~Hazme decir: Sabes lo que me gusta, me gusta, me gusta~
~Estoy bien por mi cuenta, pero contigo estoy en la zona~
El amor era algo que la mayoría de la gente olvidaba por la sociedad en la que vivían en el siglo XIX. Las mujeres eran vistas como pu...
Charlotte metió a Eloise a escondidas en su dormitorio y cerró las grandes puertas con llave. –Nunca antes había visto tu habitación–. Eloise jadea ante los extravagantes. Era un vino rojo, aterciopelado y sedoso por igual.
Charlotte observa cómo Eloise se maravilla con la habitación y le permite pararse detrás de ella y jugar con la corbata que anuda su vestido.
–Pronto será nuestra habitación–. Charlotte le susurra al oído mientras besa su cuello, desatando su vestido y dejándolo caer.
–Entonces me sentiré en casa–. Eloise se da vuelta y captura los labios de Charlottes en un beso apasionado.
–Deberías–. Charlotte se recuesta y la empuja hacia la cama. Eloise observa cómo Charlotte se quita el vestido.
Los ojos de Eloise recorren su cuerpo, mordiéndose el labio con anticipación. Charlotte se sube a su regazo, desnuda de todo mientras saca a Eloise del suyo. –Tú eres mía y sólo mía–. Le dice Charlotte, tomando el rostro de su prometida.
–Yo soy tuya, como tú eres mía–. Eloise le promete, besándola profundamente.
Esta vez ella sorprende a Charlotte al tomar el control. Agarrándola por las caderas, apretandola por el muslo mientras deja marcas por todo su pecho.
Charlotte gime en voz alta y pone los ojos en blanco ante el repentino placer.
Eloise le sonríe, finalmente puede tener control sobre ella por una vez e iba a abusar de ello tanto como pueda.
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Charlotte frota la espalda de Eloise mientras se miran juntas, envueltas la una en la otra.
Sin saber que sus hermanos están en la misma situación. Era temprano en la mañana y Joey, su par durmiendo.
–Quiero decirles–. Arthur le dice a su amante, rodeándolo con sus brazos.
–Y lo harás. Iremos juntos a la escuela de arte, ¿por qué no contarles también sobre nuestro compromiso?– Le dice Benedict. Arthur le sonríe antes de besarlo una vez más. Ninguno de los dos podrá dormir pronto.
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