-¿Y si no les agrado?.- Pregunto Marcos por décima vez en todo el viaje de camino a casa de mis padres.
-Tranquilo, les agradaras estoy segura de eso.- Le anime tomando su mano y sonriéndole transmitiéndole seguridad.
Habíamos salido de su casa hace aproximadamente 20 minutos y Marcos no había parado de preguntar si les agradaría a mis padres pues seria la primera vez que los conocería.
-¿Y que dicen que no puedo ser tu novio? ¿Que seria de mi?
-Marcos.- Lo llame intentando que parase pero el chico estaba demasiado nervioso.
-¿Y si dicen que debo alejarme de ti? ¡No le haría nada bien a mi corazón!
-Marcos.- Volví a insistir siendo ignorada por segunda vez.
-¿O que tal si me dicen que no soy suficiente para ti?
-¡Marcos!.- Exclame logrando que me escuchara y estacionara el auto.- Todo estará bien ¿Si? pase lo que pase seguire amandote igual que siempre, estamos juntos en esto ¿Lo recuerdas?
-¿Sabes que te amo cierto?.- Tomo mis mejillas entre sus manos dándome un corto pero tierno beso.- Es solo que quiero darles una buena impresión a tus padres, quiero que sepan que su hija estará bien conmigo y que la trataré como merece.
-Amor, ellos lo saben solo tienes que ser tu mismo porque asi eres mas que perfecto, todo saldrá bien ¿De acuerdo?.
-De acuerdo, todo saldrá bien.- Repitió tomando un poco de aire y volviendo a encender el auto.
Una hora había pasado y podía sentir a Marcos nervioso pues escuchaba como daba pequeños golpecitos al volante del auto mientras repetía que todo saldría bien. Volví a tomar su mano entrelazando a la mía causando que el chico castaño sonriera relajándose un poco.
-Si quieres podemos ir otro dia.- Sugerí acariciando su manos pues no quería obligarlo a algo que no queria ademas de seguro mis padres no se molestarian.
-No, estoy bien no te preocupes, todo saldra bien mientras tu estes a mi lado.- Me dijo dándome una rápida pero linda sonrisa.
-Esos lentes te quedan muy bien.- Opine jugando con su cabello. Observe como Marcos se sonrojaba y enseguida sonreía sin quitar su vista de la carretera.
Algo que me gusta de nuestra relación era que seguíamos actuando como si fuera nuestro primer mes de noviazgo cuando ambos nos coqueteabamos causando el sonrojo del otro, cuando nos decíamos cumplidos mutuamente y sin evitarlo sonreímos, simplemente amaba la relación en la que me encontraba.
-Pues dejame decirte que ese vestido te queda muy bien.- Me halago guiñandome un ojo mientras me miraba detenidamente pues nos habíamos detenido por el semáforo en rojo.
-Ya lo sabia.- Conteste moviendo mi cabello de un lado a otro causando la risa de ambos.
Pronto el semáforo cambio a verde permitiéndonos seguir con nuestro camino. Aquel dia el sol brillaba con mas intensidad y el calor que brindaba era perfecto para las calles de Buenos Aires, entonces un auto se interpuso por el lado en que nosotros íbamos.
-¡Fuera de mi camino, amigo!.- Exclamo Marcos seriamente para luego estallar en risas que fue inevitable no reír con el.- ¿Que mierda fue eso?.- Pregunto entre risas.
-No tengo idea.
-Okey, debo admitir que estoy nervioso y que eso no me deja concentrarme por lo que no se lo que estoy diciendo.- Comento con total normalidad para luego volver a reír. Definitivamente los nervios estaban ganándole.
-Debemos descansar un poco ¿No crees?.- Mi novio se detuvo un momento echando la cabeza para atrás cerrando los ojos y dejando un suspiro largo.- Mi amor, sino te sientes seguro con hacer esto esta bien, podemos hacerlo otro día ¿De acuerdo?.- Dije acariciando su castaño y suave cabello.
-Quiero que hagas esto toda nuestra vida, incluso cuando seamos dos ancianos en nuestra casa.- Hablo Marcos con una sonrisa en su rostro. Habíamos hablado sobre esto varias veces concluyendo que viviríamos en una casa cuando ambos seamos ansíanos mientras cuidábamos de Morita.
-Creeme que lo haré.
-Es hora de irnos bonita.- Abrió sus ojos listo para encender el auto pero antes yo lo detuve.-¿Que sucede Ju?.
-¿Estas seguro de que quieres ir?.- Volvi a preguntar. El chico castaño acaricio mis mejillas dejando varios besos en ellas causando pequeñas risitas de mi parte.
-Estoy seguro de hacerlo mi vida, ademas se que esto te hará feliz y sabes que tu felicidad es la mia.- Finalizo encendiendo el auto y volviendo al camino.
Definitivamente amo a Marcos de una forma que no podía explicar, de una forma única y sincera, de la forma en la que nunca he amado a nadie. Me sentía sin duda alguna muy afortunada por haber conocido al chico junto a mi lado.
Una vez que habíamos llegado y estábamos frente a la casa de mis padres donde se podía oír la dulce y melodiosa canción que papá tanto amaba pues decía que fue esa misma canción la que sonó cuando conoció a mamá.
Marcos había entrelazado nuestras manos mientras con la otra llevaba un ramo de girasoles que tanto le gustaban a mamá, le había dicho que no era necesario sin embargo el chico castaño había insistido en que debía llevar algo como regalo.
-Todo saldrá bien amor, ten confianza en ti mismo ademas estoy mas que segura que mis padres van amarte y les vas a caer muy bien.- Le anime dándole una sonrisa.
-Todo saldra bien mientras estemos juntos.- Me dijo dándome un casto beso en los labios. Tomo aire y asintió con la cabeza.- Hagamos esto princesa.
El resto del dia habia sido mas que perfecto, mis tres personas favoritas por fin se habían conocido y ademas se habían llevado muy bien. Mi padre y Marcos habían encajado perfectamente pues a ambos les gustaba la actuación por lo que en el almuerzo no dejaron de hablar de eso y lo mucho que les gustaba, por otro lado mi madre había quedado encantada con el castaño diciendome que habia encontrado a la persona correcta o como ella le decía " A mi hilo rojo del destino".
"Es el cariño, lo has encontrado" sonreí al recordar las palabras de mi madre mientras tomaba mis mejillas en un leve apretón y me regalaba una sonrisa tranquila.
Si te gusto deja tu estrellita y comentario.
Se despide Luchi.
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One-Shot (Marculi)
Teen FictionHistorias cortas con Marcos Ginocchio y Julieta Poggio