I

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Isagi se sentía en la cima del mundo, manejaba todo el campo, la cancha era como un tablero de ajedrez y él una persona omnisciente, teniendo a disposición todas aquellas piezas, listas para usarlas sin necesidad de manipular porque él ya sabía los próximos movimientos de sus contrincantes.

En aquel instante estaba bastante seguro de su jugada, sobrepasando a grandes oponentes como Nagi Seishiro y Chigiri Hyoma.

¡Dios, era como estar bailando!

Su jugada con Kurona fue perfecta, era como si ambos fueran uno solo, bailando al vaivén de la música mientras los demás no podían seguirle el ritmo.

Siempre un paso por delante, incluso el mismo Noel Noa, su ídolo de toda la vida estaba cubriéndolo, por supuesto, como buen estudiante de Ego Jinpachi no dejaría pasar la oportunidad y la sed de gol del número uno, usándolo de señuelo para abrir el paso a su propio gol.

Todo era simplemente perfecto, su mente nunca había estado tan en sincronía con sus movimientos y la posición de sus contrincantes, este momento ya estaba predestinado a cumplirse.

Qué pena que existiera una anomalía en la cancha de futbol, en un segundo, Isagi vio un brazo prohibiéndole el paso a su gol.

Ya sabía quién era sin necesidad de mirar su cara arrogante, sin embargo, era un suceso ya esperable y se lo hizo saber a Kaiser antes de pasar el balón a Yukimiya para que la metiera en portería.

Todo lo que sucedió después lo recuerda por fragmentos, su cerebro decidió apagarse y antes de responder la declaración de guerra a Michael Kaiser no supo más de su vida, sus ojos se cerraron y simplemente cayó.

Sin embargo, tiene la vaga sensación de un puño enredado en su cabello.

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Kaiser estaba de malhumor. Estas últimas semanas se sentía más irritable que de costumbre, eso era un sorpresa porque por supuesto, él era el que ponía de mal humor a los demás, no los demás a él.

Por eso, cuando se le presentó la oportunidad de llevar a Isagi a la enfermería (Noa lo mandó), estuvo demasiado tentado en llevarlo arrastrando por las mechas de su cabello. Por suerte para el japonés, aún conservaba un poco de su humanidad y lo llevo en modo princesa. Obviamente eligió la posición más empalagosa adrede, sabía muy bien que Isagi Yoichi era vergonzoso, quería que se retorciera cuando se despertara y viera las fotos en internet.

Salió de la enfermería sintiéndose renovado, ya podía imaginar el sufrimiento de Isagi, seguro lo insultaría y maldeciría, ¡ja!, eso no hacía más que alegrar su estado de ánimo. Caminó por los pasillos casi vacíos dirigiéndose a la cancha de futbol, tarareaba una canción mientras repasaba en su cabeza alguna jugada pendiente.

- Tenemos que hablar- enuncio una voz profunda detrás de él.

Michael sintió escalofríos, giro sobre sus pies sonriendo forzosamente a la persona que le arruino su emoción.

- ¡Noa, que alegría verte de nuevo!, me encantaría hablar contigo, pero no puedo, verás acab-

- Sígueme- interrumpió su discurso pasando de largo, sin siquiera mirarlo.

Kaiser podría ser a veces grosero (el preferiría no llamarse de esa forma). Pero por mucho que una vocecita dentro de su cabeza le diga que se dé la vuelta e ignore al hombre, prefiere ser racional y seguir al jugador a su oficina, aunque lo deteste.

ALGO INESPERADO // KAISAGIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora