EP03: Una granja en apuros

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                        RELATA STAR

4:30 p.m.

Nos habíamos alejado bastante teniendo en cuenta nuestro punto de partida. Unos veinticinco kilómetros por lo menos, a los quince kilómetros ya no teníamos ni rastro de calle. Tampoco habían carteles ni con dirección ni con avenidas, así que estamos usando el mapa en el móvil, de mi móvil para ser más específica, ya que la mayoría ha agotado la batería. No hemos hecho ninguna parada, que es lo único bueno.

—... "Escuche su radio del Tiempo NOAA o sintonice sus medios de transmisión locales para obtener la información más reciente. Tenga en cuenta que estamos en presencia de una tormenta masiv..."

Devora se inclina entre nuestros asientos y apaga la radio. Luego, se tumba hacia su asiento como si fuera el gran espaldar de su cama.

—Ya basta, se acabó el sufrimiento climático —decide Devora.

—Sardinas con galletas, el almuerzo de hoy —informa Fabián—, treinta gramos... emm.. datos de nutri.. anjá anjá —lee Fabián para que los demás escuchen.

—Sabes Fabián, no es necesario que nos recuerdes que te has comido todas las sardinas y esa es la única lata que nos queda —le recuerda Ricki.

—Llevamos kilómetros y no hemos avistado ni una señal, lo único que visible son los pinos —se queja Harold en voz baja.

—Y aún no hemos atravesado el bosque virgen —aseguro.

—¿Bosque virgen? —interroga Fabián —sabía que había un bosque, pero no que se llamaba así.

—Alguien tuvo que ponerle un nombre —cree Harold.

—Seguro tu papá le colocó ese nombre en honor a ti. —le murmura Ricki a Devora y recibe un empujón de ésta.

Empiezan a empujarse entre todos.

Decido asustarlos un poco:

—Se llama bosque virgen porque no es habitado por ningún ser humano, o no se deja ser habitado. Existe un mito con este bosque —les cuento—. Todo aquel que lo atraviese, no podrá regresar, y es que dicen que el bosque cambia de dirección haciendo que sus visitantes se pierdan.

Silencio.

Creo haber logrado que se callen pero como siempre Ricki lo arruina todo:

—Creo haber leído ese cuento... En la categoría de ciencia ficción —bromea y todos ríen a excepción de Harold.

Miro el mapa.

—Ya en serio, se supone que aquí a la derecha debe haber un lago, lo que nos quiere decir que debemos andar con cuidado para no aplastar a ningún animal marino —objeto.

Fabián que está sentado detrás de mí, se agarra de mi asiento y me interroga:

—No se supone que si son marinos deben estar en el —hace un movimiento leve con mi asiento—... Agua.

—Hay animales que no necesariamente tienen que estar en el agua para ser marinos —le explico volteando los ojos.

—¿Ah sí? ¿ Como cuál? —me reta.

—¡Ohhh! Como las tortugas —avala Devora como si hubiera descubierto la cura del cáncer.

—¿Si súper dotada? ¿las tortugas van a los lagos? Por eso es que dicen que los estudiantes precoces no deben dormir en el turno de Biología —discrepa Ricki.

—Agh cualquiera se equivoca —farfulla Devora.

Sentimos un leve frenazo. Harold se gira hacia atrás.

¿A DÓNDE VAN LOS DESAPARECIDOS? ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora