetreo del baile de Daphne. Sin embargo, la relación entre Benedict y Victoria florecía con cada momento compartido. Se habían vuelto inseparables, y su amor parecía crecer con cada día que pasaba.

En una mañana soleada, Benedict se encontraba en su estudio, un lugar que se había convertido en su refugio artístico. El ambiente estaba impregnado del aroma del óleo y la tela recién estirada, con lienzos por doquier, muchos de ellos capturando la esencia de Victoria en diferentes poses y expresiones. Hoy, sin embargo, había algo especial en el aire.

— Victoria, por favor, quédate quieta solo un momento más — dijo Benedict con una sonrisa mientras ajustaba los detalles de su último retrato de ella. Victoria, sentada en una silla de madera con una luz suave bañando su rostro, se rió suavemente.

— Lo intento, Benedict, pero es difícil cuando me haces sonreír tanto — respondió ella, sus ojos brillando con amor.

Benedict se acercó a ella, pincel en mano, y le acarició la mejilla.

— Eres mi musa, Victoria. Cada vez que te miro, encuentro una nueva inspiración — susurró, sus palabras llenas de sinceridad. — No hay nada más hermoso que capturar tu esencia en mis pinturas.

Victoria sintió que sus mejillas se sonrojaban ante la intensidad de sus palabras. Había algo en la forma en que Benedict la miraba, una profundidad de amor y adoración que nunca había experimentado antes.

— Benedict, tú haces que me sienta tan especial — dijo ella, su voz apenas un susurro. — Nunca pensé que alguien pudiera mirarme de la manera en que tú lo haces.

Benedict sonrió y dejó el pincel a un lado, tomando sus manos en las suyas.

— Porque para mí, eres la persona más especial del mundo — dijo, su voz llena de emoción. — Victoria, hay algo que he querido decirte desde hace tiempo.

Victoria lo miró con expectación, su corazón latiendo con fuerza en su pecho.

— ¿Qué es, Benedict? — preguntó, su voz temblando ligeramente.

El corazón de Benedict BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora