《Capitulo 13》

5 2 0
                                    

Habían pasado unos días desde aquel domingo en el cual Jeremy se comportó extraño. Desde entonces, lo noto algo...distante. Pero a la vez pareciera que está todo bien, es muy confuso. Quiero decir, mi sexto sentido me dice que se está comportando raro conmigo, pero otra parte de mi ve las cosas completamente normales. Creo que son sus pequeños gestos...aveces quiero que me abrace, y él lo hace, pero por un muy corto periodo de tiempo. O cuando quiero "avanzar" un poco más con algún beso, entonces él se separa de mí y sigue trabajando. Son cosas que antes hacía sin problema, y ahora es como si las evitara, y no entendía porqué.

Pero no podía reclamarle porque en realidad nada estaba yendo mal. ¿Seré yo la paranoica?, ¿y si en realidad estoy sobrepensando todo?, ¿o que tal si...?

—¿Otra vez en las nubes?—la voz de Jeremy resonó en mi oído repentinamente, asustandome.

—N-no aparezcas así como así a mi lado—le reproche, poniendo mi mano en mi pecho.

—Lo siento, es que parecías tan distraída. ¿Terminaste?

—Si, de hecho si—el nuevo caballo estaba limpio. Estaba tan emocionada, ayer le habían traído un nuevo caballo a Jeremy, de color miel. Su nombre era Poppy, lo sé, un mal nombre para un caballo tan hermoso, pero ya vino con él así que no había nada que hacerle. Como tarea, me mandaron a bañarlo. El pobre caballo había tenido un largo viaje desde su lugar natal hasta aquí, asi que la prioridad era el baño, la comida y la bebida.—¿Que harás con él?, ¿lo entrenarás?

—Algo así. Más bien tengo que adiestrarlo un poco.

—¿Adiestrarlo? Pero ya parece bastante bueno.

—Adiestrarlo para montarlo. Se deja bañar y acariciar, pero no montar, algo así como Spirit.

—¿Quién?

—Spirit, ¿no conoces a Spirit?—preguntó Jeremy con preocupación, a lo que negué con la cabeza, ¿estaba mal que no lo conociera? Jeremy suspiró—Spirit es una película animada de un caballo salvaje que no se dejaba domar por nadie, solo por un Indio el cual se ganó su confianza.

—Ya veo...entonces, ¿tienes que ganarte la confianza de este para domarlo?

—Ya veremos lo que haré, por ahora, déjalo atado aquí, y ponle la comida cerca de él. Te daré más tarea.
Horas más tarde había terminado de hacer la mayoría de labores. Jeremy me fue agregando más trabajo con el paso del tiempo, por lo que salía más tarde de aquí. Aunque no me molesta. Fui a descansar cerca del establo, camino allí vi al caballo atado, su pelaje dorado brillaba con la luz del sol sobre él. Por lo que veía desde lejos, no había comido mucho de lo que le deje ahí. Me preocupe un poco ya que habían pasado muchas horas desde su viaje hasta aquí, y por lo que tenía entendido, no había comido nada desde entonces.

Me puse a pensar si los caballos podrían sufrir estrés, y que podía hacer para que comiera, hasta que el foco de mi cabeza se prendió, había leído en algún lado que las manzanas le gustan a los caballos ¿Será así? Fui dentro de la casa de Jeremy, obvio con su permiso, busque una manzana y salí dirigiéndome al caballo. Me acerque a él con calma.

—Ey, ts ts ts, toma bonito...—le tendi la manzana a través del corral, él se acercó lentamente y la olió, luego y con mucha desconfianza, la tomó con sus dientes, comiendola.—Eso es...¿quieres otra?
Busque otra manzana y se la di, luego busque otra, y otra, y otra, y otra más. Hasta que Jeremy se quedó sin manzanas.
Tenia la última en mi mano, esta vez salte el corral, me pare a su lado y le di la manzana con mi mano. Mientras el la comía, acariciaba su lomo. Jeremy dijo que no se dejaba montar, ¿seria arriesgado que lo intente?

La idea me estaba tentando cada vez más. El caballo se comportó muy bien desde un principio, en cambio, de Jeremy se alejaba. Ese pensamiento alimentaba aún más mi intención de montarlo. Dudosa, tome el cajón que Jeremy puso para que me subiera a los caballos. Haría el intento, si me caia, sabría por primera vez que era caerse de un caballo, y si funcionaba, sabría lo que era montar un caballo yo sola. Lo que sea que pase, aprendía una lección de todos modos. Esta atado, no puede tirarme muy fuerte al suelo ¿cierto?

El amor entre la Luna y el Sol // Ian Bohen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora