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(¡Menciones religiosas, abusivas y pedof...!)

— 🌾 —

...

  ¿Dónde estaba?
No era el pueblo al que llegó junto a sus amigos.
Y no veía a nadie que se le hiciera familiar, incluso había perdido de vista al mexicano con tanta gente moviéndose para hacer sus respectivas tareas.

Ay no...  — susurró para sí mismo, mientras que en cada segundo el pánico crecía en su interior.
Y la gente lo notó de inmediato.

"¿Y el quién es?"

Preguntaban los pobladores hacia sus cercanos.

Tranquilo... — se ordenó a si mismo para calmar la ansiedad que sentía en aquel momento, elaborando un plan improvisado en su cabeza a pesar de la presión social y el pánico.

Las mejores opciones eran 2, volver a entrar de dónde salió o tal vez alejarse un poco para esperar reencontrarse con el mexicano que lo abandonó.

Así que Chile, respiro profundo para caminar hacia el frente, sin miedo. Notando que exageró un poco al creer que todos lo observaban, ya que nadie se acercó.

Era bastante extraño la indiferencia de los pobladores, ya que era normal que, al ser un country; una figura representativa con sus colores de bandera en la cara, mucha gente se le acercara por curiosidad, en ese pueblo no fue el caso.
  La gente seguía su vida.
Niños jugando.
Caballos pasando.
Mujeres riendo.
Hombres cargando armas.

Entre toda esa gente le llamó la atención los pequeños grupos de personas que platicaban entre sí con un arma en manos.
Le llamo la atención ya que en esos grupos no solo se encontraban hombres, si no que algunas mujeres e incluso niños cargando municiones.

  ¿Qué tipo de infancia era esa?

Reflexionó un poco sobre el tema, hasta que miró un poco a la derecha, logra di ver detrás de ese grupo de personas.

"Horror puro..."

  Las personas de atrás pasaban con algo en brazos, sosteniendo fuertemente sábanas blancas con lo que parecían ser un cuerpo dentro de ellas.
Y no era solo uno. Pasaban de par en par hasta contar al menos 6 individuos privados de la vida.

Después de ellos, pasaron más, sin embargo estos cuerpos no fueron tratados con respeto o una mínima pizca de honor. Los estaban arrastrando por la calle empedrada como si de un desfile se tratase.
Era horroroso para el chileno observar como cada uno de aquellas personas que alguna vez tuvieron nombre e historia eran arrastradas sin remordimiento alguno. Incluso escuchaba abucheos hacia estos.
 
  Los cuerpos que eran arrastrados duplicaban en número a los cuerpos que eran cargados con sábanas blancas.

Creía firmemente que todo ser humano tiene el derecho de que su muerte fuera respetada.

Pero en una guerra eso era imposible de cumplir .

Quiero volver... — susurró para sí mismo externando su deseo por regresar a su hogar junto a sus amados gatos y sus queridos amigos.

No eres de por aquí, ¿verdad?

...

—🌾—

...

 Los Hijos Del PorfiriatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora