🌼CAPITULO 21🌼

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MICHAEL

2 días después de la boda.

—¿Tampoco ha comido nada hoy? —pregunté. Reid tenía unas enormes ojeras bajo los ojos, el pelo alborotado de tanto tirarse de él y físicamente se veía agotado.

Después de aquel día en el que regresé de los Ángeles y Hero me dijo aquello que no quería ni recordar, no la había vuelto a ver. No había tenido ni siquiera fuerzas de acercarme a ella, ni a estar si quiera en la misma habitación, ni en la misma casa. Me había ido a la casa de mis padres, allí tenía mi propia habitación, pero al entrar y darme cuenta de que su olor a lilas aún seguía deambulando por allí, decidí directamente irme a un hotel.

No estaba enfadado con ella porque, al fin y al cabo, lo único que había hecho había sido dejarme las cosas claras y yo me enamoré de ella aún sabiendo que tenía novio, así que el único culpable allí era yo.

E hice lo único que me pidió, alejarme. Pero en la boda estaba tan preciosa... que simplemente no pude enfadarme. Le pedí una tregua, sí, le pedí que olvidáramos que volvíamos a odiarnos, aunque eso era lo último que yo sentía por ella. Le pedí divertirnos, pero igualmente se alejó y entonces todo se derrumbó.

No sé cuántas copas de más llevaba cuando empecé a escuchar gritos, los gritos de un amigo desesperado. Todos fuimos a la llamada de urgencia de Reid, pero lo último que me iba a imaginar era que el problema era Hero.

Sentí como si mi mundo se desmoronara a mi alrededor. La angustia me apretaba el pecho con fuerza, haciéndome luchar por respirar mientras intentaba contener el pánico que amenazaba con inundarme por completo. Ver a Hero, pálida y desmayada en los brazos de su hermano, me dejó sin aliento, con un nudo en la garganta que amenazaba con ahogarme.

Cada latido de mi corazón resonaba en mis oídos como un tambor ensordecedor, mientras mi mente se llenaba de pensamientos oscuros. ¿Qué le había sucedido a Hero? ¿Cómo podía estar tan vulnerable y frágil en ese momento?

Me acerqué apartando a todo el mundo, incluso a William. ¿Qué más me daba a mí que fuera su padre en ese momento, joder? La chica de la que estaba enamorado hasta la médula se acababa de desmayar y no sabía qué le pasaba. Ya era la segunda vez que se desmayaba, y los análisis aún no habían llegado. ¿Podría ser anemia otra vez? ¿Algo peor? La idea de perderla, de que algo terrible le hubiera ocurrido, me llenaba de un miedo paralizante que me helaba la sangre en las venas.

Mientras la gente a mi alrededor se apresuraba a llamar a una ambulancia y a buscar ayuda, me sentía impotente, como si estuviera atrapado en un sueño horrible del que no podía despertar. Mi mente se llenaba de imágenes de Hero, sonriente y radiante en las fotografías que tenía en el estudio, una sonrisa provocada por mí, y ahora la veía desmayada y vulnerable, incapaz de protegerse a sí misma.

La sensación de culpa me invadió, haciéndome retroceder un paso mientras me preguntaba qué más podría haber hecho para evitar esto. Si tan solo hubiera estado más atento, si tan solo hubiera notado las señales de que algo andaba mal.

—¿Qué ha pasado? ¿Qué ha pasado, Reid? —me agaché y le toqué el pulso a Hero. Latía, su corazón latía pero muy bajo.

—Joder, joder, joder... Estaba hablando por teléfono y de repente, se ha caído al suelo y no lo he visto venir. Creo que se ha golpeado la cabeza.

—¡Llamad a una ambulancia! —grité, pero estaba seguro de que William o Ximena ya lo estaban haciendo.

Después de eso la boda se fue básicamente a la mierda, por lo menos para mí. Nos apresuramos a ir al hospital, Reid no dejó opción alguna para que otra persona la acompañara en la ambulancia. Allí en el hospital averiguamos que le pasaba, el motivo de sus desmayos.

Ni un beso más de ti [#2] © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora