No pude decir nada, no lo vi venir y mi mente estaba en otro plano. Lo unico que senti despues fue el golpe en mi cuerpo que me mando de lleno contra el suelo.Me queje en un gruñido, el impacto me ocasionó una punzada en la espalda, acompañada de una mala posición en mi brazo.
Mierda
Los rayos del sol me cayeron directo en la cara cuando mire hacia arriba. Hice una mueca, tomando un profundo respiro para después oír como el silbato volvía a sonar. Se me había ido el aire por un momento, no sentía mis pulmones, pero agradecí cuando pude volver a respirar.
Había sido una buena defensa.
Me mantuve allí, intentando que el dolor cesara un poco, sin embargo, solo sentía ligeras punzadas cada que mi pecho subía y volvía a bajar. Respirar dolía y el calor era tanto que no podía dejar de sudar.
Con bastante esfuerzo, levante mi mano y le solté el seguro al casco, para luego quitármelo y volver a dejar mi cabeza en el suelo. Necesitaba aire. Necesitaba centrarme. Y necesitaba dejar de pensar tanto.
Una figura se poso frente a mi, enseguida agradecí cuando me tapo el sol con su cuerpo, aun asi, lo mire con los ojos entrecerrados, en lo que el me daba un reproche con su expresión.
-Estas distraido.
-Lo se.- Aclare mi garganta, haciendo otra mueca.- Y una mierda, Thiago. Casi me rompes un maldito hueso.
-Eso te pasa por tener la cabeza en las nubes.
Una nueva figura se hizo presente, negando en desacuerdo.
-¿Sabes el lío en el que te vas a meter cuando te levantes? El entrenador esta furioso porque el capi papi no ha rendido estos ultimos dias.
-Tengo... problemas.- Intente justificarme, viajando a donde me llevaban mis pensamientos con frecuencia.
Ojos cafés, cabello rubio, aroma a vainilla.
Su rostro vivía en mi mente cada segundo, cada instante, cada dia. Me estaba volviendo loco, abrumándome por tantas emociones encontradas y por tanto dolor al mismo tiempo. No lo soportaba, su indiferencia me estaba frustrando mas cada dia. Necesitaba hablarle, pero parecía cada vez mas difícil.
-Marcos, amigo.- Juanma apretó sus labios.- Debes dejarla ir.
-Estas loco.- Me senté como pude, poniendo un brazo en mi abdomen debido al dolor.- No puedo.
-Ni siquiera lo has intentado.
-No quiero intentarlo.
-Tendrás que hacerlo. No puedes solo vivir en otra dimensión, debes poner los pies en la tierra y asumir que falta poco para el partido mas importante de todos los tiempos. Te necesitamos.
-Creo que nunca sabrás lo que significa estar enamorado.
-Mira.- Se agacho frente a mi.- Creeme que no lo se, pero no importa lo que sucedió. Tienes que enfocarte en el ahora. No podrás seguir siendo el capitán si no rindes en las pruebas.
-Lo se.- Bufe, limpiando un poco mi rostro.- Lo haré, te lo prometo. A todo el maldito equipo se lo prometo.
Me puse en pie cuando Thiago me tendió su brazo para ayudarme. Seguía sorprendido por el golpe, algo me dijo que me doleria el resto del dia.
-¿Dolió?.- Me pregunto con una sonrisa.
-Bastardo.
-¡Ginocchio!.- El grito del entrenador llamo mi atencion.- ¡ Ven aquí!
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One-Shot (Marculi)
Teen FictionHistorias cortas con Marcos Ginocchio y Julieta Poggio