La semana había pasado relativamente más rápido de lo que Isagi pensaba. Su rutina siempre era la misma; incansables entrenamientos, luego ver los partidos de Ubers, analizar, etc. Últimamente estaba más ocupado pero más rebosante de energía, tal vez era porque estaba generando lazos amistosos y el ambiente en el equipo era, por lo menos, mas respirable. Incluso Kaiser se estaba convirtiendo en parte de la rutina del pelinegro, algunas veces se encontraba pensando en él, como estaba, que estaba haciendo. Si bien, se visitaban con regularidad (el alemán invadía su casa), había uno o dos días en los que solo podían observarse de lejos, Isagi no pensaba mucho en eso, pero si había ocasiones en las que lo veía y le surgía el impulso de acercarse, o incluso, cuando cruzaban miradas y el alemán le sonreía de forma extraña no podía evitar el retorcijo en el estómago y desviar la mirada.
Probablemente aún era extraño llevarse bien con Michael.
O tal vez...
- Hijo, ¿te encuentras bien?
Habló su mamá, preocupada al otro lado de la línea. Hoy le habían entregado sus teléfonos, como siempre, lo primero que hizo fue llamar a casa. Aun caminaba por los pasillos, rumbo a su departamento.
- Ah, si, no es nada. Ya sabes, tengo algunas cosas en la cabeza pero nada malo.
Escuchó un suspiro al otro lado de la línea.
- Si tienes alguna preocupación, siempre estaremos aquí para ti, para escucharte- dijo con voz dulce, con cariño, ay, Dios sabe cuánto extrañaba a su mamá- por otro lado, he visto todos tus partidos, ¡eres increíble, tu papá trata de explicarme y aunque aún no logro entender del todo todas esas reglas... quiero decirte que estamos muy felices por todo tu esfuerzo... pero no te esfuerces demasiado, también debes cuidar tu salud, a todo esto, dime, ¿ya has comido?
Rio mientras hacía girar la cerradura y entraba a su hogar. Encendió su estufa eléctrica para climatizar el espacio mientras hablaba incansablemente con su madre, y, después de media hora, antes de despedirse, le envió saludos a su papá, quien no se encontraba en casa cuando llamó. Le dijo que la quería antes de cortar. Luego, se puso manos a la obra para hacerse un té.
Se sentía más liviano, como si su madre le transmitiera tranquilidad y calidez. Por eso, inundado en ese sentimiento depositaba el agua hirviendo en su taza, mientras tarareaba "Number one" de Bleach, especialmente cuando entrando al coro alargaba el "it's natural" más de lo normal.
Después recibió una videollamada de Bachira, deslizo y lo saludo con una gran sonrisa. Totalmente ajeno al comportamiento raramente callado de su amigo, le relató toda su semana.
- Isagi, dime, ¿estás bien?
Preguntó con voz gélida, su sonrisa flaqueo cuando se dio cuenta que estaba serio, se recompuso y respondió con un sentimiento extraño invadiéndolo.
- Sí, estoy bien.
Y era verdad, se sentía bastante bien el día de hoy. La mirada de su amigo se afiló mientras surgió un silencio incomodo, su amigo parecía estar escrutando, tratando de descubrir algo. ¿Algo como qué?, no se sabía, Isagi comenzó a ponerse nervioso, empezando a jugar con su dedos en su regazo.
- Yo no he hecho nada.
Se le escapa apresuradamente, tratando de aclarar sea lo que sea.
Debe aclararlo por alguna razón que el mismo desconoce. Se siente acorralado, como si lo estuviera presionando a decir lo que quiere escuchar, pero él no ha hecho nada, aunque también duda que es lo que quiere que diga, es como el juego del gato y el ratón.
No lo hace menos fácil tener los ojos amenazantes de su amigo fijos en su persona, pocas veces, veía a Bachira de esta forma.
Sus dudas e ideas paranoicas son aclaradas cuando el peliamarillo abre la boca y pronuncia gélidamente un nombre.
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ALGO INESPERADO // KAISAGI
FanfictionEs imposible que Isagi Yoichi, alguien amable, empático, con corazón de abuelo se enamore de alguien egoista, grosero y egocéntrico como Michael Kaiser. ACLARACIÓN: LOS PERSONAJES NO ME PERTENECEN, SON DEL MANGA/ANIME BLUE LOCK Y SU RESPECTIVO AUTOR.