CAPITULO 11

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El domingo llegó y Fernando y Faby estaban ansiosos. Después de una noche de nervios,con la ubicación que les envío Samantha se dirigieron a la casa de la licenciada Liliana , Al llegar, fueron recibidos por Samantha, quien les sonrió y les hizo una seña para que la siguieran.

-Vengan, mi mamá los está esperando en su despacho -dijo Samantha, guiándolos por la casa.
Era una casa enorme, en uno de los jardines vieron jugando a una niña de unos 3 años y una mujer de mediana edad a su lado .

Entraron en un despacho elegante, lleno de libros . Sentada detrás del escritorio, estaba Liliana, una mujer pelirroja de mirada penetrante.

-Buenos días, chicos , -saludó Liliana con una voz firme-. Mi hija Samantha me contó de ustedes ,siéntense por favor.

Fernando y Faby se sentaron frente a ella, sintiéndose un poco intimidados.

-Una pregunta chicos , ¿para qué quieren mi libro? -preguntó Liliana, entrelazando los dedos sobre la mesa.

-Es para una tarea, señora -respondió Fernando con la voz temblorosa.

-No te creo -dijo Liliana, observándolos con detenimiento.

De repente, Liliana miró fijamente a Fernando en el cuerpo de Faby.

-Tu traes boxers, ¿verdad? -preguntó Liliana.

-¿Cómo lo supo? -preguntó Faby, sorprendida.

Liliana bajó un poco su falda, revelando que también llevaba bóxers.

-Disculpa, solo quería estar segura. Tú eres hombre, ¿verdad? -dijo Liliana, dirigiéndose a Faby.

-Sí, ¿cómo lo supo? -respondió Faby.

-Por tu mirada , tus gestos ,tu ropa interior,niño. Cuando cambias, dejas rastros de lo que realmente eres y he conocido muchos casos como el tuyo-dijo Liliana con una sonrisa comprensiva.

-Licenciada, ¿usted es hombre? -preguntó Fernando, incrédulo.
Liliana suspira,

-Lo fui, sí. Hace años -admitió Liliana, asintiendo-. De hecho, he conocido en persona casos como el suyo: Verónica, Lucero, tú Fabiola , Camila y yo misma.
Y he contactado con más de 20 casos alrededor de el mundo Por una extraña razón, los hombres que cambian cuerpos con mujeres tienen ciertos ademanes y una mirada diferente, aparte la mayoría prefieren usar ropa interior masculina.

Los dos jóvenes se miraron, sorprendidos por la revelación.

-¿Y cómo fue su intercambio? -preguntó Faby, esperanzada.

-Es una historia larga y complicada, pero no estamos aquí para hablar de mí. Ustedes
No quieren el Malleus Maleficarum, ¿no es así? -dijo Liliana, levantándose de su silla y caminando hacia una estantería llena de libros.

-Sí, señora -respondieron ambos al unísono.

Liliana sacó un libro antiguo y pesado.

-Ustedes lo que quieren es regresar a sus cuerpos originales y Este libro puede yo hacerlo realidad es muy poderoso y peligroso. Se dice que fue escrito en la edad media pero creo que quien lo escribió no era un humano normal, Tienen que tener mucho cuidado con lo que hacen -advirtió Liliana,

Liliana los observó con una sonrisa intrigante.

-¿ Y Cómo cambiaron de cuerpos? -preguntó.

Fernando y Faby se miraron antes de que Fernando respondiera.

-Chocamos nuestras cabezas y sentimos como un rayo nos atravesaba -explicó Fernando.

Liliana asintió, como si comprendiera perfectamente lo que había sucedido.

-Ah, es eso. Creo que será aún más fácil de resolver de lo que pensaba , que bien que no intentaron chocar sus cabezas de nuevo -dijo, invitándolos a seguirla hacia su estudio.

El estudio era un espacio acogedor, lleno de libros y artefactos antiguos. Liliana los hizo sentarse frente a frente en dos sillas cómodas.

-Muy bien, Fabiola y Fernando, quiero que se digan de frente lo que sienten el uno por el otro. Pero por favor, sean sinceros -dijo Liliana con firmeza.

Fernando y Faby se miraron, nerviosos pero decididos.

-Faby, desde que te conocí, siempre me pareciste una chica increíble. Al principio, te veía como una niña, pero estos días en tu cuerpo me han hecho darme cuenta de lo fuerte y valiente que eres. Me he dado cuenta de que te admiro y que eres una persona increíblemente especial para mí -confesó Fernando.

-Fernando, siempre te he admirado desde lejos. Pensé que nunca me verías como algo más que la amiga de tu hermana. Pero estando en tu cuerpo, he aprendido tanto sobre ti y me he sentido más cerca de ti de lo que jamás imaginé. Me he dado cuenta de que me gustas mucho más de lo que pensaba, y no quiero perder esta conexión que hemos creado -dijo Faby, con lágrimas en los ojos.

Liliana, que había estado observando con una sonrisa, comenzó a recitar algo en un idioma antiguo. Las palabras resonaban en la habitación como un canto misterioso. Luego, se acercó a ellos y les pidió que se abrazaran.

-Ahora, abrácense y mantengan esos sentimientos en sus corazones -instruyó Liliana.

Fernando y Faby se abrazaron con fuerza, sintiendo la calidez del otro. En ese momento, la magia ocurrió de nuevo. Sintieron una oleada de energía atravesarlos, similar a la que sintieron cuando cambiaron de cuerpos.

De repente, se encontraron de nuevo en sus cuerpos originales. Fernando miró a Faby y Faby miró a Fernando, ambos con lágrimas en los ojos.

-Lo logramos -susurró Fernando, con una sonrisa.

-Sí, lo logramos -repitió Faby, abrazándolo de nuevo.

Liliana observó la escena con satisfacción.

-Recuerden, la magia siempre tiene un precio, pero también puede enseñarnos grandes lecciones sobre nosotros mismos y los demás. Ahora, vayan y vivan sus vidas con esta nueva comprensión -dijo Liliana.

Fernando y Faby salieron del estudio, agradecidos y renovados, con la certeza de que su vínculo era ahora más fuerte que nunca.

En ese momento, entró Isabella, tomando de la mano a Liliana. Liliana sonrió y dijo:

-¿No es hermoso el amor juvenil?

-Lo es, mi hermosa chica de cabello de fuego. Es una lástima que no te conociera en la preparatoria -respondió Isabella, con ternura en su voz.

Liliana soltó una risa suave.

-Amor, me conociste en la secundaria.

Isabella asintió, sus ojos brillando con afecto.

-Sí, pero ahí todavía eras Francisco.

Liliana asintió, recordando aquellos tiempos con nostalgia.

-Es cierto -dijo, viendo cómo Fernando y Faby se alejaban-. Ha pasado tanto desde entonces.

Isabella apretó la mano de Liliana con más fuerza.

Ambas se quedaron un momento en silencio, observando a Fernando y Faby, quienes se alejaban con determinación, buscando resolver sus propios desafíos.

-Espero que encuentren lo que buscan -dijo Liliana, rompiendo el silencio.

-Lo harán, amor. Con la misma determinación que tú y yo hemos tenido -respondió Isabella, besando suavemente la mano de Liliana.

Las dos se quedaron en el pasillo, disfrutando de la tranquilidad del momento y la compañía mutua, reflejando en sus ojos la esperanza de que el amor siempre encuentra un camino, sin importar las adversidades.

FABYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora