Recuerdo que cuando aún me llevaba bien con mis padres, íbamos a visitar todos juntos a mis abuelos que vivían a unas cuantas horas. Mi padre siempre se molestaba cuando mi mamá le insistía en usar el automóvil porque 12 horas de viaje es mucho. Tan solo eran excusas.
Siempre sospeche que mi papá le tenía pánico al conducir después de que el vecino atropelló a una vaca que iba a "mucha" velocidad. Mi papá, asombrado al ver la mancha de sangre en el parabrisas del vecino, juró jamás conducir más de 2 horas seguidas. No sé porqué, pero ese vecino siempre me dio mala espina. Era alcohólico y para mí escondió el cuerpo de una anciana por unos arbustos. Luego de que mi madre se quejase que eran patrañas y que se ponga huevos, mi papá salió con la excusa de ser "Green". Todo ecológico y amigo de los animales.
Después de tanta discusión, siempre llegaban a un acuerdo: nos vamos en bus. Todos nos íbamos y volvíamos en el dichoso bus.
La única vez que fuimos en avión fue para el velorio de mi abuelo.
Aún me da risa cada vez que escucho los gritos histéricos de mi mamá cuando el avión estaba despegando. Mi papá llevó el rosario más grande para ponérselo a ella y hacerle creer que nada le pasaría. Pero por la expresión de mi padre, me daba la impresión que era una excusa para poderla ahorcar... No lo culpo, sus chillidos eran más molestos que los de un infante.
- ¿En qué tanto piensas? –Taemin murmuró al estirar sus piernas sobre uno de los asientos vacíos del jet privado de Giovanni. Key alargó su cuello como el chismoso que es y me miró algo curioso.
- ¿Alguna vez has viajado en avión? –pregunté sin despegarme de la comida chatarra con que nos había atiborrado Giovanni. Taemin no se vio muy feliz cuando acepté todas las golosinas importadas ni todos los sobornos comestibles. No me puede denunciar. Tan solo se vive una vez.
- Eh... un par de veces, sí. Es el único lugar donde se puede estar tranquilo. Creo que...
- ¿Y tú, Key?
- ¡No me tienes que interrumpir! ... ¡Ja! Ni que tu atención importase –Taemin se cruzó de brazos ligeramente irritado.
- Yo he viajado un montón de veces. A Drago siempre le gustar soltar un poco de billetes si tienes información muy confidencial. No me quejó. Hace que el trabajo sea más rápido y menos estresante. No todos pueden pagar un ticket de avión de primera clase –concluyó Key al arreglar su mochila de carga. Estaba metiendo más cartuchos y un par de papeles sueltos.
Taemin bostezó y se dio la vuelta para un lado. Debe de seguir cansado luego de dejar inconscientes a cientos de hombres. Fue un milagro inesperado que no haya derramado sangre alguna. Tan solo nos noqueó y los dejó tirados como pegatinas en la arena. Giovanni se vio tan sorprendido... como una fangirl y su amor platónico a primera vista.
En pocas palabras, nos ganamos ese mapa para Drago.
- Todavía no puedo creer que tú estuviste ahí presente todo este tiempo... -le susurré a Key. Key cerró su mochila y prendió uno de sus tantos cigarros. Se golpeó uno y sonrió.
- Yo trabajo en todos lados con todo el mundo. Tener contactos es importante. Sobre todo si eres guardaespaldas de una persona tan terrible y gordamente rica como Giovanni. Aparte, Drago me pidió que los siga para vea cómo iban las cosas. Como ustedes llegaron bastante rápido, no tendremos problemas en llegar a encontrar ese tesorito en cuestión de semanas –Key hizo un par de figuritas de humo y apagó su cigarrillo.- Taemin... ¿todavía sigues enojado conmigo? Tú sabes que no te podía ayudar. Al menos estate feliz que yo fue quien disparó a __________________. De haber sido otra persona...
- ¡Cállate! –Taemin le tiró todo el vino tinto en la ropa.- No estoy de humor para más cháchara. Suficiente con lo que tenemos que lidiar –rugió nuevamente. Taemin, bastante ofuscado y sintiéndose completamente ridiculizado, se paró y se fue unas 6 hileras más abajo para dormir.
- ...creo que se lo tomó a pecho... -musité sorprendida al enterarme que Key era el francotirador. Key se volteó hacia mí.
- ¿Pero tú no estás molesta conmigo, o sí?
- Para nada... -mentí.
Key se movió de hombros y prendió otro cigarro.
. . .
No estoy segura de cuántas horas habrán pasado, pero sentía que mi pobre trasero estaba adormecido. No podía estar ni sentada ni echada. Un poco más y me tiraba del avión.
Decidida a no aburrirme, empecé a rebuscar la enorme caja de cartón que me había dado Giovanni. Había cientos de caramelos y chocolates de todos lados. Pero una tapita brillosa me llamó la atención. Se me hacía familiar. Escarbando y escarbando como perro hambriento, encontré lo que me temía. Un six-pack de yogurt de banana.
Miré a Taemin, el seguía enroscado como una dona amargada al fondo de todos los asientos. No estaría mal darle algo que le gusta después de haber estado estresados en la casa de Giovanni... Aunque me duela admitirlo porque es un te amo/te odio, he de reconocer que Taemin siempre hace la mayor parte de trabajo. No lo digo tanto por mí y en todos los líos que lo he metido. Lo digo por Key, Zelo y los demás. Taemin es como el caballito de guerra que se las chupa todas. Y los demás anda como damiselas. Duele admitirlo, pero... ¿por qué rayos no se escapan? ¿Qué es Drago de ellos? ¿Por qué no lo asesinan y hacen su vida propia?
Mis piernas tomaron vida propia y se fueron directamente hasta Taemin como un imán.
- ¿Taemin?
- ¿Qué?
Sabía que las palabras no funcionaban mucho con Taemin, así que le entregué su yogurt. Supongo que trató de verse no tan desesperado, pero desgarró la bolsa que contenían las seis botellas, les hizo un corte sin molestarse por abrir la tapa y se las tomaba de un sorbo. Nada desesperado.
Un Taemin satisfecho, era un Taemin feliz.
- ...supongo que... gracias –dijo luego de un silencio incómodo. - ¿No tienes más de esos?
- Era el único six-pack que Giovanni me dio.
- Ah...
- Tienes problemas psicológicos, ¿alguna vez has pensado en ver a un psicólogo? ¿O tu mamá pensó que eras tan traumado que no había solución? –en ese momento, me cubrí la boca. Sé que tenía la tendencia a decir las cosas en alto, pero últimamente, eran muy seguidas. Taemin arrugó la nariz.
- No, pero si continuas con esa mierda, ______________, estoy seguro que te irán a ver los de la morgue –siseó venenosamente.- Ahora, lárgate antes de que cambie de opinión y te tiré del avión.
Y eso fue lo que hice, me rodé hasta el primer asiento para no terminar como papilla.
. . .
Key se despertó un par de horas más tarde, luego de lo sucedido con Taemin. Con un poco de prisa, se desvistió y tiró un par de prendas de una bolsa que le había entregado Giovanni junto a ___________ y Taemin. Era la ropa que llevarían para estar más cómodos. Era una polera tipo deportiva negra que absorbe el sudor y fácil de secar, pantalones tipo militar con un cinturón negro, botas especiales resistentes contra la humedad y barro, por último, una chaqueta algo gruesa, pero ligera al colocársela. Key estaba bastante satisfecho porque este tipo de ropa siempre tiene un diseño feo y unos colores horribles brillantes como la ropa deportiva de los jugadores de futbol ¿Quién se pone zapatillas de color naranja neón con un polo marrón? Asqueroso. Inaudito.
- ____________, despierta. Ya estamos cerca –Key le dio un empujoncito para que despertase. Como ____________ no se movía, Key le hizo una seña a Taemin que ya estaba listo con su nuevo peinado (HELLO – SHINee) y le había hecho un par de modificaciones a su traje. - Algo salvaje por lo que veo, ¿no?
- Las mangas son un poco molestas cuando me muevo. Tengo más libertad con chalecos –afirmó al arrancarle la última manga a su... bueno, ahora chaleco.- Oye, ___________. ___________, despierta... ya vamos a descender.
_____________ se despertó de un brinco y lo primero que hizo fue limpiarse la saliva chorreante de la cara. Taemin le tiró las prendas en la cara y le ordenó que se apurase. Si no, tendría que venir con ellos desnuda. A Key le hizo gracia porque sabía que Taemin no tendría problema con ello. Al contrario, estaría brincando en una pata. ____________ se sonrojó y Taemin le dio un cocacho para que se callase. Key le sacó la lengua y se fue a desayunar en el otro salón del avión.
. . .
- Pero yo no quiero esto para desayunar, Taemin –sollocé al hundir mi cucharita. Taemin hizo mil muecas y me metió la cucharita a la garganta.
- ¡Te comes la pinche avena porque es nutritiva! Y te tragas esta maldita naranja porque tiene vitamina C y eso va a procurar que no te resfríes –me amenazo al cortármela en 8 piezas.
- Taemin... no tienes que ser tan malo con ____________. Tan solo dale un panqueque. Un panqueque con manjar para la damita –chilló Key al acercarme 5 panqueques bien calientes. Taemin los apuñaló con un tenedor y se los tragó todos.
- ¡Mis panqueques! –lloré al hacer pataleta.
- Estas muy gorda, ____________. –dijo fríamente. Ese comentario me dolió en el alma. Taemin se dio cuenta de lo que me había dicho y sonrió macabramente.- Ahora, dime, ¿quién necesita un psicólogo?
Key se indignó ante el maltrato y lo azotó con un periódico enrollado.
- ¡No tienes que ser tan malo! A una chica nunca se le habla de su peso. Discúlpate Taemin o le diré a Minho que tú fuiste quien le hizo Photoshop a todas sus fotos y las colgaste en la ventana de la mamá de Drago cuando vino de visita. Hasta las fotos en donde sale con el poto al aire.
- ¡Ugh! ¿En serio lo tenías que decir frente a _______________?
Ahora ya sabía quién fue la persona que comenzó a molestar. Y el porqué no se llevaban bien cuando llegue a la mansión.
. . .
Cuando por fin salimos del avión (ya estaba desarrollando un tipo de claustrofobia), no fue el lugar que me esperaba. Estaba completamente nublado y la entrada, repleta de enormes árboles. Todos de hojas negras verduscas. Para colmo, en el ambiente se sentía una pesadez.
- Hemos llegado –informó el capitán al seguirnos detrás. Él seguía parado en la entrada del avión.- Menhed estará a unos 556KM de aquí. No puedo llevarlos más porque... bueno, aunque no sea una zona restringida, nadie sabe qué diantres pasa ahí. Tendrán que ir a pie... He escuchado que todos los que entran, nunca salen o se quedan. Como bien dicen, Menhed es una ciudad perdida. Ni los políticos tienen acceso a ella, mucho menos los militares.
- Eso es cierto –afirmó Key,- también entran personas que se quieren suicidar. Varios informes de la policía que fueron a sacar los cuerpos, se encuentran con bestias salvajes. Se ha hablado de ovnis, de fantasmas, de cosas sobrenaturales y hasta de una banda de asesinos que anda suelta por ahí. Nadie sabe qué queda en Menhed.
- ¿Es por eso que la llaman la ciudad de las riquezas del demonio? –preguntó Taemin bastante intrigado.
- Claro –replicó Key.- Hace muchos, muchos años, este seguía siendo el mismo bosque, pero menos tétrico. Era parte del dominio de Gaius Cuarto. La persona más rica del mundo... hasta que un día lo envenenaron y... toda esa riqueza y reliquias se quedaron en un lugar secreto. Tan solo dejaron este mapa. Varias personas han ido a buscarlo, pero como se sabe, nadie ha tenido éxito. Además, la banda de mafiosos se alberga en el bosque para buscar la manera de apropiarse de ese tesoro y... bueno... eso es todo lo que sé –concluyó Key al cargar con su mochila.
Taemin me entregó la mía y se colocó la suya en la espalda. Key se despidió del piloto y se encaminó por el sendero. Las rejas estaban abiertas de par en par, como si nos dieran una grata bienvenida. Nada de esto me gustaba. Y por la expresión de Taemin, a él tampoco.
. . .
Nunca antes había estado en un lugar tan amplio y estrecho a la vez. Los árboles era altísimos como casas de 4 pisos que iban en columnas ordenadas. El problema que nos enfrentábamos ahora eran las ramas y las raíces. Estos árboles habían sido tan descuidados que las raíces brotaron, rompiendo el pavimento. Unos se enredaban en los tallos de otros árboles y seguían subiendo. Lo que más me daba miedo era el color de sus hojas. Poco común... para nada común. Era como si estuviesen manchadas de odio.
- Pensé que Menhed estaría cerca...
- ¿Menhed? Menhed es una ciudad a la que nadie quiere ir ni por todo el dinero de Giovanni –aseguró Taemin al saltar sobre otra inmensa rama. Hace media hora decidió que sería más fácil cargarme e irnos como dos ranas con Key.
- ¿Qué crees que hay en este lugar? ¿No le sientes un aire a... muerte? –Taemin se sacudió de hombros y se subió a lo más alto de un árbol para saber cuánto nos faltaba para llegar a la pradera.
- No lo sé... pero no me siento tan seguro de...
- ¡Taemin!
Con un rayo, Taemin se agachó en medio del aire y se hizo a un lado. Una fuerza bruta golpeó uno de los gruesos árboles de Gaius y se partió en dos como un mondadiente. La copa del árbol se estrelló contra una vivienda abandonada y la pulverizó.
- ¡Taemin, a tu derecha! –gritó Key. Taemin me miró fijamente, bastante preocupado y me lanzó por los aires como un globito de gas helio que no flota.
- ¡Hazte cargo de ___________!
Key me atrapó y se fue a esconderse de la rama más alta. La misma fuerza atacó a Taemin y le profirió una herida en la pierna. Taemin perdió el equilibrio y se sentó sobre las raíces.
- ¡Cuidado, Taemin!
Aquel animal seguía derrumbando árboles sin parar y se notaba que Taemin se iba cansando más y más. Una vez que siete árboles cayeron unos sobre otros, la poca luz iluminó el ser al que no estábamos enfrentando. Una serpiente negra con puntos rojos de ojos dorados.
- ¿No podemos ayudarlo de alguna manera? –le supliqué a Key. Lo que teníamos en frente era una monstruosidad. Nunca debimos de aceptar este contrato, mucho menos ir por un estúpido encargo de Drago y sus caprichos.
- Espera aquí –Key hesitó en ayudar porque jamás había visto este animalucho. Y la especialidad de Key era su mente, no su fuerza.
Taemin transformó su brazo en varias armas, pero parecía que tan solo le hacía cosquillas a la serpiente. Los rasguños eran mínimos. Key disparó varias veces, pero una de las balas acertó. En uno de los ojos de la bestia. En uno de esas batidas de cola del animal, lanzó a Taemin contra un árbol y a Key contra otro, dejándolos sin aliento.
- ¡Taemin! ¡Key! –chillé al mirar a ambos lados. No tenía la menor idea a quién ayudar primero.
- ¡____________! ¡Cuidado!
Me había dejado distraer y la serpiente me estaba mirando a mí. Al abrir su enorme boca, se veían restos de los miles de seres que se había atiborrado la desgraciada. De sus colmillos goteaba veneno que desasía la madera. ¿Sería mi fin? La serpiente levantó su cola y rápidamente, con lo aprendido en la milicia, me salté de la rama para caer sobre otra. A penas logré sujetarme.
- ¡Taemin! –lo llamé mientras me aferraba a la delgada rama.
De repente, sentí un vapor... no, era el aliento de la serpiente. La tenía debajo de mí, poniéndose en posición para comerme. Cerré los ojos. Nunca pensé en terminar así.
. . .
- ¿______________? –Taemin me sacudía con fuerza,- ¿Me escuchas?
- ¿Qué paso? ¿Taemin? ¿Hemos muerto? –le pregunté estupefacta.
Taemin suspiró aliviado y se dirigió a alguien más.
- Está bien... sigue igual de estúpida –comentó al recogerme con delicadeza. Iba a quejarme, per o una voz diferente me interrumpió.
- Me alegro que este bien.
. . .
Taemin me enroscó en sus brazos y continuamos caminando por la pradera, ya habíamos dejado los enormes arboles atrás. Adelante, teníamos a Key y a una joven con un arco y varias flechas. Tenía un hacha de combate y una daga en su cintura.
