Capítulo 10: Tulipán

51 5 1
                                    

Resumen: Tulipanes: símbolo de una declaración de amor

***

Por primera vez desde que Riko entró en la habitación de Geto en la enfermería, se permite realmente evaluarlo. El cabello aún suelto, se extiende alrededor de su cabeza como un halo oscuro, los zarcillos se acercan a ella a modo de invitación. La sangre y la misteriosa sustancia negra hace tiempo que desaparecieron y la mayor parte del color ha regresado a su rostro, pero todavía hay una tristeza persistente en su mirada. Le sorprende lo familiar que es, a pesar de su mejor intento por convencerse de que no había estado antes en sus ojos violetas y que las manchas a juego debajo de ellos también son nuevas.

- ¿Por qué hablas tan alto, Satoru? - gruñe Geto, ronco por el abuso que sufrió su garganta. Todavía se cubre los ojos cuando continúa murmurando: - Me late la cabeza -.

Después de un silencio ensordecedor, Geto se quita las manos de los ojos para ver a Riko mirando con los ojos muy abiertos mientras Gojo tiene la boca abierta, claramente encontrando divertido el estallido. Los ojos de Geto se agrandan antes de taparlos nuevamente y murmura avergonzado mientras se hunde más en su manta: - Está bien, ya he visto suficiente, apaga las luces cuando salgas -.

- ¡Suguru Geto! - Gojo le advierte con alegría diabólica: - ¡Nunca te había oído usar ese lenguaje, y delante de una dama, nada menos! -.

Riko reprime una risa y luego ofrece en voz baja: - Está bien, Geto, pensé que era bastante... jodidamente divertido -.

Gojo gira su cabeza en dirección a Riko, casi estallando de alegría - ¡ahora mira lo que has hecho, Suguru! ¡Has ido y has corrompido a la pobre chica! -.

Geto se tapa completamente la cabeza con la manta, quejándose en voz baja acerca de "desear que el suelo se lo trague entero" y "en realidad queren apagar la luz", mientras Riko y Gojo caen sobre sí mismos con alegría sin límites.

Geto mira desde debajo de la manta y sonríe cuando ve que la pareja casi cae al suelo, riéndose incontrolablemente. Observa todo el tiempo que puede, pero ya no puede ignorar la creciente tensión que se acumula detrás de sus ojos - ¿Podría alguno de ustedes apagar las luces? - Finalmente habla, sacando a Riko y Gojo de su alegría.

- Sí, sí - dice Gojo, despidiendo al chico - estaba esperando a que te despertaras antes de ir a mi habitación, así que lo conseguiré cuando salga. ¿Quieres que te deje en el tuyo, Riko? -.

Por el rabillo del ojo, Riko capta la forma en que la expresión facial de Geto cambia ligeramente con decepción y decide probar el agua - gracias, pero eventualmente una de las ayudantes me ayudará a regresar. Quiero asegurarme de que mi tobillo no se hinche antes de quedarme solo - Luego le guiña un ojo a Gojo, transmitiéndole todo lo que necesita saber sobre lo que está haciendo. Se mete las manos en los bolsillos en señal de reconocimiento silencioso.

- Haz lo que quieras, diviértete sentado en la oscuridad - dice, fingiendo un tono crítico. Con un guiño en dirección a Riko, sale de la habitación, apagando la luz al pasar el interruptor.

Tan pronto como Geto sabe que Gojo está fuera del alcance del oído, el primero dice en un repentino frenesí: - Lamento mucho cómo hablé, no me di cuenta de que estabas aquí y normalmente no hablo así - Cubriendo sólo un ojo esta vez, se interrumpe con un silbido.

Riko se ríe de su torpeza y Geto no puede evitar el calor que le invade la cara. Siempre le ha encantado cuando ella se ríe así, el sonido como el de una campana tintineando, y está agradecido de que la habitación esté lo suficientemente oscura como para ocultar el carmesí que mancha sus mejillas.

Si Riko hubiera vivido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora