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Estaba de vuelta a casa, porque, aún que he estado cinco años fuera, Corea sigue siendo mi casa.

Termino de acomodar toda mis cosas en el armario y me siento en la cama, desbloqueo mi teléfono y, lo primero que puedo ver, es el mensaje de mi hermano diciendo que vaya a su casa.

Lo hago. Voy a su casa y paso ahí la tarde, con JooKyung y él, hablando de todo y de nada a la vez. Me despido cuando son las diez de la noche, mañana empiezo a trabajar y no quiero llegar tarde.

Por el camino a mi vivienda voy mirando a casi todo el mundo, buscando en los rostros a aquella persona que he tenido en mente desde que bajé del avión. Era absurdo, deseaba tanto verlo como no verlo. ¿Y qué iba a hacer si lo veía? No me atrevía a acercarme a él, me rompió el corazón y nunca más me buscó. ¿Le importó a él lo nuestro? Me quedé con esa duda desde que me fui y encontré rápido una respuesta: nadie que te ama te deja ir tan fácil.

Respiro hondo, no quería ahogarme de nuevo en esos pensamientos. No de nuevo. Ya no importaba. El tiempo ha pasado y yo lo he superado.

Pero me encantaría tanto preguntarle tantas cosas...

—¿Lee EunJi?

Estoy tan ensimismada en mis pensamientos que, básicamente, me chocó con el pecho de la persona que ha dicho mi nombre. Dando unos pasos para atrás alzo el rostro, la sonrisa que sale de mis labios siendo genuina. Han Go Woon

No puedo evitar sentir la emoción que me recorre en esos momentos, mi brazos envolviendo a la chica frente a mí con cariño.

—Has crecido bastante, eh. —digo, cuando me alejo de ella.

—Tu estás mucho más guapa. —complementa— ¿Cuándo has vuelto? —no me deja contestar, ella misma empieza a hablar tanto que me hace gracia— Por que, has vuelto para quedarte, ¿no? ¿Te ha sido muy difícil estudiar medicina? He escuchado que es dificilísimo pero SeoJun siempre decía que tu eras muy lista. Oh, SeoJun está en la tienda, ahora mismo saldrá.

Eso cambia mi emoción por terror en un par de segundos, ¿él estaba a uno metros de mí? Ah, no. No, no. Tengo que irme ya.

—Woon, me alegra mucho verte pero, me están esperando. —digo, fingiendo lástima— Te escribiré para quedar y hablar tranquilas, ¿si?

Parece confundida pero, de igual manera, asiente con la cabeza. No me toma ni un segundo salir de esa calle, casi corriendo.

Por los pelos.

Llego a mi casa y sólo me toma una ducha caliente de unos minutos para terminar cansadísima. El día ha sido tan largo y cansado... que no me doy cuenta cuando me quedó durmiendo.


Holaaa

Primer capítulo de tranquis, siempre es bueno empezar con un poco tranquilidad antes de nada, ¿eh?

Love, M 🧡

² Unforgettable  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora