cap.7: enamorada?

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Era de mañana, el sol brillaba y las aves cantaban, y una estruendosa alarma no paraba de sonar

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Era de mañana, el sol brillaba y las aves
cantaban, y una estruendosa alarma no paraba de sonar.

La ojiverde de tez tostada la apago con rapidez, harta de escucharla, hasta que se dio cuenta de su entorno.

Estaba en la torre, más específicamente en su habitación, la cual no tenía ni un decorativo que indicara que alguien durmiera ahí.

Extrañada, empezó a recordar todo lo que pasó el día de ayer.

Poco a poco la neblina de su mente se alejaba, la misión, la jaula y... aquel extraño, pero lindo, beso.

Su rostro no tubo reacción alguna, era posible que después de desmayarse su cuerpo se allá movido y el resto de sus compañeros no viera ese beso.

También estaba la posibilidad de que su compañero no recordará nada de eso, debido a la falta de aire.

Si tenía suerte sería así.

Así que sin más se dirigió al baño privado que tenía, y se lavo la cara, queriendo olvidar lo que pasó ayer.

Como su corta respiración y sudor, y el modo en el que tomo al ojiazul se las piernas para evitar que callera.

Pero aunque quisiera olvidar lo, no podía alejar de su mente la sensación que sintió en su estómago a la hora de besarle.

No era como las otras veces que beso a alguien con fin de matarlo, si no que se sentía raro, como si sr estamos se comprimiera, pero por más raro que parezca, quería repetirlo.

Luego de eso, se dio una ducha rápida, se puso un pantalón y una camisa regla con cuello de tortuga sin mangas, luego se dirigió la cocina, e igual le toca hacer hoy el desayuno.

En otra parte de la torre, cerca de ese lugar, en una habitación decorada de azul, un chico se venía levantando, sin notar nada extraño.

Procedió a simplemente bajar al comedor sin arreglarse, solamente quería comer un poco.

Fue tranquilamente hasta que llegó a la mesa de comedor al lado de la cocina.

Se sentó adormilado en una de las sillas libres al lado de chico de piel verde y del joven reyes, lo raro es que ninguno bromeaba o siquiera hablaba, pues el ambiente estaba un poco tenso.

pero esto no fue notado por el super, por seguir media dormido, cuando el ojiazul alzó un poco la mirada logro ver a quien estaba cocinando.

La joven Robin estaba cocinando de espalda, con un pantalón de gin azul oscuro ajustado y una camisa negra de cuello alto sin mangas, dejando al descubierto sus brazos.

Al verla los recuerdos de la noche pasada volvió a su mente de forma instantánea, enrojisiendose de gran modo.

Pronto la marciana líder del equipo entró al lugar sentándose en la barra frente al equipo.

Tus Ojos Color KriptonitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora