Julieta
Mi mundo se detiene y debo estar tan loca y ser tan masoquista para comprobar con mis ojos lo que ya se, pero lo hago y necesito verlo yo misma o el sera capaz de negarlo hasta el final. Abro la puerta de ese baño por un momento no puedo creer que sea tan estúpido como para dejar la puerta abierta mientras follan, pero la respuesta es inmediata después de todo lo tengo frente a mi y cuando la puerta termina de abrirse mi mundo cae en picada.
No tengo fuerzas para retroceder mientras mis ojos no dejan de ver como sus largas uñas se hunden en su cabello y los múltiples gestos que hace mientras están a mitad del sexo.
Mi corazón se detiene y nunca antes me senti tan usada como ahora, las lagrimas bañan mis ojos y caen en el preciso momento en el que los ojos de Illescas se cruzan conmigo, entonces detiene sus movimientos y el no tarda en detenerse al notar como dejo de moverse.
El no iba a detenerse y eso me causa aun mas dolor, no iba a parar si ella no lo hacia y es una realidad aun mas dolorosa que descubrirlo con ella aquí.
Marcos sigue la mirada de Illescas y cuando sus ojos se encuentran con los míos, su rostro cae y tiene la piel tan pálida que parece la de un muerto.
-Princesita...-Se atreve a decir mientras sus manos aun continúan presionando el trasero desnudo de la chica y con los jodidos pantalones a las rodillas.
Deja caer el cuerpo de la chica y la escucho gritar mientras intenta sostenerse, entonces se sube los vaqueros e intenta acercarse a mi pero siento asco, asco de todas sus mentiras y de la fallida promesa entre los dos, mi mirada se cruza con la suya y luce devastado, pero no mas que yo. Me rehusó a seguir observando la sonrisa de superioridad de Illescas y termino por abandonar el estupido baño.
Escucho como me llama pero no me detengo mientras empujo a las personas que se cruzan por mi camino.
-¡Ten cuidado, estupida!.- Me gritan de regreso.
No voy a detenerme. No voy a parar.
-¡Julieta, espera! ¡Por favor!.
Las lagrimas bañan mis mejillas y los sollozos se escapan de mis labios, no se de donde saco la fuerza para correr, pero me alegra no ser de las que se detienen y deje que el llegue a ella, sin embargo es demasiado pronto para cantar victoria. Marcos llega a mi a mitad del bar y me detiene del brazo.
-Ju... Princesa, dejame.- Traga duro.- Por favor, hay una explicación.
Me niego a mirarlo y su boca cae cuando termino por hacerlo, debo verme terrible, no necesito que me mire así me deshago de su agarre y lo empujo con todas mis fuerzas logrando que se golpee contra el taburete del mini bar instalado en una esquina, las personas cercanas nos quedan viendo con la bebida en la mano y mientras Marcos intenta pararse echo a correr no obstante los tacones no me ayudan ni me facilitan la carrera, así que al cruzar la salida me detiene del brazo esta vez logrando que no pueda huir.
-¡Julieta!.- Me grita, hay desesperación en su voz.- ¡Por favor, espera! ¡Necesito explicarte!
¿En serio? ¿Necesito explicarte?
Vaya frase mas cliché.
-No tienes nada que explicarme, lo ví todo, ahora déjame ir.
-No... Yo... No es lo que parece.
-¡No!.- Hablo llena de rabia.- Solo enterrabas tu pene dentro de la chica esa.
-No me la he tirado, no estaba... No me la folle, ella...
-Vaya, son las palabras que una chica desea escuchar.
Si, se detuvo. ¿Y eso que?
Si yo no hubiera llegado estaría tirandosela ahora mismo y me siento peor sabiendo que es asi, yo ni siquiera le pasaba por la cabeza en ese momento, mucho menos lo que puede causarme haciéndolo.
ESTÁS LEYENDO
One-Shot (Marculi)
Teen FictionHistorias cortas con Marcos Ginocchio y Julieta Poggio