EP01: Todo empezó cuando...

145 47 58
                                    


Darrinton City.

RELATA HAROLD

Viernes en la mañana. La temperatura está un poco baja; los meses helados se acercan. Salgo de la librería con algunos periódicos, y es que cuando vives en Darrinton no tienes muchas cosas divertidas que hacer.

Por eso quiero irme de aquí, la vida es demasiado monótona; cuando sales a la calle ves las mismas caras. Me siento encerrado en este poblado, al terminar mi carrera voy a trabajar aquí, en alguno de los pocos entretenidos oficios que existen.

Cuando me refiero a salir de aquí; hablo del país en general. En las pelis te venden que los adolescentes van a las ciudades cercanas a divertirse en fiestas y conciertos, pero como he dicho; esto en Darrinton no sucede, porque lo más cercano que hay es un bosque.

Luego de esa charla mental llego a la casa de mis padres. Abro la puerta y escucho a mi mamá chillar de rabia en la cocina. Se podría pensar que mi papá volvió a caer en deudas o es una riña familiar sin mucha importancia, pero no es así.

Me dispongo a entrar para averiguar que la tiene de tan mal humor.

Al llegar a la cocina, noto a mi papá sentado en silencio, cabizbajo.

Dije «buenos días» pero no me escucharon.

-... ¡Es un gran idiota que lo único que ha logrado es manchar nuestra reputación como familia! -exclama mi mamá muy alterada.

Así que voy a suponer que mi hermano a vuelto a robar dinero o a hecho alguna travesura.

Dejo los periódicos encima de la mesa y me dirijo al refrigerador para ver que encuentro como desayuno, mi mamá se acerca para hablarme:

-Harold ¿No has visto a tu hermano? -interroga.

-No, hace ya varias semanas que no va por la residencia -saco una botella de agua y cierro el refrigerador -, ¿qué tontería a vuelto a cometer?

Mi mamá se gira hacia mi padre, con los brazos en jarra.

-¡Dile Robert! -le grita apuntando hacia él con el dedo índice-, dile que no solo nos robó los ahorros sino también...

-El auto. -Completa papá.

No me lo puedo creer, es verdad que Bastián ha metido sus narices en ciertos ingresos que no le corresponden, pero robarle el auto a la familia ya es muy grave.

-Pero no os preocupéis, ya volverá. No es un mal muchacho, solo pasa por la rebeldía adolescente, debe haberse ido a casa de un amigo -simplifica papá apoyando sus antebrazos en la encimera de la mesa.

-¡¿Amigos?! Robert ¿a esos rockeros de mierda les llamas amigos? Son una completa basura, desde que llegaron a su vida no han hecho más que cambiarla ¡Tiene 20 años, no es ningún adolescente, sino un ladronzuelo de primera! -exclama indignada, se me acerca y me acaricia el hombro-. Mira, Harold nunca tuvo amigos descarriados y no le hizo falta, a Bastián tuvimos que consentirlo menos cuando niño.

Mi padre chista y murmura restando importancia al asunto:

-Hoy puedo ir a la corte caminando.

-¿A la corte? ¿Tienes algún juicio? -indago.

Me afirma con la cabeza.

-¿Sucedió algo grave o son las mismas denuncias de siempre? -interrogo.

-Unos adolescentes locos que entraron a robar en el restaurante de Wilson, se robaron todo el dinero. -Me informa.

-Hay que hacer algo, la delincuencia está al tope.

-Ojalá le hubieras prestado un poquito de atención a tu otro hijo como se la prestas a esos casos -le señala mi madre.

¿A DÓNDE VAN LOS DESAPARECIDOS? ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora