~Hazme decir: Sabes lo que me gusta, me gusta, me gusta~
~Estoy bien por mi cuenta, pero contigo estoy en la zona~
El amor era algo que la mayoría de la gente olvidaba por la sociedad en la que vivían en el siglo XIX. Las mujeres eran vistas como pu...
“Esa es una señal de que definitivamente deberíamos dormir"
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Charlotte suspira porque Eloise ha estado fuera todo el día y, sin embargo, le rogó que se quedara.
Charlotte baja las escaleras y lee su libro mientras escucha la emoción de Kate al despertar.
–No pareces tan feliz–. Comenta Violet sentándose al lado de la chica.
–Lo soy pero prefiero ser feliz en casa, en mi casa y sin embargo me siento como en casa enferma atrapada en la casa de otra persona que ni siquiera está aquí–. Charlotte le confió, jugueteando con el libro que tenía en la mano.
–¿Dónde está Eloise?– Preguntó Violet sintiendo un poco de pena por la niña nostálgica.
–Fuera con Thomas, Tristian o Theodore, no lo sé. Está buscando a Whistledown una vez más–. Charlotte se burla y cierra el libro.
–Deberías irte a casa; le contaré a Eloise tus ataques de conciencia cuando regreses–. Violet le dice suavemente mientras piensa en formas de regañar a su segunda hija mayor.
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Charlotte suspira mientras se tumba en la cama y se revuelve en la sábana mientras siente por fin la comodidad del hogar.
–¡Sophie! ¡Necesito que consigas un vestido, el rojo que usé en mi primer baile!– Charlotte grita, si quería poner celosa a Eloise y hacerla pasar menos tiempo con ese chico Theo, ella necesita estar y sentirse sexy.
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Charlotte dejó que los dedos recorrieran su collar de rubíes, su anillo de bodas chocaba, pero eso le hizo darse cuenta de que estaba tomada.
Esta vez, su hermano decidió dejar de lado la diversión del baile de esta noche y descansar, ella viaja en el carruaje sin él, pero afortunadamente su hormiga estaba con ella.
Entran al salón de baile y llaman la atención de todos, ya que son miembros de la realeza. Su tía mira a su alrededor sin impresionarse, Charlotte suspira al ver que Eloise no está a la vista.
