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Eran casi las diez de la noche cuando se escucharon los golpes en su puerta, sonidos ansiosos y violentos. Ness caminó directamente a la entrada y vaciló cuando iba a girar el pomo. Por seguridad, vio a través del ojo de la madera, encontrándose con su viejo amigo.

- Ness abre la maldita puerta- bramó con voz firme, trago saliva, y de inmediato de recompuso.

Como una orden automatizada, por reflejo, abrió y apenas logró hacerse a un lado, cuando Kaiser entró a pisotones a su sala de estar. Se giró a mirarlo.

Oh, no. El pelimorado la conocía, era de esas expresiones que tenía cuando perdían un partido o cuando sentía que no estaba siendo el mejor. Como siempre, como todas esas veces, Michael prefería aislarse hasta que se recuperaba. Pero esta vez, Alexis era destinatario directo de esa emoción.

- Que haces mirándome como un estúpido- señaló, viendo como seguía parado al lado de la entrada- cierra la maldita puerta y ven acá, tenemos que hablar.

Otra vez, no pensó y solo acató la demanda. Cerró más fuerte de lo que quería, el sonido haciendo eco en su departamento y tensando hasta el mínimo musculo de su cuerpo. Rápidamente, se acercó y quedó a tres pasos de distancia. No quería ser temeroso, pero lo estaba.

- Eres basura- comenzó, criticándolo con el ceño fruncido- tienes suerte que no haya sido tan grave.

Ante esto, levantó la cabeza, quien, durante todo el transcurso de su prematura visita la mantuvo agachada mirando a sus pies, sus ojos se iluminaron.

- Oh, gracias por tu preocupac-

- Si lo hubiera sido, ahora no estaríamos hablando- interrumpió, aplastando las minúsculas esperanzas.

Quedó en blanco, su sistema reactivó el modo emergencia. Comenzó a desesperarse.

- Yo- respondió con tono tembloroso- esa no fue mi intención, nunca quise hacerle daño. Solo quería hacerte feliz.

Se encogió sobre sí mismo cuando escucho su carcajada carente de humor, la ironía brillando en su sonrisa.

- ¿Hacerme feliz?- cuestionó con una ceja levantada- ¿en qué parte de tu cerebro de nuez cabe la idea de herir a Yoichi para complacerme?, realmente eres un estúpido.

Escupió la última oración, sus ojos estaban entornados. Alexis, a pesar de su sumisión no pudo evitar darse cuenta de algo, algo que ya sabía hace bastante tiempo pero que no se atrevía a reconocer, por lo menos no en palabras.

Con emoción renovada, y una difusa llama comenzando a arder en su interior, confrontó al rubio.

- ¿Por qué te importa tanto eso? si hubiera sido cualquier otro ni te dignarías a hablar demasiado del incidente, o defenderlo- soltó en un susurro acusatorio- Michael yo siempre he estado ahí para ti y siempre querré ayudarte. Yo...

Tragó saliva, recuperando su valor. Agregó antes de poder echarse para atrás.

- Yo sé que actué mal, no fue con ese tipo de intención. Por favor, debes entenderme.

Se quiso acercar pero fue detenido por una mano, levantada en señal de "no te atrevas". Kaiser siempre se podía pasar tres pueblos si lo proponía, y el ya estaba acostumbrado a esos momentos de impulsividad. Pero eso no lo hacía doler menos cuando sucedían. A continuación, Michael habló con vos gélida, dejándolo helado.

- No sirves, Ness.

Contrastando con el frio ambiente, sus declaraciones lo desarmaron. Fue algo simple, pero que golpeo profundamente su autoestima, porque provenía de una persona a la que apreciaba. El pelimorado no emitió ninguna palabra, empero, se limitó a morder sus labios temblorosos, mientras enfocaba su atención al suelo, nublado a través de sus ojos.

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⏰ Última actualización: Nov 16 ⏰

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ALGO INESPERADO // KAISAGIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora