II. Family Cha

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Días después de que se redactara el contrato prenupcial, fue mandado directamente al palacio del reino del norte.

Sus excelencias... Mandaron esto de parte de la familia Yoon. –Una doncella se acercó con una bandeja de plata, donde se podía ver el contrato prenupcial y una carta con el sello real del reino del sur. El joven heredero está interesado en desposar a la princesa Rosé.

¡¿Cómo se atreve ese mocoso?! –El aroma a hierba quemada no se hizo esperar ya que para la alpha de mal temperamento esto era un atrevimiento que podría irse como mínimo a una guerra.

Mi reina no se exalte. –Endulzó el oído el rey, ya que a pesar de que fue elegido para ser el esposo de la reina, no era más que infeliz en ese matrimonio y tener que aguantar el temperamento de esa fiera era un verdadero infierno.

¡Está faltando al respeto a la imagen de nuestra hija! –Chilló.

Primero deberíamos revisar el contrato, tal vez nos beneficie. –Sugirió pacientemente, ya que incluso ante la servidumbre debía mantener las apariencias. Un Omega Cha a cambio de los permisos para transitar por el Sur. –Habló para ambos. Eso aumentaría nuestras ganancias en la exportación de metales.

Ese jovencito sabe como negociar. –Aunque no lo quisiera aceptar en voz alta el prenupcial es demasiado tentador, incluso beneficiaba más a su reino que al contrario. Pero, no le daré a mi joya más preciada.

¿Qué tal EunWoo? –Sinceramente al rey le daba igual cada uno de sus hijos ya que ninguno fue deseado, cada vez que recordaba que tuvo que cooperar ya que era su responsabilidad cuidar la obsesión de su esposa por tener un varón alpha puro simplemente les tenía rechazo, pero sabía en el fondo que su hijo EunWoo merecía una mejor vida.

Tal vez de algo ha de servir que sea omega. –Sonrió. Bien, le daremos al mocoso de los Yoon lo que pide. –Tomó papel y un bolígrafo para comenzar a redactar una respuesta, sin más puso su sello real e inmediatamente llamó a uno de sus empleados para que enviara su respuesta lo más pronto posible a la familia Yoon.

Al aprobar el prenupcial, comenzaron a arreglar los preparativos para la boda por medio de intermediarios, aunque los Yoon ya tenía más de la mitad de los preparativos listos como gesto de consideración deseaban la opinión de la omega, aunque las respuestas solo fueron por parte de la reina. Fue una semana en la que todo se hizo a espaldas del omega. Ya era jueves por la noche y ambos reyes no sabían como sacar el tema sin verse mal frente a su heredera.

¿Cómo te fue en las clases de piano? –Preguntó la reina.

Excelente, aprendí una nueva melodía, tal vez la presente en el próximo baile de primavera. –Sonrió para después beber de su copa.

Eso es maravilloso Rosé. –Sonrió abiertamente ya que estaba orgullosa de todo lo que hace su hija. ¿Jennie? –Volteó a ver a su segunda hija.

Saqué nueve en lenguas extranjeras. –Dijo sin ver el rostro de sus padres, solo estaba esperando a que pudiera retirarse.

Eso es bueno. –Sonrió su madre. Y ¿tú EunWoo?

Completé mis clases de equitación. –Se atrevió a decir.

Bien. –Se limitó a decir para después volver al silencio donde se puede escuchar el ruido de los cubiertos.

Madre, ¿pasa algo? –Preguntó Rosé ya que sabía que su madre tramaba algo y si se le podía ver nerviosa es porque tal vez no hizo algo bueno, la princesa solo esperaba que fueran buenas noticias.

Si, comprometimos a EunWoo con el hijo de los Yoon. –Bebió de su copa tratando de que pareciera que no es la gran cosa. Las jovenes junto con EunWoo palidecieron al mismo tiempo.

¡Madre! –Rosé no tardó en expresar su enojo. ¡¿Cómo pudieron hacer eso?! Nunu es demasiado joven para un matrimonio arreglado. –Levantó la voz acompañada de una mirada en llamas. ¡Yo soy la que debería cargar con esa responsabilidad!

Pero... -A penas se atrevió a hablar cuando su madre no tardó en callarlo.

Nada de peros EunWoo, te hemos dado educación, título y casa. –Se excusó su madre como si realmente fuera una persona buena. De alguna manera debes devolvernos la amabilidad que hemos tenido como tus padres. –Después volteó a ver a Rosé. Y tú, no lo solapes.

EunWoo puedes retirarte, después de todo tienes que empacar. –Señaló su padre, EunWoo no pudo negarse ya que sabía lo violenta que puede ser su madre a la hora de reprenderlo por ser desobediente. Prepara tus cosas mañana, partirás a las ocho en punto.

Yo... está bien. –Cabizbajo se retiró de la mesa.

Me acaban de arruinar el apetito. –Jennie tiró la servilleta de tela en su plato para después retirarse.

Padre déjanos a solas. –Rosé sonrió animadamente. ¡Madre no puedes hacerle esto a EunWoo! –Rugió. ¿Segura que eres su madre? ¡debo de ir en su lugar!

¿Qué estás diciendo? –La mirada de la reina se intensifico. ¡No daremos a nuestro más grande orgullo solo para un contrato con el mocoso de los Yoon! ¡Sería una humillación! EunWoo es lo mínimo que debe hacer por su familia. –Espetó molesta por lo terca que seguía su hija, no comprendía el por que sacrificarse si estaba EunWoo para eso.

¿No has pensado que pueden abusar de él por ser más joven? –Rosé deseaba que su madre cambiara los puestos.

Eso ya no será nuestro problema. –Dijo como si no importara. Además es su obligación como omega.

¡Yo también soy omega! –Gruñó decepcionada de lo que estaba escuchando que salía de la boca de su madre.

Pero, eres la heredera y futura reina del norte. –Sonrió con soberbia. Esa es la diferencia.

No permitiré que te lleves a EunWoo. –Le lanzó una mirada retadora.

Silencio, es una orden. –Comenzó a soltar su aroma para imponerse ante su hija. A tu habitación.

El brillo de la Luna | EUNSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora