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Habían pasado seis meses desde que Fernando y Fabiola volvieron a sus propios cuerpos después de aquella primera experiencia increíble y desconcertante. Aunque la situación inicial había sido un caos, la pareja había logrado adaptarse a sus nuevas realidades, pero no sin enfrentar nuevos desafíos.

Una tarde, Fernando llegó emocionado a la casa de Fabiola, sosteniendo dos boletos en la mano.

-¡Fabi! Tengo una sorpresa para nosotros -anunció con una sonrisa radiante.

Fabiola lo miró con curiosidad y alegría.

-¿Qué es, Fer? -preguntó, acercándose para ver los boletos.

-Dos boletos para el concierto de rock de nuestra banda favorita. ¡Es este fin de semana! -dijo Fernando, esperando una reacción entusiasta.

La expresión de Fabiola cambió de emoción a preocupación.

-Oh, Fer, eso suena genial, pero... ya tengo boletos para el concierto de K-pop de mi grupo favorito. También es este fin de semana -dijo, mostrando sus propios boletos.

Fernando frunció el ceño.

-¿K-pop? Pero ya habíamos hablado de esto. Pensé que disfrutarías más del concierto de rock -respondió, tratando de mantener la calma.

Fabiola suspiró.

-Lo sé, pero realmente quiero ir al concierto de K-pop. Es una oportunidad única para verlos en vivo -dijo, tratando de explicar su entusiasmo.

-Pero habíamos planeado esto desde hace meses, Fabi. ¿Por qué no podemos ir al de rock? -replicó Fernando, sintiendo cómo la frustración comenzaba a crecer.

La discusión se intensificó, ambos defendiendo sus puntos de vista con fervor. De repente, Fabiola soltó:

-Bueno, entonces invitaré a Sarahy a que venga conmigo. ¡Ella también es fan del K-pop!

Fernando, ofendido y buscando una forma de responder, replicó:

-¡Pues genial! Invitaré a Ludmila al concierto de rock. Ella siempre ha querido ir a uno de estos conciertos conmigo.

Fabiola se quedó sin palabras por un momento, su enojo aumentando.

-¿Ludmila? ¿En serio, Fernando? Sabes perfectamente que ella siempre ha querido estar contigo. ¡Esto solo complica más las cosas! -gritó, furiosa.

-¿Y qué hay de Sarahy? ¿Por qué metes a mi hermana en esto? -respondió Fernando, con la voz elevada.

La tensión entre ellos aumentó a medida que las palabras hirientes volaban de un lado a otro. De repente, una energía extraña comenzó a envolver la habitación. Todo se volvió negro y ambos cayeron inconscientes.

Cuando despertaron, se encontraron de nuevo en los cuerpos del otro. Fabiola, ahora en el cuerpo de Fernando, se sentó rápidamente y miró a su alrededor, desesperada.

-¡No puede ser! ¡No otra vez! -exclamó, viendo sus manos y reconociendo el cuerpo de Fernando.

Fernando, en el cuerpo de Fabiola, también estaba en shock.

-Esto no puede estar pasando de nuevo no , no,nooooo. ¡Tenemos que buscar ayuda! -dijo con desesperación.

Inmediatamente, pensaron en Liliana. Fernando, en el cuerpo de Fabiola, tomó el teléfono y llamó a Liliana.

Ante la situación inesperada, la pareja decidió buscar ayuda en quien ya sabía acerca de su problema: Liliana. Fernando, en el cuerpo de Fabiola, tomó su teléfono y buscó en sus contactos el número de Liliana. Después de un momento de duda, llamó a la pelirroja y esperó a que atendiera.

FABYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora