—¿Al bingo? —pregunto, divertida— ¿Por qué?—Nunca he ido. —responde, Kethia.
Así es como acabemos todos en el bingo, incluido SeoJun y su hermana. No hay que añadir que, cuando escogimos una mesa, todos se las apañaron para que él y yo quedaramos juntos. No habíamos hablado en lo que iba de noche, solo un saludo y ya está, pero había algo en el aire.
—Cincuenta y cinco. —anuncia, la señora que canta los números.
—Por el culo te la hinco. —murmura SeoJun, eso me hace soltar una carcajada.
—Te echan si te escuchan, ¿sabes? —le hago saber, cuando me mira con una sonrisa en el rostro.
—Menos mal que solo tu me hayas escuchado, entonces.
Se me queda mirando, y yo igual, ninguno aparta la morada y es como si solo existiéramos él y yo por el momento. Sin duda, voy a seguir el consejo de Dylan.
—¡Bingo! —grita JooKyung, haciendo que ambos apartemos la mirada.
—Venga ya. —me quejo, viéndola ponerse en pie con la papeleta en la mano.
—Esto es aburrido, ¿no crees? —pregunta SeoJun, inclinándose hacia mí para que solo lo escuche yo, asiento con la cabeza—. ¿Qué te parece si nos vamos?
—¿Y dejarlos solos? —le devuelvo la pregunta, mirándolo. Lo veo mirar a nuestros amigos, después, sus ojos vuelven a mí y se encogen de hombros— Creo que están bien acompañados.
Lo pienso por unos segundos, no creo que ellos se enfaden porque nosotros dos nos fuéramos, ¿verdad? Además, así podría empezar a seguir el consejo de Dylan.
—Esta bien.
Cinco minutos después, estamos fuera del bingo:— He venido con la moto, —me hace saber— pero si no quieres...
—¿Puedo conducir yo? —pregunto, interrumpiéndolo. Sus ojos encuentran los míos y me miran con sorpresa, claro que no se espera que haya aprendido a conducir una moto—. En California tuve una amiga, llevaba moto, y me enseñó a conducir. —le explico.
SeoJun asiente con la cabeza:— Solo... trata de no matarme, por favor. —dice, extendiendo las llaves hacia mi persona. Eso me hace sonreír.
—¿Estas listo? —cuestiono, cuando ambos estamos montados en la moto. SeoJun se agarra de mi cintura sin ningún tipo de fuerza, pero que sus manos estén rodeadas en mi cuerpo ya es suficiente para ponerme nerviosa, igual, no dejo que se note.
—No. —responde, y puedo ver su sonrisa por el retrovisor.
Arranco y, una vez estamos en la autopista, no dudo en darle al gas, subiendo la velocidad. No escucho a SeoJun quejarse pero su agarre en mi cintura se hace más fuerte a medida de segundos, lo que me hace sonreír burlona.
—Hemos llegado. —anuncio, momentos después, cuando me estaciono.
—¿La playa? —pregunta él, admirando el paisaje— Hacía mucho que no venía.
—Yo en California iba muy seguido, me gustaba mucho pasar las tardes ahí.
Así seguimos hablando hasta que llegamos a la orilla, el sol se está empezando a esconder lo que hace que haya unas vistas muy bonitas.
Estamos en silencio, un silencio que no es incómodo y me resulta pacífico estar de este modo con él, en donde hay un silencio que no es completamente incómodo.
—¡HaYoon, ven aquí ahora mismo!
El grito nos hace girarnos a ambos, hay un niño de cuatro años (más o menos) corriendo hacía él agua, los padres vienen detrás de él y, unos metros más atrás de ellos, hay una pareja de hermanos, los cuales miran con entretenimiento a sus padres, hasta que el pobre hombre se tropieza en la arena y cae, ellos se empiezan a carcajear. Esto me hace acordarme de cuando SeoJun y yo decíamos de tener cinco hijos, ser familia numerosa.
Eso me hace sonreír divertida, me giro para ver la reacción de SeoJun pero me sorprende encontrarme con su mirada, casi embobado.
—Eso ha sido divertido, ¿eh? —digo, porque siento los nervios crecer en mi estómago. Lo veo asentir con la cabeza—. ¿Nos metemos?
—¿Con la ropa? —cuestiona, confundido. Le doy una sonrisa y, mientras le guiño un ojo, me empiezo a quitar los shorts.
—¿Qué esperas? ¡Quítate la ropa!
Y de esa forma, pasamos un buen rato y hacemos que nuestra relación vuelva un poquito.
Cuando llego a mi casa y por fin estoy a gusto en mi cama, no puedo evitar sonreír feliz. Después de mucho tiempo me vuelvo a sentir yo, me vuelvo a sentir completamente feliz.
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² Unforgettable ✔
Fanfiction"Ahora nos cuesta saludarnos, cuando lo que nos costaba era despedirnos". Segunda parte de "Don't let me go". Prohibida la copia o adaptación.