- Ella nos ayudó –susurró Taemin al sentarse a un costado del camino.- ¿Te encuentras bien, mentecata? Felizmente te logramos vendar las piernas.
- ¿Q-qué quieres decir? ¿Por qué no las siento? ¿Qué ha pasado con la serpiente? –insistí nerviosa.
- ___________... perdiste las piernas...
- ¡No! ¡Eso no puede estar pasando! ¿Seré inválida para siempre? ¡Taemin! ¿Qué haré? –quería llorar, pero la estruendosa risa de Taemin me dejó en seco. Le di una bofetada, de ida y de vuelta con bonus.
- Oye... _____________, no es para que te lo tomes de manera personal. Después de lo que me dijiste en el avión, tienes que admitir que te la tienes bien merecida. En especial porque estabas toda pegada a Key –se detuvo y me observó intensamente.- No me gusta. Estabas de su lado...
¿Acaso son celos? ¿Celos en medio de la nada? ¿En medio de una zona altamente peligrosa? ¿Ahorita se le ocurre andar con sus ataques de celo? Miré a Taemin con una cara de impotencia y me cruce de brazos y lo ignoré.
- ¡Oye! No me voltees la cara... ______________, te estoy hablando ¿Por qué me ignoras? ¡Que te estoy hablando, te digo! ¡_______________! Si no me haces caso, te tiró en el camino como caca de perro. Voy a contar hasta tres. ¡Si no me miras, te juro por... por todos los yogurt de plátano que me deshago de ti. 1, 2... 2.5... 2.6, 2.7... 2.99... ¡___________! Tan solo tienes anestesia en las piernas... la mujer esa te hecho un poco de algo para coserte una pequeña herida.
- ¡Hmph! –lo ignoré.
Taemin se pasó de la raya y nos escondió detrás de una enorme piedra... o pedazo de pavimento que se había salido de no-sé-dónde y me acorraló. Yo seguía sin mirarlo, dándole la ley del hielo. De repente, cedí ante lo que hizo: los labios de Taemin se pegaron a los míos como chicle. Taemin fue el primero en apartarse y me sonrió.
Mis oídos tenían mucha cera o la anestesia me tenía drogada. No sé si fue una broma de mal gusto, pero escuché a Taemin articular las palabras: "No me ignores, ¿sí?"
- ¿Se van a quedar ahí besuqueándose o van a venir? –gritó Key a lo lejos. Las mejillas de Taemin se iluminaron como dos lamparitas y rugió a todo pulmón.
- ¿Quién va a querer besar a esta humana?
- Siempre tienes que ser tan... ugh, Taemin, ¡Te odio!
- ¡Me parece perfecto!
Y ahí vamos de nuevo...
. . .
Cuando llegamos, casi al final de la pradera, había una pequeña choza que tenía un establo con un par de caballos... unos caballos muy raros. La mujer que nos había salvado, desató su rubia melena y nos invitó a pasar.
- Espero que no sean muy especiales para la comida pues tendremos cerdo para la cena...
La muchacha se adelantó y Taemin y yo nos quedamos afuera. Key se fue como perrito faldero.
- ¿Sabes? A veces pienso que Key fue una prostituta muy hábil en su vida pasada –comentó Taemin al apoyarse sobre la puerta del establo.
- ¿No hay otra cosa menos extraña que pase por tu mente?
- No.
- ¿Sabes? A veces eres alguien muy difícil de hablar...
- Lo sé, pero así me quieres, ¿no?
La sangre me hervía de escuchar tales palabras. Le quería dar otra bofetada, pero estaba en lo cierto.
- No te preocupes. Solo hay Taemin para ti, no tienes que envidiar a nadie más –me guiñó el ojo y se fue flotando a la casa.
- Tú... -mi rostro estaba demasiado rojo como para voltear a gritarle.
Eso fue lo más cursi y "amixer" que he escuchado, pero lo perdono... porque es Taemin.
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La Menta del Diablo
Fanfiction[Lee Taemin x Lectora] Después de terminar en las manos de las criaturas más peligrosas de la ciudad, la lectora deberá embarcarse en una descabellada aventura para obtener su libertad. Desafortunadamente, no se imaginó que terminaría siendo seduci...