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Echaba de menos las fiestas de California, es en lo único que puedo pensar cuando Kethia, JooKyung y yo entramos en una discoteca.

Ellas se van directo a una de las mesas VIP, mientras yo aprovecho para ir a pedir una bebida, algo fuerte, para apartar los pensamientos que últimamente estoy teniendo.

Cuando me tomó el primer chupito de la noche, pido otro, y otro, y... el último.

Con cuatro estaré bien.

Vuelvo con las chicas, cuales me sonríen y gritan nada más verme, Kethia es la que se levanta para que vayamos a bailar, no me resisto, dejo que me llevé de la mano a la pista.

Media hora después Kethia y yo seguimos bailando, JooKyung ya se ha ido a descansar los pies, y no puedo negarme a la propuesta de mi amiga a pedir una botella para nosotras solas. Así que, la pedimos y nos vamos turnando.

No sé cómo, ni cuando, pero los tragos llegan a mi sangre tan pronto que me da un subidón de energía, las luces me dan más emoción que antes y el alboroto alrededor me parece acogedor.

—Me están matando los tacones, me voy con JooKyung. —asiento con la cabeza, y la observo alejarse hacia nuestra mesa.

Me quedo bailando sola, pero poco me importa, y aún menos cuando segundos después me choco de espaldas con algún hombre, me giro sobre mis pies para disculparme pero me sorprende lo guapo que es.

Empezamos a bailar juntos.

Mis manos rodean su cuello y las suyas mis caderas, me acerco más a su cuerpo y disfruto del baile por unos minutos.

Hasta que siento una mirada pesada sobre mí.

Tan pesada que me hace soltarlo, alejarme unos centímetros y buscar aquella penetrante mirada.

Hasta que la encuentro y juro que nunca, en mi vida, he sentido la corriente de nervios que me entra en el cuerpo.

Decido irme con las chicas, pero después me doy cuenta que él está justo al lado y pienso que lo mejor será ir al lavabo para calmarme, aún que sea por unos minutos.

Cierro la puerta tras de mí y me miro en el espejo, apoyando mis manos en el lavamanos.

Esto no tiene por qué ponerme así. 

Pero se veía tan bien...

Los toques en la puerta me hacen dejar de mirarme en el reflejo, supongo que será alguna chica queriendo mear, así que, me acerco de nuevo a la puerta y la abro.

Me quedo sin saber que hacer cuando SeoJun es el que está en frente de mí, me echo para atrás cuando él entra en el lavabo y cierra la puerta tras de sí.

—Estás en el lavabo de chicas.

Es lo único que digo, el alcohol haciéndome ser una inútil que ni siquiera sabe qué decir.

—No me digas.

Su sarcasmo solo me hace fruncir el ceño.

—¿Qué quieres? —pregunto, de mala gana— Me están esperando.

No contesta, así que, me acerco a él, que esta en frente de la puerta, y cuando le quiero echar a un lado para irme, su mano sujeta mi muñeca.

—Suéltame, SeoJun. —hablo, mirándole, y él solo niega con la cabeza.

—¿Para que te vayas a bailar con... ese? —pregunta, alzando una ceja.

Por unos segundos, me pierdo en él. En lo guapo que está después de tanto tiempo, en lo maduro, hombre, que se ha puesto en estos cinco años.

Mi mirada pasa por sus brazos y, dios mío, debo concentrarme.

—Déjame salir. —le ordeno, pero mi voz no suena como una orden, tiro de mi muñeca hacía mí y él me suelta— Quedemos en que seríamos dos extraños. —le recuerdo.

—Sí, pero he estado pensando...

—Me da igual.

—A mi no. —sentencia, eso me hace cruzarme de brazos.

—Un poco tarde para que las cosas no te den igual, ¿no?

Me sonríe. Me da una jodida sonrisa de el puto engreído que es.

Vuelvo a acercarme a él, para salir de aquí, pero me vuelve a hacer lo mismo, me agarra de la muñeca y quedamos más cerca que antes. Tan cerca que puedo sentir el calor de su cuerpo. Tan cerca que, si me aupo un poco, puedo juntar sus labios con los míos.

Pero no hace falta que lo haga, porque es él quien agacha su rostro para captar mis labios con los suyos.

Love, M 🧡

² Unforgettable  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora